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El récord del Barcelona era cosa de niños

Cámara y Kaptoum juegan unos minutos para lograr el empate y firmar el registro histórico de invencibilidad del Barça

Jordi Quixano
Kaptoum, desde de lograr el empate del Barcelona.
Kaptoum, desde de lograr el empate del Barcelona.Kai Försterling (EFE)

Ya advirtió Luis Enrique que tenía que encontrar estímulos nuevos para una eliminatoria que estaba resuelta desde el duelo de la ida, con el expresivo y rotundo 7-0 que firmaron ante un Valencia desvencijado. Quizá por ello probó el 3-5-2, un sistema novedoso durante esta temporada que potenciaba el control del juego, la salida por los costados [como indicó con un enfado morrocotudo sobre Bartra cuando le gritó: “¡Marc, por fuera coñ…!”] y la facilidad de toque en la zona de seguridad. Así, Vermaelen daba un paso hacia delante y el central, por ejemplo, tenía cinco líneas de pase entre el otro central, el mediocentro defensivo, los dos medios y el jugador de banda; toda una dormidina que a los 20 minutos se cuantificó: 71% de posesión azulgrana y el 54% en el campo de Ter Stegen. El estímulo, entonces, bien pudo ser la improvisación del sistema porque exigía que todos los jugadores prestaran atención a las nuevas funciones, a jugar en tensión para funcionar ante lo desconocido.

El otro estímulo eran los minutos de los menos habituales –solo Rakitic forma en el equipo titular junto a Ter Stegen en las competiciones de eliminatorias- y la ilusión de los jóvenes del filial, que apenas han tenido la confianza del técnico durante el curso y que ayer pudieron decir la suya. Y lo hicieron a lo grande.

De inicio, en cualquier caso, sólo jugó Samper, el más veterano de los noveles. De mediocentro y junto a Sergi Roberto, trató de dotar sentido al fútbol azulgrana, pases que sin embargo no descontaban líneas de presión porque a Rakitic lo tenían atado en corto y porque Sandro y Munir no encontraban su hueco. No se complicó y cumplió su décimo encuentro con el primer equipo, siempre de la mano de un Luis Enrique que le hizo debutar en la Champions en 2014 ante el Apoel y hasta le dio la tentativa en la semifinal del Mundial de Clubes. Es Samper el único que tiene carrete, más allá de Gumbau. “No puedo hacer juegos de magia, del filial podemos coger los que podemos”, expuso el entrenador hace poco, por más que en esta semana dijera que era bueno que el B encadenara cuatro victorias como lleva desde que se reforzó con 10 futbolistas, una vez levantado el veto de la FIFA.

En el segundo acto, con un ajustado 1-0, Luis Enrique siguió sin rotar porque prefirió dar minutos de competición a su plantilla. Aunque cuando faltaba un cuarto de hora, salió Cámara por Rakitic. Un premio para el extremo zurdo, que suma cuatro goles en los últimos seis partidos con el filial y que se estrenó en diciembre con los profesionales en la Champions ante el Leverkusen, en otro duelo intrascendental porque el Barça ya se había clasificado como primero de grupo. Jugó, sin embargo, de delantero centro, lejos de tener el balón. Hasta que cinco minutos más tarde, a falta de 10, sacó a Kaptoum –que debutó en la ida del a Copa de este año ante el Villanovense- para darle el frente del ataque y recolocar a Cámara a la izquierda. Y funcionó de maravilla porque en un visto y no visto, Douglas –también salió de suplente- sacó el balón por el costado, Cámara se cobró metros con la carrera y centró raso al punto de penalti, donde Kaptoum puso el interior del pie para firma el empate.

"Me llega el centro y la coloco bien abajo", dijo Kaptoum; "Es un buen momento para mí y espero seguir así". Tomo la palabra Rakitic: "Han jugado algunos jóvenes y lo han hecho muy bien. Además uno ha marcado, por lo que muy bien”, señaló Rakitic a pie de césped. Y Kaptoum completó: "Esto es un sueño para mí. ¿Y por qué no verme con el primer equipo en un futuro?".

Tres goles contabiliza el mediapunta camerunés, que llegó con la escuela de Eto'o en época de Alevines, en los tres últimos encuentros que ha jugado. Este, además de ilusionante para él, fue capital y para la memoria porque consiguió situar el récord de invencibilidad histórico a 29 encuentros, uno más que el registro del equipo de Guardiola en el curso 2010-2011. "Me alegro mucho por ello", reflexionó. En la trastienda se quedaron Gumbau, Aleñà y Romera, pero Samper participó del empate y Cámara y Kaptoum explicaron que el récord era cosa de niños.

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