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La Eurocopa más cerrada

Luces y sombras tras una primera jornada en la que solo tres partidos se decidieron por una diferencia mayor a un gol y todos en el tiempo de descuento

Gylfi Sigurdsson, de Islandia, pugna con el portugués Danilo Pereira
Gylfi Sigurdsson, de Islandia, pugna con el portugués Danilo PereiraJEAN-PHILIPPE KSIAZEK (AFP)

Tras doce partidos ya se han mostrado las 24 selecciones que participan en una Eurocopa que ha comenzado más cerrada de lo que se aguardaba: apenas tres duelos se han resuelto por diferencias mayores a un gol y los tres se sentenciaron en tiempo de descuento cuando el equipo derrotado buscaba la igualada. Una mirada a cada selección revela que las distancias se han igualado y que estamos ante una competición en la que nada está escrito.

Francia. Payet la rescató de los problemas en el siempre tenso choque inaugural y mostró la imperecedera bondad del talento. Como se aguardaba, al equipo de Deschamps le sobró pujanza y le faltó algo de fútbol porque además Griezmann y Pogba no pudieron ofrecer su mejor versión. Dudas atrás por más que Kanté, última agregación al once titular, mostrase el enorme nivel en el robo y la presión que exhibió durante los últimos meses en Leicester.

Rumanía. Sorprendió en un partido de enorme exigencia. Le falta gol, pero por lo que se ve le sobra orden. Deberá mejorar el meta Tatarusanu, pero puede aspirar a más de lo aguardado si los mediocentros Hoban y Pintilii mantienen su esforzada versión y en la recuperación pueden abrir opciones a la contra para activar a Florin Andone, el delantero, y propiciar que ejerza como algo más que el primero de los zagueros.

Suiza. Se aguardaba más, pero solventaron un debut en el que todo se les puso de cara con un gol tempranero y un rival que se quedó en inferioridad numérica desde antes del descanso. Buen nivel del meta Sommer, a la espera todavía de que aparezcan Xhaka y Shaqiri. “Apenas jugamos bien los primeros veinte minutos”, reconoció el seleccionador Vladimir Petkovic, tras la trabajada victoria frente a Albania.

Albania. Un equipo que pone el corazón. Le lastró la expulsión de Cana en la primera parte de su partido contra los suizos. No se trata de un cualquiera, es el capitán, jefe de la defensa y hombre de gran experiencia en las ligas italianas y francesas. Pero el equipo que prepara Di Biasi se sobrepuso a todas las piedras que encontró en el camino y plantó cara hasta el final a un rival con mejores futbolistas. Falló el delantero, Sadiku, ante el gol, pero hubo recursos para generarle oportunidades.

Gales. Otro equipo que jugó con el alma, con una intensidad que le llevó al triunfo. Bale ejerció de nueve liberado del esfuerzo defensivo y marcó un gol de falta en el que el meta de Eslovaquia pudo hacer más. Dejó estela de equipo bien armado, con tres centrales de amplia experiencia en la Premier League (Chester, Williams y Davies) y dos mediocentros con recorrido. En esa posición ha conseguido recuperar a Ledley, que hace poco más de un mes se rompió el peroné y que será clave en los próximos partidos.

Eslovaquia. Tiene margen de mejora sobre todo si consigue encontrar más a Hamsik y Kucka. El jugador del Nápoles puede marcar diferencias cuando llega al área. Tiene problemas arriba. Duris fracasó ante Gales. Buena aparición del joven Ondrej Duda, que marcó en el primer balón que tocó.

Inglaterra. Decepcionó más por el resultado que por el juego. Bajó el balón al piso y dejó interesantes detalles para un equipo con mucho margen de progresión. Rooney ejerce como mediocentro acompañado del interesantísimo Eric Dier, que crece día a día y ahora incluso demuestra que puede resolver a balón parado. Alli puede dar más y Sterling ejerce su habitual rol de agitador. En algunos pasajes de su primer partido se echó de menos a Vardy. Hay ganas de una dupla suya con Kane, ya testada con éxito en los amistosos previos a la Eurocopa.

Rusia. Sin estrellas ni alardes, pero con un empate ante un oponente superior que le da vidilla. Se ancla en dos centrales muy expertos como Ignasevich y Berezutski, que suman entre los dos nada menos que 71 años de edad. Están por llegar Kokorin y Dzyuba para mostrar siquiera un ápice de talento. Lamentables incidentes de su afición fuera del campo.

Polonia. Le faltó producción a Lewandowski para lucir en el primer partido, pero no cabe dudar sobre su productividad en un equipo mejor armado que en años precedentes. Descolló Milik ante Irlanda del Norte, un buen complemento al delantero del Bayern.

Irlanda del Norte. Posiblemente el peor equipo de la primera jornada y el más flojo de la Eurocopa. Ante los polacos se limitaron a encerrarse y esperar una oportunidad, que casi llega, en centros al área en acciones a balón parado.

Alemania. Volvió a jugar con falso nueve, con Götze y un ejército de llegadores. Atacó bien y se defendió peor. Buen tono de Kroos y estética guardiolista para un equipo que ha agregado nuevas incorporaciones a una base reconocible. Fuera de sitio Müller cuando se ciñe a evolucionar desde la banda derecha. 

Ucrania. Fue más cuando pudo encontrar en las bandas a Konoplyanka y Yarmolenko, pero tuvo problemas en defensa para correr hacia atrás cuando los alemanes encontraban campo abierto. Deberá mejorar en la circulación de la pelota, pero parece un equipo forjado más para la contra que para controlar los partidos.

Croacia. Impactó con Luka Modric, que ofreció un recital. En torno a él gravita un equipo bien acabado en el que solo chirrió la aportación de Mandzukic, con tendencia al estatuismo. Bien Rakitic en el rol de mediapunta y excelentes los centrales (Vida y Corluka) en la anticipación. Tiene además alternativas en el banquillo. Si confirma todo lo que apuntó en la puesta en escena y encuentra a su delantero lo tiene todo para llegar lejos.

Turquía. Uno de los fiascos de la primera jornada. Estuvo en el partido hasta el final porque le acompañó la fortuna. Le abandonó Arda Turan, que fue el primer cambio que hizo Fatih Terim, crítico con su estrella tras la derrota. El jugador del Barcelona pidió perdón por sus pobres prestaciones. Debe puntuar ante España si no quiere estar con pie y medio fuera del torneo.

España. Fue de menos a más ante la República Checa, tan retórica como acostumbra a veces, tan dominadora como de costumbre. La posesión es suya y la manija es de Iniesta, excepcional. Si se buscan puntos de mejora cabría mirar hacia que Fàbregas tenga más continuidad y que el equipo sea más firme al defender las acciones a balón parado.

República Checa. Capeó el temporal que desató España y alzó un muro complicado de derribar con un guardameta, Petr Cech, para el que no se atisba fecha de caducidad. Dudas sobre la aportación de Rosicky, que en toda la temporada apenas había jugado veinte minutos y ante los españoles se pasó todo el partido corriendo tras la pelota.

Irlanda. Mejor de lo que se esperaba, se aprecia la mano de un técnico como Martin O’Neill, que no desdeña jugar por abajo. Dominó a Suecia y solo le alejó del triunfo un gol en propia meta. “Estoy inmensamente orgulloso de mis jugadores”, apuntó el técnico. Buen trabajo de Hoolahan, un veterano centrocampista del Norwich.

Suecia. No estuvo bien, pero rescató un punto. Siempre dependiente de Ibrahimovic, todavía con Kallström, que juega a un ritmo bajo. Los jóvenes campeones de Europa sub-21 aguardan en el banquillo y semeja que el equipo precisa cuanto antes que desembarquen en él.

Italia. Eterna. Tantas veces desdeñada y tantas veces orgullosa para perpetuar su brillante historial. Tiene un andamiaje que hay que respetar, con Buffon y tres centrales de fuste (Brazagli, Bonucci y Chiellini) con De Rossi por delante. Con menos que eso se han forjado equipos campeones.

Bélgica. Volvió a generar dudas. Necesita galopar y para ello Carrasco es clave. Cuando salió el extremo del Atlético al campo le dio una marcha más a un equipo con tendencia al pase inocuo. El estreno dejó la impresión de que los belgas tienen más nombre que equipo.

Hungría. Modestos pero con alma, laminaron a Austria con una demostración de buen gusto, sin apenas un pelotazo. Firme el veterano Kiraly. Tienen un buen mediapunta (Kleinheisler) y buen golpeo con Dzsudzsak y Szalai, pero que nadie busque estrellas en su once. Con todo, estuvieron muy por encima de lo aguardado.

Austria. Comenzó mal, muy dependiente de Alaba, que casi fue su principio y fin, huérfana de Arnautovic. Debe ofrecer más porque mostró una cierta capacidad para mezclar juego y dispone de un delantero grande (Janko) que abre espacios, pero que quizás funcione mejor como recurso que como primera opción. Habrá cambios en la segunda jornada.

Portugal. Otro de los fiascos. Cristiano Ronaldo estuvo maniatado e incómodo, crispado. Buenos detalles de jóvenes como Guerreiro, André Gomes o Joao Mario. Muy activos Nani y Quaresma, pero poco acertados.

Islandia. Se presentó como lo que se intuía, un equipo de guerreros. Indomables, con querencia por el balón largo y con una gran fortaleza defensiva. Ante Portugal demostraron que serán complicados para cualquier rival. Talentoso Sigurdsson y algo inseguro el meta Halldorsson

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