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El Barça golea al Getafe en una deliciosa tarde de Messi

El argentino, que volvió a fallar un penalti, convirtió un partido sin historia por la poca resistencia del Getafe en una función a gusto de niños y turistas en el Camp Nou

Ramon Besa
Neymar remata ante Velázquez.
Neymar remata ante Velázquez.LLUIS GENE (AFP)

Hay jornadas, días de sol tibio, cuando no existe rival ni partido, ni por supuesto drama ni siquiera contencioso, tardes en que el hincha radical del Barça se echa la siesta, pone la tele y se abona al seient lliure, en que el público mira a Messi como si fuera Gaudi y el Camp Nou parece el Parc Güell. El estadio es un parque temático en que los espectadores no paran de sacar el móvil para tener un recuerdo del 10 y del Barça. Y Messi responde agradecido, como si el encuentro fuera importante y el contrario resultara muy serio, nada de relajarse, sino que se impone justificar el precio de la entrada, que anuncia un equipo de época, una delicia también para las familias culés y sus niños, igual de numerosos que los turistas en el Camp Nou.

A Messi, que siempre ha sido un niño, le da igual que la grada se ponga en pie y haga la ola cuando Neymar, igual de festivo en el sambódromo que en el estadio, marca el 5-0. Hay actitudes y gestos incorregibles cuando el fútbol se convierte en espectáculo y se pierde la esencia del juego, por suerte siempre defendida por el 10. Messi es Dios, salvo que no descansa ni el séptimo día, y a su alrededor los partidos más sencillos y cómodos se convierten en actuaciones estupendas, agradecidas para la gente, familias, niños y turistas, igualmente encantados con las fantasías de Neymar, el saber estar y jugar de Iniesta y el solfeo de Sergi Roberto, genuino representante de la Masia. Los futbolistas mejoran siempre cuando se juntan con Messi.

La contienda resultó tan plácida para el Barcelona que empezó sin Mascherano, Busquets, Rakitic y Luis Suárez, advertido de suspensión a la espera de visitar Villarreal y recibir al Madrid, y acabó con Bartra, Samper y Vermaelen. Ya son 37 partidos invictos y 12 triunfos consecutivos en Liga los que suman los azulgrana, enfadados con el Getafe y su presidente Ángel Torres desde la noche de Halloween. Ha habido mucha cháchara en el vestuario y la sala de prensa y poco litigio en el campo porque el equipo de Escribá es carne de cañón. Vestido de fosforito, fue un saco de golpes, rebajado por las ausencias, con solo 15 profesionales disponibles, presa de una dinámica derrotista (ocho derrotas y un empate), nunca ganador en 12 visitas al Camp Nou.

Neymar entra en acción

El Barça ni siquiera necesitó entrar en juego para cantar victoria. Movió un poco la cadera Messi, se arrancó con un par de carreras Neymar y en el marcador ya figuraba un 2-0. El tercero no había llegado antes porque el argentino volvió a fallar un penalti, el noveno del equipo en 20 lanzamientos, después que Velázquez enganchara a Neymar. La jugada dio mucho que hablar por recurrente, una sorpresa en un equipo técnicamente tan exquisito, y también porque se monta un cine fórum cada vez que se cae el 11. No es fácil descifrar qué hay de verdad y de mentira en el baile de Neymar, un jugador de playa, en un plantel que lidera un futbolista de barrio como Messi.

Los remates en propia puerta del Getafe resultaron tan desequilibrantes como los tiros de los delanteros del Barça. Abatido nada más empezar por su compañero Juan Rodríguez, a Guaita le faltaban pies y manos para tapar su arco, a pesar de rechazar el disparo desde los 11 metros de Messi. Nada pudo hacer ante un cabezazo de Munir, ni en un chut de Neymar, ambos asistidos por Messi en jugadas gestadas a balón parado, mal defendidas por el Getafe y bien elaboradas por el Barça. Messi coronó su espléndida actuación con un tanto exquisito, muy suyo, por la elaboración y la finalización: tomó la pelota en la línea de tres cuartos y le pegó a la entrada del área para que se colara junto al poste izquierdo de Guaita.

Al descanso, el Barça ya ganaba por 4-0, había fallado un penalti y rematado dos veces al larguero. Messi reapareció para que volviera a marcar Neymar y la sesión se acabó con un gol de chilena de Arda. Marcó el turco, repitió por tercera vez Munir, se reencontró con el gol Neymar y se exhibió Messi en un equipo redondo, de fútbol dulce y que, pese a jugar con una marcha menos, su velocidad de balón fue imposible para el Getafe. Hay pocas ofertas lúdicas mejores hoy que ver un rato de fútbol de Messi, capaz de convertir un partido sin historia en una tarde deliciosa para los ociosos en Barcelona. Los niños y los turistas bien que lo saben ahora que al Barça le salen los goles por las orejas en Vallecas, Ipurua y Camp Nou. Los hinchas severos, mientras, aguardan el clásico y las noches de Champions.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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