Italia se encomienda a Bonucci
Las bajas en el medio del campo elevan la importancia del central de la Juventus en el inicio de las jugadas. El jugador actúa como verdadero líbero en el 5-3-2 de Conte
Italia ha improvisado un sistema de supervivencia. Consiste en ponerse en manos de lo que la revista francesa So Foot ha denominado Los Malditos Bastardos. El portero Buffon y sus tres centrales, Chiellini, Bonucci y Barzagli, importados directamente de la Juve como si fueran un artilugio indivisible para uso exclusivo en caso de crisis. La crisis sobrevino antes de la Eurocopa con la desintegración del mediocampo tras las lesiones de Verratti, Motta, y Marchisio. La solución se vislumbró ante Bélgica (2-0). Este viernes en Toulouse, contra Suecia, al frente de la nueva Italia, áspera y pobre pero a su modo creativa, se perfila el liderazgo de Leonardo Bonucci como la figura más considerable del cuarteto bastardo.
“Sus características son evidentes a todos”, dijo el jueves el capitán, Gianluigi Buffon; “con el balón Leo es el play-maker defensivo del equipo porque sabe iniciar muy bien las jugadas. Tiene pies felices que le permiten arriesgar incluso en situaciones difíciles. Su coraje y su responsabilidad le llevan a jugar al límite. Pero tengo que decir que este año también ha mejorado al nivel defensivo. Es tan completo que seguramente está entre los mejores defensas centrales del mundo”.
Buffon se pronunció con la gravedad de un enterrador, íntegramente vestido con un uniforme azul oscuro, casi negro. Como si la competición no fuese motivo de festividad sino de recogimiento en horas de penuria. Después de todo, Italia se ha visto tan mermada que Antonio Conte, el seleccionador, ha debido repescar al desgastado Daniele de Rossi para que ejerza de mediocentro.
El jugador de la Roma, que ya no tiene la movilidad de sus mejores años, se ha visto repentinamente aislado a la hora de dar el primer pase. Contra Bélgica la marca de Fellaini le tapó el horizonte. Su equipo no habría podido salir del atolladero sin la aparición de Bonucci.
Arqueología táctica
Bonucci recupera del pasado futbolístico más remoto la figura del libero. Es un genuino producto italiano impulsado por la necesidad de seguridad y por la naturaleza conservadora de Conte. El técnico, que también pertenece a la cofradía de la Juventus, lo pone en práctica en perfecta sintonía con los veteranos de la zaga. Eso que Buffon llama insistentemente “il reparto arretrato”. La nómina de la retaguardia. Un artefacto táctico casi arqueológico con un elemento flexible, Bonucci, que, eventualmente, se despliega y se suma al mediocampo como un volante central.
Erik Hamrén, el seleccionador sueco, reconoció que ahí se gesta el fútbol de su adversario y que se propone desactivar el invento. “Italia”, dijo, “juega con un sistema con tres centrales que eventualmente les permite tener superioridad numérica en el mediocampo. Para contrarrestarlo no alteraremos nuestro 4-4-2. Quiero que mis cuatro centrocampistas permanezcan juntos y que los dos delanteros bajen a ayudar a nuestros dos medios. Quiero que formemos un cuadro de seis hombres muy unidos”.
Escuchando a Hamrén y a Conte la audiencia tiene la impresión de que en Toulouse no asistirá a un partido de fútbol sino a la configuración de una montonera. Ganará quien más oxígeno consiga respirar.
Bonucci y sus compañeros del reparto arretrato han dedicado media vida a achicar los espacios, especialmente hacia atrás. Suman 94 partidos como titulares con la Juventus y aunque carecen del esplendor de otras defensas conocen perfectamente el oficio. “Una de nuestras fuerzas”, explicó Buffon, “consiste en ser conscientes de nuestros límites; y cuando conoces tus límites sabes qué es lo que tienes que poner en el campo y sabes cómo debes preparar los partidos”.
“Hemos compartido tantas experiencias que siempre hemos tenido un feeling particular”, observó el portero. “Este es el ingrediente más importante, si no para alcanzar el éxito, sí para llegar lo más lejos posible. Con Leo [Bonucci], Giorgio [Chiellini] y Andrea [Barzagli] jugamos juntos desde hace tantos años que somos seguramente una defensa consagrada, de chicos que acaban por conocerse mucho y se estiman más allá del trabajo. Todo esto hace que las cosas sean más sencillas”.
Bonucci se autoproclama padrino: “Nosotros los viejitos estamos inculcando el espíritu Juve a los que están menos habituados a jugar con esta presión cada tres días”.
A sus 29 años habla como si tuviese un pie fuera del fútbol. Pero para Leonardo Bonucci la Eurocopa de Francia puede ser el comienzo de la parte mejor valorada de su carrera.
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