Piqué lo mejora todo y hasta le marca al Sevilla en el Camp Nou
El central rompe el monopolio del tridente y plasma su excelente momento de forma con el tanto decisivo
En la misma medida en que las aficiones rivales le detestan, por notas, a Gerard Piqué le idolatran los seguidores del Barcelona que le disfrutan como futbolista, y especialmente porque saben que no hay jugador que por sentimiento sea tan de los suyos como el central de la Bonanova. Socio desde antes de nacer, celebró goles antes en la grada que en el césped del Camp Nou, como hizo ayer para darle la victoria al Barça rematando un centro de Luis Suárez a puerta vacía.
A algunos aficionados barcelonistas no les gusta verle metido en según que fregados dialécticos, principalmente en las redes sociales, y le critican por frívolo o porque agradecerían que fuera más respetuoso. Pero otros muchos se lo perdonan todo, especialmente por sus convicciones y porque les hace felices cuando le ven completar partidos como ante el Sevilla, enmarcado en una temporada en la que a duras penas se le recuerda un día malo. Obtuvo ante el Sevilla su primer gol en esta Liga. Sumó dos en la Copa ante el Espanyol y el Athletic y otro en la Champions contra la Roma.
Suma 342 partidos con el Barça y ha marcado 30 goles. Piqué fue generoso en el empeño de hacer mejor a cualquiera que jugó a su lado, dando coberturas a los laterales (primero Vidal y luego Alves), muy atento a la espalda de Mathieu y recuperando nueve balones, el más destacado en ese aspecto. No se olvidó de colaborar con Busquets, con quien parece jugar de memoria, ni de darle apoyos a Sergi Roberto.
Tiene esa capacidad dentro del área, tiene recursos y es capaz de hacer goles. En los entrenamientos también los marca Luis Enrique, técnico del Barcelona
Piqué, que creció en las divisiones inferiores defendiendo a la Pulga de los rivales más abusones cuando hacía verdadero honor a su mote y se hizo mayor en Manchester en un vestuario donde supo hacerse respetar, volvió a hacer mejores a los suyos, una de sus ideas vitales y una actitud en el campo que le contagió Puyol, su referente deportivo. El central lleva en ello mucho tiempo, casi desde que le abandonó esa pareja suya de hecho que fue el central de La Pobla, con el que lo ganó todo en el Barcelona y en la selección. Gracias a su talento ha sobrevivido en el cargo Mascherano, parece mejor Mathieu, aprende Bartra los pocos minutos que juega y se siente seguro Vermaelen. Por no hablar de los porteros, de Busquets, que suspira aliviado siempre que le ve, o Alves y Vidal, a quienes guarda el puesto cuando deciden irse de excursión. “He visto una gran versión de Piqué antes de llegar”, afirmó Luis Enrique. “Tiene esa capacidad dentro del área, tiene recursos y es capaz de hacer goles. En los entrenamientos también los marca”.
A menudo, como ayer, parece jugar de memoria si sale al campo con los cinco sentidos puestos en su menester. Entonces, no parece haber mejor futbolista en su puesto. “El problema es cuando se aburre, porque se despista”, solía decir Puyol. Y Piqué, se reía, como dándole la razón. Pero eso era antes. Ahora que se ha hecho mayor, no pierde el paso. Ni el tiempo. “El Sevilla es un equipo que defiende bien y que sale muy bien a la contra”, elogió el central a los andaluces. “El nuestro ha sido un gran trabajo porque llevamos minutos en las piernas, pero hemos conseguido remontar y las Ligas se ganan con los partidos que se sufren. Estamos en buena línea”. Relativizó el hecho de igualar la plusmarca de 34 partidos sin perder: “Los récords no sirven para nada, todo se resume a los títulos y tenemos la temporada bien encarada, falta rematarlo”. Más allá de pensar en si el rival es el Madrid o el Atlético, dijo: “Nos centramos en lo nuestro, que nos ha ido bien”. Luego, en un chat en Periscope, se le escapó: “Tres puntos más que nos dan la Liga, o media Liga”, corrigió.
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