El futuro del Barcelona habla alemán
El club azulgrana mira confiado a la portería y Marc-André Ter Stegen parece no inmutarse pese a la trascendencia del partido de Champions frente al Atlético
El Barcelona llevaba mucho tiempo mirando a la portería rival, tan tranquilo desde que se asentó Valdés y pudo olvidarse de Zubizarreta. O hasta que se lesionó Valdés, que ya había advertido de su adiós al club, y tuvo que jugar Pinto. Entregado a celebrar goles, no se había preocupado mucho en los últimos años de mirar a su marco hasta la llegada en el curso pasado de Bravo y de Ter Stegen. Pero la preocupación duró poco; el chileno jugaba la Liga y el alemán, la Champions y la Copa para aprobar ambos con nota en su primer año, receta repetida en esta temporada. La preocupación hoy es bien distinta en la visita al Calderón; ya no se duda del guardameta, pero se atiende la portería porque se trata de no encajar goles y de clasificarse para la semifinal europea. Y en esas, aparece el rapado teutón, a quien se le queda pequeña la Champions, que despeja verbalmente cualquier lío sobre la posibilidad de irse del club a final de temporada, y que pretende apuntalar el pase frente al Atlético ejerciendo de portero y al tiempo, dejando claro quién es la apuesta en el Barça. Aunque sostenga que para él no hay más mañana que hoy, para el Barça el mañana habla alemán.
“Es un portero impresionante por las condiciones que tiene. Puede ser elmejor del mundo”, dijo Messi al saber de su fichaje
El Barcelona depende del acierto de su portero como pocas veces porque le compromete el resultado de la ida (2-1). Pero este ni se inmuta. O eso cuentan, por mucho que se dé por hecho que hay partidos que más allá de una temporada, marcan una carrera. “Es alemán, no mueve ni una ceja”, dicen los que le vieron llegar ayer a Madrid, tan tranquilo, y saben que cuando aterrizó en Berlín –final de la Champions ante la Juve el año pasado- lo hizo con la misma calma que ayer. En el vestuario los veteranos recuerdan que han pasado porteros a los que es mejor no acercarse 24 horas antes de un partido -como Valdés, convertido en bomba de energía antes de Wembley, París o Roma-, los mismos que vieron a Marc salir a jugar contra la Juventus con la única inquietud de que los guantes sean nuevos y no se los haya puesto nadie.
Ter Stegen parece no tener pulso. Si antes de cumplir 19 años sustituyó al belga Logan Bailly, bajo los palos del Borussia de Mönchengladbach en un equipo que se deshacía, y puso manos para sacar balones y las castañas del fuego, con 21 le paró un penalti a Messi jugando para la selección alemana dos días después de que Joachim Löw le descartara de la lista de convocados para la Eurocopa de Polonia y Ucrania. Será por eso que Leo fue uno de los primeros en avalar a Ter Stegen cuando le preguntaron por su fichaje; sonó a cumplido: “Es un portero impresionante por las condiciones que tiene. Puede ser elmejor del mundo”. Algún compañero se mofó al leerlo. “Es buenísimo, he jugado contra él”, cortó Leo, que sabía de qué hablaba. “Para mí fue toda una sorpresa. No le conocía, nunca le había visto jugar. Creo que fue un buen fichaje de Zubizarreta, un fichaje increíble diría. Porque puede ser el portero del Barça para los próximos 12 o 15 años, todo lo que él quiera. Nunca he visto a un portero jugar tan bien con ambos pies. Creo que tiene todo lo necesario para convertirse en el mejor portero del mundo”, añade Xavi, ahora en el Al-Sadd catarí.
En el vestuario, y en club, corre la leyenda de que Bravo es un buen portero y que, a partir de ahí, el alemán “es excelente. Si no se vuelve loco, si no pasa nada raro, por condiciones y edad, estará ente los cuatro mejores del mundo durante los próximos 10 años”, según sostiene un alto cargo de la secretaría técnica, que avala la idea de que el Barcelona traspase al chileno este verano y se quede con Ter Stegen. No está nada claro qué piensa Luis Enrique, que no ha dado respuesta aún sobre su parecer. Neuer (meta del Bayern) aseguró el año pasado que el techo de Ter Stegen “está por llegar, es joven pero tiene experiencia y ha de mejorar aún”. Lehmann, ex de la selección y del Arsenal, considera que “futbolísticamente es un poquito mejor que Neuer”.
Los números avalan el rendimiento del alemán. Campeón de Europa el año pasado, en 13 partidos encajó 11 goles de 92 remates recibidos (0,85 por partido), manteniendo un acierto del 73,81%. Y en seis partidos echó el cerrojo; realizó 31 paradas (a 2,38 por duelo), incluido un penalti al Kun Agüero. En la Copa recibió 5 goles en 8 partidos (0,62). Ter Stegen, además, firmó la Mejor Parada de la Liga de Campeones 2014/15 por votación popular para la UEFA, en el campo del Bayern, en semifinales, ante un disparo cercano de Lewandowski. En lo que va de curso europeo, en los nueve partidos disputados, se ha mantenido imbatido en tres, ha encajado seis goles (0,67 por partido), lleva 25 paradas, 2,78 cada 90 minutos. Y acumula 199 pases buenos de 227 (88% de acierto) y no ha cometido ningún error que terminara en gol.
Hoy juega su quinto partido ante el Atlético; le ha rematado 10 veces y ha parado seis
Ter Stegen está convencido de que es mejor portero hoy que cuando ficho por el Barcelona y no porque haya mejorado su capacidad de reacción bajo los palos o su juego de pies, que también, sino porque el trabajo con De la Fuente y Unzue le ha permitido dar un paso adelante a nivel de comprensión táctica del juego. “Tuve que cambiar mi estilo de juego y no es fácil adaptarse”, ha reconocido, con cierto orgullo. También sabe que ha crecido en lo personal. “Es la primera vez que vivo fuera de casa y el pasar de una ciudad como Mönchengladbach a una como Barcelona, con lo que supone, convierte en fantástico y excitante el cambio, no solo por lo futbolístico”. En perfecto castellano suele explicar que tiene la sensación de que el equipo se siente “cómodo conmigo en la portería”, y sus compañeros lo corroboran, especialmente en privado.
Oliver Kahn, su ídolo de la infancia, admite que desde que fichó por el Barça su progresión “está siendo gigantesca” y dice que “mentalmente es muy fuerte, algún día debe ser el número 1”. En ese sentido, Andreas Köpke, actual entrenador de porteros de Alemania, dijo que Ter Stegen es ofensivo, que juega en equipo “y de todos los alemanes, el más cercano a nuestra filosofía”. El que fuera portero de la selección alemana en la Eurocopa del 96 ahonda: “Lo difícil que es para él no jugar la Liga. Demostrar su nivel top cuando le toca, sin ritmo, dice mucho de Marc”.
Hoy afronta su quinto encuentro contra el Atlético. Le han rematado 10 veces y ha parado seis. Nunca ha encajado más de dos goles, nunca ha perdido. “Definitivamente, aquí no he vivido ningún partido en un término medio. O juegas genial o juegas mal. Me puedo acostumbrar a esta situación. Aquí esto es así. Yo saco mis propias conclusiones de los partidos que juego”, expone Ter Stegen. Hay partidos que marcan una temporada y una vida. El mañana habla alemán.
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