Rakitic emerge contra los gritos de “¡Atlético, Atlético!”
Al centrocampista croata del Barcelona, pitado desde que le anunciaran en el Villamarín, le cayó el partido por inercia, como el balón del gol
Juan Merino es un técnico que intenta cuidar todos los detalles. Por eso ordenó que el césped del Benito Villamarín estuviera “altito y más seco de lo habitual”. Una táctica que ya utilizó Simeone el pasado miércoles en el duelo de Liga de Campeones ante el Bayern, algo que denunciaron los jugadores del conjunto bávaro porque su juego se define con el denominado passing-game, con la posesión y los pases. Un fútbol similar al del Barcelona.
El terreno de juego ayudó a que el fútbol del Barça fuera tedioso —“el campo no nos ha ayudado mucho”, convino Rakitic—, y a ello se sumó también el tremendo repliegue del Betis, que esperó al equipo de Luis Enrique en su casa. No fue hasta el minuto 28 cuando Iniesta fue capaz de romper la línea defensiva rival con un pase en profundidad que acabó en disparo de Neymar; y que detuvo bien Adán, curiosamente el hombre que más tarde metería al rival en el partido. Le costó mucho a la línea de medios del Barcelona tener el balón, en especial a Rakitic, que se desquitaría apenas comenzado el segundo tiempo, con un gol desde el borde del área pequeña.
Juan Merino ordenó que el césped del Benito Villamarín estuviera “altito y más seco de lo habitual”
Más que por los movimientos de los jugadores del Barça, los futbolistas del Betis se vieron sorprendidos por las tarjetas amarillas de Mateu Lahoz, que castigó tanto a los béticos como a Messi, a quien castigó por protestar, aunque no se le viera hacerlo airadamente. Eso sí, la expulsión de Westermann fue justa, pues cometió dos errores imperdonables. Tras la tarjeta roja el estadio bético estalló: “¡Atlético, Atlético!”, comenzó a cantar a coro. Y ahí emergió la figura de Rakitic.
No aguantó mucho el Betis con uno menos. A los 50 minutos, una falta de coordinación entre Adán y el central Pezzella dejó el balón en bandeja al centrocampista croata. “La victoria, sufrida, ha llegado con un poco de suerte, que es lo que hace falta muchas veces”, resolvió el jugador a pie de césped. Aunque dejó clara la ambición del equipo: “Somos el Barça, quedan dos partidos”.
Y el encuentro, como el balón, le cayó por inercia al croata, que estaba haciendo un duelo discreto. Al menos con el balón en los pies porque sin él, fue tan generoso como siempre, tirando la presión y cubriendo los huecos que dejan Messi y Alves en la banda derecha, futbolistas de ida y en ocasiones de venida.
Un campo que se le da bien
Rakitic ya tuvo actuaciones importantes en el Benito Villamarín. Fue con el Sevilla, en un derbi, donde hizo dos goles en un 3-3 de la temporada 2012-2013. También en el curso 2013-14, donde dirigió a sus compañeros para igualar un 0-2 y pasar en los penaltis a la siguiente ronda de la Liga Europa.
Más sereno con el gol, Rakitic mejoró algo en su rendimiento al tiempo que el Betis se apagaba. Pitado desde que se anunció su alineación por megafonía, al igual que a Dani Alves, por sevillistas, Rakitic vivió mejores días en el Benito Villamarín. “Es un campo complicado. Aquí ningún equipo lo pasa bien. Pero lo hemos hecho muy bien y podemos estar contentos”, remató Rakitic. Su gol, aunque con ayudas, tuvo un valor incalculable.
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