Velimir Perasovic, ‘el lanzador de cuchillos’

Entre Velimir Perasovic, técnico del Baskonia, y Zeljko Obradovic solo hay cinco años de diferencia aunque su distinto aspecto no corrobore tan corta distancia. Perasovic (Split, Croacia, 51 años) ha encajado mejor la caída de los años. En cierto modo, aún conserva la figura de aquel alero que ametrallaba los aros desde la larga distancia con su increíble juego de muñeca y la frialdad de un lanzador de cuchillos. Sin embargo, ambos coincidieron en la selección yugoslava que ganó el campeonato del Mundo de Argentina en 1990. Cuando Obradovic colgó la camiseta y se puso el chándal, Perasovic aun tuvo tiempo de conseguir una medalla de oro en el Eurobasket de Italia 91 y una de plata en Barcelona 92 junto a otros dos bronces en los Europeos de Alemania 93 y Grecia 95, todos ya con la selección croata.

Su última temporada como jugador la cumplió en 2002-03 con el Lucentum alicantino. A España llegó en 1992 de la mano del Breogán, pero su época de gloria la alcanzo en el Baskonia donde militó entre 1993 y 1997, obteniendo dos Copas del Rey y una Eurocup (antigua Recopa). Su carrera de entrenador también se ha desarrollado preferentemente en España salvo dos temporadas en el Cibona de Zagreb y el Efes turco. Dos equipos han marcado esa trayectoria: el Baskonia y el Valencia. En el conjunto vitoriano estuvo dos temporadas (2005-2007) donde consiguió una Copa del Rey (2005-06) y una Supercopa. De esa forma, puede lucir en su currículo haber ganado la Copa del Rey como entrenador y como jugador y en el mismo equipo. Con el Valencia logró en 20154 la Eurocup, titulo que también tiene en su doble tarea, aunque con equipos diferentes.

Su primera etapa en el Baskonia se truncó por un problema de corazón que le apartó de las canchas. Al tirador de hielo se le calentó el corazón más de lo necesario y le mandó parar. Pero luego regresó y tras entrenar a cuatro equipos, ha vuelto al Baskonia para alcanzar una Final Four cuando nadie, probablemente lo esperaba. Perasovic, habitualmente serio cuando habla, pero no cortantes, aseguraba en Berlín que “todos están sorprendidos por nuestra presencia aquí, pero no ha sido flor de un día”. Y por eso piensa que “tenemos algo que decir, aunque no tengamos tanta prensa como CSKA y Fenerbahçe que son los grandes favoritos, porque ya lo eran cuando comenzó la Euroliga”.

El discurso de Perasovic se mueve entre la autoestima y la liberación. Reclama la importancia de su equipo, de su sueño de ganar la competición “sin preocuparnos de los que no están”, en alusión a los históricos (Maccabi, Real Madrid, Barça, Panathinaikos), pero le quita presión a su equipo al reconocer que la losa de favoritos pesa sobre otros equipos. Con el paso tranquilo, llevó al Baskonia e la primera fase hasta el punto de inflexión que supuso ganar fuera en el TOP 16 al Barcelona y al Real Madrid. Ahí comenzó a gestarse su sueño de llegar a la Final Four y una vez aquí intentar ganarla. A fin de cuentas a él, como a Obradovic, le importa escribir una línea más en su currículo, por distintos que ambos sean.