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Las Palmas derrota al Valencia con carácter

El conjunto canario se acerca a la salvación y mete en problemas al inconsistente equipo de Mestalla en el estreno de Pako Ayestarán

Momo y Castellano celebran el gol de la victorias de Las Palmas.
Momo y Castellano celebran el gol de la victorias de Las Palmas.Ángel Medina G. (EFE)

Con inusual carácter y orgullo, aunando su habitual dulzura, la UD Las Palmas remontó un partido con pasión ante un Valencia inconsistente e irregular que no continuó en la segunda mitad su buen trabajo en el primera acto, sometido en los segundos 45 minutos por la intensidad del conjunto canario en una comunión perfecta con su afición, para alcanzar una victoria vital que le acerca a la salvación tras cinco victorias de en los últimos seis encuentros. Dinámica inversa al Valencia, que se mete en problemas, derrotado en los últimos cuatro partidos al que Pako Ayestarán tampoco ha logrado encontrar solución en su primer partido como entrenador en Primera.

Se le torció el partido a Las Palmas nada más comenzar a rodar el balón. La extrema confianza de Javi Varas le costó cara. A los dos minutos de iniciarse el encuentro, Dani Castellano cedió el esférico al portero sevillano que, excesivamente relajado, entregó el balón sin proponérselo a Rodrigo que se encontró con un gol sencillo. Un riesgo asumido por el concepto amarillo, temerario esta vez, sellado a fuego en la filosofía de juego canaria potenciada por el ideario de Quique Setién en la dirección.

La ventaja del Valencia no influyó en el argumento local, fiel a su estilo, iniciando el despliegue con cadencia a partir del esférico, un aliado siempre. El gol che no hizo más que acentuar la propuesta prudente del conjunto de Pako Ayestarán, debutante el técnico guipuzcoano en Primera en el banquillo del Valencia tras mes y medio como ayudante de Neville, con el deber de dotar de confianza a unos jugadores por debajo del nivel que se les presupone, sin continuidad ni frescura mental en una temporada para olvidar, primero con Nuno y después con Neville. Con más orden que creatividad el equipo de Ayestarán, que formó con Danilo y Javi Fuego en el eje del centro del campo, liberando a Parejo de labores defensivas, el Valencia se encomendó al contragolpe y las transiciones rápidas, vertical y sin pausa presentándose con frecuencia en el área canaria.

Como si el marcador no se hubiese movido, con el ánimo de su afición que no reprochó nada al accidente de Javi Varas y los suyos, Las Palmas no perdió el paso en un principio, contenido sin embargo por el orden che, intensivo en el repliegue y en la presión en el inicio del juego canario incomodándolo en demasía la salida del balón, sin un plan b el grupo de Setién, desconcertado con la solvencia del Valencia mejor dispuesto en el terreno de juego. Agradeció Las Palmas la miopía del juez de banda que anuló dos acciones legales de Paco Alcacer, anuladas ambas al delantero internacional por dos fuera de juego inexistentes cuando le dejaban solo frente a Javi Varas, también en la segunda mitad en una dejada de Negredo a Feghouli.

El partido tenía su importancia, con dos conjuntos separados en la clasificación por un punto, con el objetivo de alcanzar cuanto antes la salvación. Lo entendió la afición del Gran Canaria, espoleando a su equipo, que tensionó el encuentro con fricciones y protestas buscando cambiar el guión en un primer acto no lineal, con alternativas y momentos para ambos.

Al poco de comenzar la segunda mitad, Las Palmas se encontró con el empate, tras un penalti ingenuo de Javi Fuego al agarrar precipitadamente a Tana en disposición de rematar dentro del área che. El veterano centrocampista asturiano quedó aliviado por no ver la cartulina amarilla que hubiese supuesto la expulsión. Jonathan Viera, con suspense en la ejecución de la pena máxima, apunto de detener Alves, logró igualar el encuentro. El gol dimensionó al equipo canario, más reconocible, intenso como nunca, con el exvalencianista Jonathan Viera y Momo de agitadores.

El Valencia entendió que debía contener la euforia del equipo de Setién, apareciendo la figura de Diego Alves con dos intervenciones consecutivas a William José y Tana. No pudo sin embargo detener el brasileño un mal despeje de Santos que rebotó en Mustafi para ir a parar a la red. Un feo tanto que desmerecía la gran actitud del Las Palmas merecedor de la remontada, defendiendo con solvencia hasta el final un resultado que le deja la permanencia a tiro y le complica la vida al Valencia.

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