Bakú: de la autopista al callejón

Asegura Bernie Ecclestone que tiene una lista de circuitos haciendo cola para entrar a formar parte del calendario del Mundial de la Fórmula 1, y por más presuntuosa que pueda parecer la bravuconada, es cierta. Eso puede ayudar a entender qué pinta el campeonato este fin de semana en Bakú, la capital de Azerbaiyán. Y la respuesta es similar a la que en su día se dio para justificar la celebración de los grandes premio de India o Korea. El dinero. La carrera del próximo domingo le reportará a Formula One Management (FOM), la compañía que explota los derechos comerciales del certamen, unos 30 millones de euros solo en concepto de tasa, al margen del volumen de negocio que genere la prueba, del que Ecclestone normalmente se lleva un buen pellizco. Cuando el gobierno de Seúl comenzó a darle problemas, el magnate británico recibió con los brazos bien abiertos los petrodólares azerbaiyanos, que se hicieron con la plaza. El contacto con las autoridades locales lo hizo Flavio Briatore.

El evento es atractivo sobre todo por el trazado, desconocido por toda la parrilla y con unas características que lo hacen único: se trata del circuito urbano más largo que existe, con seis kilómetros de cuerda, el segundo con mayor kilometraje después del de Spa, que tiene siete. Los coches se abrirán paso por las zonas más reconocibles de la ciudad, y especialmente curiosa es la subida al castillo, la parte más estrecha (7,5 metros), que requirió una aprobación especial de los comisarios de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). La pista cuenta con 20 curvas, sólo ocho de derechas, y una inacabable recta principal de dos kilómetros de longitud que precede una frenada brutal, en la que los monoplazas pasarán de 340 kilómetros por hora a 115 km/h, en 133 metros de distancia y menos de un segundo y medio.

"Es el circuito urbano más rápido que hay. Combina callejuelas con zonas convencionales en las que puede haber puntos de adelantamiento"

Ese perfil, evidentemente, encaja mucho mejor en los bólidos con un motor más potente (Mercedes y Ferrari), y penaliza a los que van más justos de caballos (Honda y Renault). Por más atractivo que parezca desde fuera según muestran distintas grabaciones, el diseño no ha gustado a todo el mundo. “No entiendo por qué no se hacen circuitos urbanos como los de antes. Como el de Mónaco, que lo es por excelencia. Aquí nos encontramos una zona muy estrecha y luego otra muy ancha, como una autopista”, se queja Lewis Hamilton, que llega allí en racha después de imponerse de forma consecutiva en Mónaco y en Canadá.

“Es el circuito urbano más rápido que hay, aunque también mezcla esas callejuelas con zonas más convencionales en las que puede haber bastantes puntos de adelantamiento”, concede Fernando Alonso, que como embajador de la prueba se ha pasado los últimos meses promocionándola. “No creo que sea justo emitir un juicio después de haberlo visto solo en el simulador, prefiero esperar a llegar allí. Pero parece que hay tramos muy divertidos”, considera Sebastian Vettel. “Se parece a Macao (China)”, reflexiona Carlos Sainz. “Me parece que la velocidad punta será de las más altas del campeonato”, prosigue el español. 

Al otro lado encontramos a los pilotos más críticos con la pista, y en ese grupo, Jenson Button y Nico Rosberg son los más vehementes. “Trabajamos mucho en tratar de aumentar la seguridad y luego venimos aquí, donde por ejemplo, las curvas tres, siete y 14 no tienen ningún tipo de escapatoria”, argumenta el británico. “Mónaco tampoco las tiene pero es muy lento en comparación con esto. El problema es que los edificios no se pueden mover”, añade el británico. “Un poco de preocupación sí hay, porque en según qué virajes no hay suficiente vía de fuga. Y luego está la entrada en el carril de boxes. Espero que la FIA haya hecho su trabajo y lo haya simulado todo. Pero tengo algunas dudas”, zanja Rosberg.