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El Celta lo fía todo a la Copa

"Es el partido más importante desde que soy entrenador del equipo", ha dicho Berizzo en la previa del Atlético-Celta, la vuelta de cuartos de la Copa del Rey

Yannick Ferreira Carrasco (d) Jonny Castro disputan un balón en la ida de cuartos de final de la Copa del Rey.
Yannick Ferreira Carrasco (d) Jonny Castro disputan un balón en la ida de cuartos de final de la Copa del Rey.MIGUEL RIOPA (AFP)

Siempre mesurado en sus valoraciones, Eduardo Berizzo no ahorra desde hace una semana calificativos grandilocuentes para referirse a la cita que le espera al Celta este miércoles en el Vicente Calderón (20,30 horas, TVE1). "Es la más importante desde que soy entrenador del equipo", ha valorado este martes antes de dejar Vigo entre el afecto de centenares de aficionados que, llamados por varios colectivos de peñistas, acudieron a despedir al equipo antes de partir hacia Madrid. "Queremos hacer historia", completa el zaguero Jonny. Visto desde un prisma neutral parece exagerado demandarle al Celta que elimine al Atlético en su feudo tras un empate a cero en la ida y, aún más que corone alzando el título una competición en la que aún quedan en liza entre otros, además del equipo que entrena Simeone, Barcelona, Athletic, Valencia o Sevilla. Sin embargo el talento llama a la ambición y ésta a la exigencia. Y esa historia a la que aluden muchos de los jóvenes futbolistas del equipo, también obliga.

El celtismo siente que el fútbol no ha premiado al equipo acorde a lo que le ha ofrecido en los últimos años y percibe un vacío en su sala de trofeos, un amargor que se remonta a dos finales de Copa del Rey perdidas ante el Zaragoza, la primera en 1994, la segunda en 2001, seguramente en el cénit de un equipo que se presentó a aquel duelo en Sevilla como favorito y sufrió un traumático revolcón. Quince años después el Celta no ha logrado repetir siquiera en unas semifinales, a las que accedió nueve veces en 92 años de historia. Ese es el primer objetivo, pero la mirada va más allá: "Podemos ganar la Copa y queremos luchar por ello", apostilla Jonny. "Hemos dado un salto de madurez y competir de igual a igual con el Atlético como lo hicimos en la ida me llena de confianza", confía Berizzo, que desliza ese sentimiento de necesidad por afirmarse en la victoria. "Pensamos en nuestra gente, en lo que representaría para ellos ganar".

Todo ese valor invitó a convertir el partido de Liga del pasado sábado ante el Rayo en un fiasco en una estación de paso, pero en la terminal del Calderón se aguarda al mejor Celta. Eso sí, sin Nolito. El delantero internacional no juega desde que sufrió una rotura fibrilar en el muslo derecho el pasado 12 de diciembre. "Su lesión ya queda atrás, pero lo que debe recomponer ahora es su forma física", refirió Berizzo, que despejó especulaciones sobre que el club lo guarde en previsión de una inmediata salida. O las abonó, porque vino a decir que lo que suceda en los despachos no tiene que ver con sus convocatorias: "Augusto se fue al Atlético y estaba jugando". Parece lógico pensar que si el Celta siguiese en la Copa haría todo lo posible por retener a su mejor futbolista.

Desde Vigo se enfoca con claridad y en el Atlético la mirada se dispersa. A Diego Simeone se le inquirió en las horas previas al partido una opinión sobre los múltiples debates que rodean a su equipo: el día y la hora del duelo contra el Real Madrid -"en la vida hay excusas y realidades, yo vivo de de la realidad", matizó al respecto-, la cita del próximo sábado en el Camp Nou con el liderato liguero en juego o el futuro de Fernando Torres, con el que reconoció haber hablado sin desvelar más detalles: "Sabe lo que pienso y él me ha dicho lo que piensa. Eso nos deja tranquilos de ahora para adelante". Y tuvo que recordar el sentimiento que despierta la Copa del Rey en su equipo: "Sabemos de su importancia, de lo bonito que nos regaló aquella final en el Bernabéu y le tenemos mucho cariño y respeto".

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