La renovación necesaria de Márquez
El español quiere asegurarse de que la Honda seguirá la evolución que él desea para las próximas temporadas a cambio de su continuidad en la fábrica
La temporada apenas había comenzado y Marc Márquez ya sabía lo que le esperaba: una moto difícil, parecida a aquella con la que ya se había estado peleando el año anterior –“Desde 2015 acabo las carreras agotado”, concede–, y con un motor que, otra vez, condicionaría la temporada del equipo Repsol Honda, pues es la pieza clave y, al mismo tiempo, la única que no se puede desarrollar durante la temporada, tal y como marca el reglamento. Campeón del mundo en 2013 y 2014, el piloto más joven en ganar un título de MotoGP, era consciente de que se enfrentaba a su segundo año malo, así que entabló conversación con Ducati, una fábrica que no ha parado de evolucionar.
Lo reconoció el propio piloto. Y también la casa de Borgo Panigale. “Hablamos con Márquez y con Lorenzo. Pero decidimos seguir adelante con Lorenzo”, asumió Paolo Ciabatti, director del equipo, el día que se presentó el acuerdo del mallorquín con Ducati para los próximos dos años. Y añadió: “Pensamos que Honda haría más esfuerzos por mantener a Marc porque era el piloto que tendría que ganarles el Mundial. Estábamos en Qatar y Yamaha acababa de anunciar la renovación de Rossi, así que pensamos que tendríamos que esforzarnos más para convencer a Márquez que a Lorenzo”.
En un contrato se negocian muchas cosas. Y a mí me gusta empezar por lo deportivo. De hecho es en lo que estamos trabajando más Marc Márquez, piloto del Repsol Honda
Quién sabe si les hubiera costado más o menos. Lo que está claro es que las prisas que le entraron a Lorenzo en pretemporada por renovar (según dijo), el anuncio de la renovación de Rossi por Yamaha, que dio el pistoletazo de salida en la primera carrera del año, y el hecho de que Lorenzo finalmente apostara por Ducati, lo precipitaron todo. El mercado se despertó más madrugador que nunca este curso. Y Márquez quedó definitivamente al descubierto la semana pasada, cuando se cerraron los últimos fichajes clave: Viñales cerró su marcha a Yamaha, Pedrosa renovó con Honda y Suzuki anunció a Iannone como su futuro piloto número uno.
Ducati, como en casa
Andrea Iannone marcó la vuelta rápida de este viernes durante la segunda sesión de entrenamientos libres. Se sienten como en casa las Ducati, de hecho lo están, pues este es su circuito de pruebas.
No en vano, su piloto probador, Michele Pirro, hizo el tercer mejor tiempo, solo por detrás de Lorenzo, y a medio segundo de su compañero de equipo.
A casi seis décimas del primero, en quinto lugar, Marc Márquez, que, sin embargo, cree que sufrirá en este trazado menos que en los anteriores dadas las características del mismo, con curvas enlazadas y cambios de dirección.
Rossi, el piloto más aclamado por la grada, se quedó en sexto lugar, a poco menos de siete décimas. Tiene que mejorar sensaciones con la Yamaha pero es optimista. Este es uno de los mejores circuitos para la M1.
El piloto español, uno de los mejores de la parrilla actual, que dudaba a principio de curso sobre su continuidad en Honda, parece ahora no tener más remedio que firmar su renovación. Pero tiene claras cuáles son sus exigencias: “En un contrato se negocian muchas cosas. Y a mí me gusta empezar por lo deportivo. De hecho, es en lo que estamos trabajando más. Me gustaría que la evolución de la moto siga la línea en la que mi equipo cree con la perspectiva de los años 2017 y 2018”, explicó ayer. Y añadió: “Luego entran otros factores como el económico, pero el contrato perfecto no se hace en un día. Hace falta tiempo y una buena negociación”.
Las dudas en el mes de marzo se las originaba una moto poco dócil, nada manejable –“He llegado más fuerte que nunca porque cuando no encuentras algo por un lado, lo tienes que suplir por otro”, bromea él, cuyo tren superior está mucho más desarrollado–, con muchos problemas en aceleración y que, en sus intentos por hacerla menos agresiva, Honda acabó perdiendo en velocidad punta. Si en 2015 el motor convirtió a la RC213V en una moto súper agresiva, que se movía muchísimo y era muy difícil de parar en las frenadas, ha sido complejo matizar esa brusquedad en 2016, a pesar de los intentos de la fábrica, que dio un giro radical a su idea de motor, el único screamer de la parrilla, al hacer que el cigüeñal girara hacia atrás. No fue suficiente. Los cambios en el reglamento, y especialmente la imposición de una electrónica única y de serie para todos hacen una misión imposible corregir el carácter del motor. Por eso Márquez quiere incidir en la evolución de la máquina a cambio de una continuidad que todos en la casa del ala dorada dan por segura.
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