El Fuenlabrada también oposita a la sorpresa en la Copa
Ferrán López, director deportivo del club, relata la configuración del equipo rumbo al milagro tras superar un verano convulso peleando la plaza en la ACB y la marcha de Tabak
Un triple de Marko Popovic rindió al CAI en el Príncipe Felipe de Zaragoza (79-80) en la 17ª jornada de Liga y selló el pasaporte del Fuenlabrada a la Copa cuatro años después de su última participación en el torneo. Las derrotas de Unicaja en Madrid y del Andorra frente al Baskonia ejercieron de salvoconducto ese fin de semana para que el equipo de Jota Cuspinera se colgara el cartel de equipo revelación rumbo a la Copa de la sorpresas. Desde la cita de Valladolid 1998 no se veía un torneo que descabalara tantos pronósticos en cuartos de final como este en A Coruña. En los últimos 18 años nunca habían quedado eliminados a las primeras de cambio el primero y el segundo cabeza de serie. Solo el Barcelona en 2006 y el Madrid en el clásico de videoteca de Vitoria 2013 patinaron en su primer envite. El Fuenlabrada, que esta tarde se mide al Madrid (19.00, La1), buscará prolongar la secuencia rupturista que se está viviendo en Galicia. “Venimos a liarla”, reza el lema de los madrileños.
El Fuenlabrada, que vivió una pretemporada inestable pugnando con la ACB entre reuniones, comunicados, alegaciones, burofaxes, auditorías, querellas y mensajes cruzados para mantener su plaza en la Liga Endesa, y en noviembre vio cómo su entrenador Zan Tabak se marchaba a progresar al Maccabi de Tel Aviv, se reivindicó antes de la Copa con un sobresaliente esprint de seis victorias en nueve jornadas (con triunfos ante Bilbao, Obradoiro, Gran Canaria y Madrid, rivales ahora en A Coruña). “Cuando configuramos el equipo lo hicimos pensando en recuperar todo lo que habíamos perdido en los últimos tres años. Queríamos gente con corazón aunque tuvieran menos nombre y menos calidad. Que tuvieran hambre para luchar cada balón desde el primer minuto. Queríamos valores y juego”, explica el director deportivo del club, Ferrán López.
La circunstancia de que la mayoría de los jugadores acabaran contrato tras una calamitosa temporada que llevó al equipo al descenso deportivo fue vista como una oportunidad de catarsis y renovación bajo la línea marcada por Tabak. “Salieron nueve jugadores. Nos quedamos solo con los canteranos y a partir de ahí construimos un equipo a la medida del entrenador. Después la mezcla de todos es cuestión de suerte y de cómo comience la temporada. La unión del vestuario son cuatro o cinco victorias al año. Después, la incorporación de Popovic fue el regalo definitivo”, prosigue Ferrán.
Antes de todo eso, al conjunto fuenlabreño le tocó superar un verano convulso peleando por mantener la categoría. La decisión de la ACB de no inscribir al CB Ourense ni al Tizona Burgos por incumplir los requisitos de acceso, ofreciendo sus dos plazas vacantes a Gipuzkoa Basket y al Baloncesto Fuenlabrada, los dos conjuntos descendidos en el torneo, se prolongó durante meses condicionando la planificación y el futuro del club. “Empezamos a construir un equipo para la Liga LEB y hasta finales de agosto no supimos dónde íbamos a estar. La incertidumbre era lo peor. Merecimos bajar deportivamente, pero con las normas de la ACB en la mano la plaza era nuestra. Trabajé con dos carpetas: una con jugadores y técnicos para LEB y otra para ACB. Estuvimos expuestos a que Tabak y alguno de los jugadores que teníamos apalabrados se hubieran ido a otros equipos, pero hubo suerte”, relata el arquitecto del proyecto.
Superada la reinscripción en la élite llegó la marcha de TAbak en noviembre cuando el proyecto estaba comenzando a cuajar. “Lo normal era dar continuidad a la idea con Cuspinera que ya estaba participando como segundo en esa metodología de trabajo. No habíamos echado al entrenador porque las cosas fueran mal. Jota conoce la Liga y el estilo de juego que nos habíamos propuesto. Hay que perder el miedo y dar paso a gente nueva. Laso también llegó al Madrid sin mucha experiencia como primer técnico”, explica Ferrán.
Con Cuspinera al mando, ante su maestro Laso, El Fuenlabrada vivirá en A Coruña su cuarta fase final de la Copa tras las de Barcelona en 2012, Málaga en 2001 y Valencia en 1999. En sus tres incursiones en el torneo se quedó en cuartos de final, dos veces eliminado por el Madrid y una por el Barça. Esta tarde en A Coruña el milagro se viste de rojo para la fiesta a petición de su presidente, el socialista José Quintana. Atendiendo a los precedentes de la primera jornada, Galicia es tierra de embrujos y ecosistema para sorpresas.
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