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Eurocopa 2016
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Resacón en Inglaterra

“No sé qué hago aquí”, se preguntó un ojeroso Roy Hodgson antes de volver a explicar la eliminación frente a Islandia

Hodgson, durante la rueda de prensa en Chantilly.
Hodgson, durante la rueda de prensa en Chantilly.A. T. (EFE)

“Realmente no sé qué hago aquí”, se preguntó el martes un ojeroso Roy Hodgson, con los sentidos todavía atropellados por la confusión de una noche venenosa. Que tire la primera piedra a quien no le haya asaltado la misma duda después de una velada traidora, de esas que ya nacen siendo peor idea que ir con Pogba al peluquero.

La cosa es que el ya exseleccionador inglés no estaba en el bajo de un after, sino ante el pleno de la prensa de su país, que le aguardaba para que explicara por segunda vez lo inexplicable, que a la nación que inventó el fútbol le había echado de la Eurocopa Islandia, un equipo que codirige un dentista.

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“Pensé que la declaración de ayer fue suficiente. Yo ya no soy el seleccionador de Inglaterra”, afirmó en un claro ejercicio de lucidez, por si alguien no recordaba que había dimitido tras el partido.

Para refrescar la memoria a sus jefes, Hodgson podía haberles puesto al teléfono a los jugadores de Gales, por si aún estaban bailando la conga con la que festejaron el drama vikingo de sus vecinos. Como señores, al día siguiente se excusaron diciendo que esto no es lo que parece, que Islandia solo es una amiga y que unidos podemos.

Aunque tampoco se puede machacar a los valientes Diablos Rojos —que sólo deberían ser perseguidos con rigor por haber sacado a Irlanda del Norte y a su Will Grigg's on fire de la Eurocopa, devolviéndonos al sintetizador de David Guetta—, porque yo llevo sintiéndome más islandesa que un volcán de 16 letras desde el empate contra Portugal.

Y sé que no soy la única porque ya podríamos llenar cien islas los que celebramos cada gol de los nuevos héroes europeos como si entendiéramos a Björk. En caso de que quedara algún rebelde, se convirtió a la causa después de lo de Inglaterra o abducido por los fascinantes falsetes del narrador de la televisión islandesa, una especie de Camacho del hielo con su camisa azul y sus axilas impermeables incluidas.

Pero me he quedado muy preocupada con el señor Hodgson, que le vi muy mala cara el martes y entre sufridores compulsivos estamos para apoyarnos. Además, tiene toda la razón, no hay despedida buena, a no ser que seas inmortal como Buffon y te ahorres el trago.

Por eso me atrevo a recomendarle que para la próxima siga de cerca a Sergio Ramos, que además de ser un excelente central anda muy bien de pico, y se arrancó por un emperador tras la dolorosa eliminación frente a Italia.

“La victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana, como dijo Napoleón”, afirmó ante la prensa. Elegante a la par que sencillo.

O que le dé una mirada al tema de las redes sociales, un sector de futuro, y deje que Rambo se ocupe del tema, como ha hecho Casillas. A ver quién le obliga a Stallone a que dé una rueda de prensa después de salir trasquilado de la guerra.

Así que ánimo Roy, que la noche es joven.

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