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Colombia sufre para ganar a Bolivia

Un gol de Cardona en el 92 da la victoria a Colombia, sólida en el primer tiempo y sin rumbo en la segunda mitad

Javier Lafuente
James se lamenta de una ocasión fallada.
James se lamenta de una ocasión fallada. Juan Karita (AP)

Cuentan que su madre le quería llamar Marlon, por Brando, la leyenda del cine, pero un error en el registro dejó en su cédula de identidad Marlos Moreno. Sea como fuere, este chico de 19 años tuvo un debut de película con Colombia. Su salida al campo, cuando el empate pesaba como una losa para los de Pékerman, fue decisiva para la victoria final.

Colombia necesitaba el triunfo para no quedar descolgado después de un arranque de clasificación muy pobre, con una sola victoria (Perú) y un punto en los tres duelos con selecciones que se le suponen a su altura (empate ante Chile y derrotas contra Uruguay y Argentina, en casa). El escenario, los 3.600 metros de La Paz, no era el ideal para el lucimiento, pero los de Pékerman consiguieron recuperar cierto crédito y confianza en la carrera hacia Rusia.

Muy superior sobre el papel el cuadro cafetero, Bolivia trató desde el saque inicial de ahogar a la selección colombiana como único antídoto para paliar la abismal diferencia de calidad entre los jugadores de ambos equipos. Los de Baldivieso buscaron impregnar un ritmo alto al partido desde el saque inicial, presionar en cuanto Colombia tuviese el cuero y hacer correr a los cafeteros para que se quedaran sin aire. La teoría no fue suficiente. Los de Pékerman mostraron en la primera mitad una solidez defensiva como no habían logrado en los cuatro encuentros anteriores, con la salvedad de la categoría de los rivales.

James se encargó muy pronto de desbaratar los planes bolivianos. El 10 de Colombia aprovechó un centro de Bacca, descolgado hacia el extremo izquierdo, para armar un zapatazo que se coló por el palo largo de Quiñonez. Centenario gol como profesional del capitán colombiano. Inmerso en una convulsa temporada, cuestionado por su rendimiento en el Madrid, encuentra James en Colombia el cariño y el respaldo de compañeros y afición. Se siente cómodo el 10 en La Paz, donde debutó con la selección en 2011, en la última victoria de los cafeteros en Bolivia. Desde entonces, ha disputado 41 partidos y ha anotado 14 goles; 6 le convirtieron en máximo goleador de un Mundial de Brasil de ensueño, aún presente en el imaginario de Colombia, aunque poco tenga que ver este equipo con aquel.

Clamaba Pékerman en la previa lo necesario que para su equipo era recuperar la mejor versión de James. Pero no solo. Cuadrado, extraviado en los primeros partidos clasificatorios después de una pésima Copa América, confirmó el buen momento por el que atraviesa con la Juventus. El medio fue la piedra angular sobre la que giró Colombia en el Hernando Siles. Manejó el tempo del juego en la primera mitad como hacía tiempo no conseguía. Un pase largo hacia James acabó en las botas de Bacca, que anotó su primer gol oficial con Colombia en el mismo escenario en el que, durante un amistoso, logró el primer tanto con la selección.

El partido parecía encarrilado para los de Pékerman, pero el descanso cortocircuitó a los colombianos. Faltos de aire, pero sobre todo de juego, se complicaron un encuentro que tenían claramente a su favor. Un penalti tras un rechace en la mano de Murillo, al poco de iniciarse la segunda mitad, permitió a Bolivia acercarse en el marcador. Arce ganó la partida desde los 11 metros a un Ospina que fue providencial para Colombia tras el posterior empate de Chumacero. El arquero del Arsenal salvó un disparo a bocajarro que pudo acabar con las aspiraciones mundialistas de la selección.

Cuestionado tras la Copa América, Pékerman, que había dejado fuera de la convocatoria a Teófilo Martínez, fetiche para él, y a Jackson Martínez, al que advirtió que la liga china no tenía nivel suficiente, confío el final del partido a Marlos Moreno, un pelado de 19 años, en la jerga colombiana, por el que, dicen, suspiran los petrodólares del PSG.

En apenas 10 minutos, el delantero del Nacional de Medellín metió al partido una velocidad que descolocó al cuadro boliviano. Un centro suyo acabó en las botas de Muriel que, a bocajarro, estrelló el balón en el cuerpo de Quiñonez cuando media Colombia cantaba ya gol. Ya en el descuento, tras un centro de James, Moreno asistió desde la izquierda a Cardona que, esta vez sí, perforó la metra boliviana.

Las botas del niño al que su madre quería llamar Marlon fueron decisivas en La Paz. El lugar que vio debutar a James encumbró a la nueva promesa cafetera. Un final feliz para esta película de suspense en la que se ha convertido la selección de Colombia.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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