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‘Gallina de piel’ en la noche del Camp Nou

La afición tributa un emotivo homenaje a Johan Cruyff en presencia de su hijo Jordi y su nieto Julen

Homenaje a Cruyff en los prolegómenos del clásico.

El FC Barcelona rindió pleitesía a la memoria de Johan Cruyff desde el sentimiento de la inmensa gratitud que genera su legado. Fallecido el día 24 a los 68 años, el holandés deja una huella imborrable, interpretada por el emocionante tributo que le dispensó la afición. Por si quedaba alguna duda tras las muestras de cariño, anónimas e institucionales recibidas por sus familiares, el Camp Nou despidió al hombre que revolucionó el fútbol mundial con el cariño que él se ganó en vida el hombre que cambió la historia del Barcelona, primero como futbolista y, más tarde, como ideólogo de una manera de interpretar el fútbol, desde el banquillo.

Jordi Cruyff, acompañado de su hijo Julen, representaron a la familia del entrenador, sentados en la primera fila del palco junto al presidente Josep Maria Bartomeu. Ni ellos ni la mitad de los 99.000 asistentes al partido lograron contener la emoción. El Camp Nou fue una lágrima al darle las gracias a Johan por todo lo que hizo por el club. El homenaje comenzó por las calles, con multitud de aficionados vestidos con camisetas con el número 14 a la espalda, muchas del Ajax y de Holanda, los otros equipos que defendió El Flaco. Y, ya dentro del campo, se emitió un vídeo tremendamente emotivo, en el que los integrantes del Dream Team, del equipo que le dio al Barcelona la primera Copa de Europa en 1992, desgranaron algunas de las frases que Johan hizo célebres.

Aparecieron los jugadores, de Zubizarreta a Stoichkov, pasando por Ferrer, Koeman, Amor, Goikoetxea, Begiristain o Guardiola, todos los que pusieron un punto de inflexión a la historia deportiva de la entidad, incluido el que fue su amigo y mano derecha, Charly Rexach, o los empleados más anónimos como Carles Naval, el delegado, o Josep María Corbella y José Antonio Ibarz, los utileros. Dos enormes reproducciones de sendas camisetas, una del Barcelona con el número 9 y una del Ajax, con el 14, acompañaron desde el césped un impresionante mosaico, que con los colores del club y de la senyera de Catalunya y la frase “Gràcies Johan”, simbolizó la gratitud eterna que le dispensará el barcelonismo, antes de que el estadio enmudeciera en un sentido minuto de silencio, respetado también por los pocos seguidores del Real Madrid presentes.

El partido lo presidió de manera oficial el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y de manera sentimental, Jordi Cruyff y su hijo Julen. No estuvo Danny, la viuda, ni tampoco sus hijas, pero sí representantes de la Fundación Johan Cruyff. Allí, en el palco, se dio un hecho insólito para el club: junto a Carme Forcadell, presidenta del Parlament, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, el embajador de Estados Unidos, el Emir de Catar, y Florentino Pérez, claro, como presidente del Real Madrid, se reunieron, sin que sirva de precedente, los ocho expresidentes vivos de la entidad: Agustí Montal, Raimon Carrasco, Josep Lluís Núñez, Joan Gaspart, Enric Reyna, Joan Laporta, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, sentados juntos, pero no revueltos. Todos quisieron estar en el homenaje a Cruyff.

Llegado el minuto 14, el Camp Nou volvió a emocionar y puso, por decirlo en palabras del mítico holandés volador “gallina de piel” a quien lo vivió. El homenaje no pudo ser completo. Los jugadores del Barça, que sobre el pecho lucían la inscripción “Gràcies Johan”, trataron de honrarle como él hubiera querido, ganando el partido con buen juego. A fin de cuentas, era de lo que se trataba y, además, se lo debían: si no hubiera sido por la manera de interpretar el fútbol que impuso Cruyff en Barcelona, algunos de ellos difícilmente hubieran llegado al primer equipo, descartados por falta de músculo y centímetros pese a estar sobrados de talento. No lograron ganarle al Madrid. Pese a que Piqué adelantó al Barça, Benzema y Cristiano Ronaldo le dieron la victoria al Madrid. A pesar del ambiente emocional y emotivo que se vivió en el Camp Nou, Luis Enrique no pareció especialmente compungido por perder en la noche de homenaje a Cruyff: “No me genera nada especial. Me hubiera gustado otro resultado, pero el fútbol es así de curioso”, dijo el entrenador del Barcelona. La noche que la afición recordó a Cruyff no quedaba más que hacerle caso y seguir sus instrucciones: “…Y si te ganan, aplaudes”. Palabra de Johan.

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