El Atlético de Madrid apabulla a la Real Sociedad
Los rojiblancos, en un buen partido, se afianzan en la segunda plaza tras pasar por encima de un equipo disminuido por la alineación de su entrenador
Serio y contundente, subido en la ola de optimismo que le dio la victoria en el derbi, el Atlético aplastó a la Real Sociedad, primero disminuida por la extraña alineación de su entrenador y después pasada por encima línea por línea, metro por metro. Se dio un pequeño festín el quipo de Simeone, que por primera vez en unas cuantas semanas no llegó al final del partido con los dientes apretados. Marcó tres goles, pero pudo haber hecho media docena a nada que hubiera afinado el tino y si no le hubieran anulado uno legal a Correa en los minutos finales.
Completaron los colchoneros diez días frenéticos salpicados con tres partidos de la máxima exigencia (Villarreal, PSV, Real Madrid) y uno que resolvió con autoridad desde las cándidas concesiones de la Real y su entrenador. Eusebio situó al Atlético a la misma altura del Barça y del Madrid, que a veces se encuentran con esas caras b que algunos técnicos diseñan pensando que su Liga es otra. La decisión de sentar a Pardo, Oyarzabal y Vela desarmó a un equipo con querencia histórica a tratar de dar la mayor batalla posible en el Calderón. El experimento de De la Bella de central fue un fracaso mayor y la apuesta por Héctor en el lateral izquierdo igual. El centro del campo con Illarramendi y Granero en el medio, Bruma a la derecha, Xabi Prieto a la izquierda y Reyes de hombre escoba fue reducido a la nada desde el primer minuto. Nunca pudieron competir con esa línea de cuatro de cabecera que parece haber encontrado Simeone con Koke, Augusto, Gabi y Saúl. La velocidad de crucero del cuarteto en términos de intensidad y presión y la movilidad de Griezmann y Vietto destartalaron a esa Real débil, que empezó a encajar golpes desde el primer minuto.
No resistió el equipo de Eusebio ni la velocidad de balón que imprimía el Atlético en los últimos metros, ni la potencia de Saúl descolgándose, ni las subidas de Filipe y Juanfran. Entre este último y Koke le montaron un lío a la defensa realista en un saque de banda. La trampa dio con Koke en la línea de fondo y su centro raso al primer palo lo introdujo Reyes en su propia puerta en su intento de cortar el centro.
Ese tanto a los diez minutos confirmó esa sensación de que el Atlético tendría una jornada cómoda, que le bastaría con aplicarse en sus virtudes para sacarlo adelante. Giménez, Godín, Griezmann y Vietto pudieron matar el partido antes del descanso. Ahí emergió esa falta de puntería que quizá le haya impedido estar más cerca del Barcelona. Con esa impenetrabilidad con la que se viene manejando durante todo el curso, con media docena más de goles a favor podría estar echándole el aliento en la nuca al Barça.
La retahíla de regalos de la Real tuvo su continuidad en el inicio del segundo tiempo. Una mala salida de balón la castigó Vietto con un pase atrás que empaló en el aire Saúl. Un gol muy de llegador que refuerza aún más su asentamiento en el once. Pasan los partidos, y aunque aún tiene algunos despistes con la pelota, la confianza de la que goza está haciendo que su repertorio vaya brotando. Cada vez se acelera menos, prueba su disparo lejano y pisa área convencido de que hacer daño. La siguiente ofrenda de la Real fue el ingenuo penalti a Griezmann de De la Bella, que metió el pie y trabó a su excompañero con la torpeza de un juvenil. El francés engañó a Rulli, aguantándole con clase para que se venciera y cambiarle la dirección.
Para entonces Simeone ya había dado descanso a Godín y preparaba a Correa y a Óliver para la recta final. Eusebio también había dado entrada a Rubén Pardo y a Carlos Vela, pero ya era tarde. El técnico tiró el partido con esa alineación que rebajó mucho las expectativas que había generado el partido en la previa. Y el Atlético le castigó aplastándolo.
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