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El sorprendente escalador Poels se impone en Lieja

Alejandro Valverde se apagó, entre la nieve y el frío, a tres kilómetros del final

Poels gana en Ans por delante de Albasini, a la izquierda, y Rui Costa.
Poels gana en Ans por delante de Albasini, a la izquierda, y Rui Costa.KENZO TRIBOUILLARD (AFP)
Carlos Arribas

Wout Poels, un escalador holandés que parece un espárrago, tan alto y estrecho y fino, ganó la que Alejandro Valverde habría querido que fuera su cuarta Lieja-Bastogne-Lieja.

Poels, de 28 años, corre en el Sky del espagueti Chris Froome, también estrecho de hombros y descarnado de brazos y muslos, y larguísimo, y es el cuarto holandés que gana la decana de las clásicas (primera edición, siglo XIX, 1892, cuando Lieja y toda Valonia eran potencia minera y siderúrgica mundiales), el primero desde Adri van der Poel, el yerno de Raymond Poulidor, que lo hizo hace 28 años.

Hay derrotas que cuando se producen hacen más grandes las victorias de los que las sufren, y más importantes las carreras en las que se dan. Valverde había ganado tres Liejas y el miércoles se había impuesto en su cuarta Flecha. Demasiados triunfos conseguidos con su eficaz estilo rematador para no pensar que eran carreras fáciles, que la cuarta Lieja también lo sería. La Lieja, tan histórica, son 253 kilómetros y decenas de historias, una carrera tan dura y tan compleja que simplificarla, reducirla a una ecuación, es imposible.

A tres kilómetros del final, se acabó Valverde. En la calle de Naniot, el último obstáculo introducido en el más que centenario monumento ciclista, un muro de estilo flamenco, de empedrado irregular, en las afueras de Lieja, Valverde dejó ir la carrera, que su equipo, el Movistar, había controlado desde la salida resistiendo las tormentas de nieve, la lluvia helada, el frío paralizante que interrumpió la primavera belga. En la calle de Naniot se puso delante y aceleró el suizo Michael Albasini, que eligió perfectamente el momento. El Movistar de los afanados Sutherland y Erviti y del bullicioso Betancur, el colombiano de los pantalones cortos, se había agotado. También el Etixx del ambicioso Alaphilippe (segundo tras Valverde en la Flecha). Era el momento, aquel que eligió Albasini, de los contras. Con el suizo veterano se fue otro viejo (Samuel Sánchez), otro sabio (Rui Costa) y Poels, el ciclista del día. No había equipos que organizaran atrás la carrera, solo tirones y estrategias. Los cuatro llegaron a la interminable cuesta de Ans, el feo final de la hermosa carrera que recorre los bosques de Bélgica y, llegada la última curva a izquierdas, Poels, el sorprendente escalador con genes de clasicómano, aceleró y nadie pudo superarle. Es victoria más importante de una carrera de gregario valioso en el Tour y granada hasta ahora con etapas sueltas en vueltas menores y la Volta a Valencia de hace dos meses. Sánchez, cuarto, y Purito Rodríguez, octavo, fueron los españoles mejor clasificados. Valverde, el ganador del 15, y también de 2006 y 2008, se dejó ir en el sprint y acabó 16º.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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