Penalti ¿y expulsión?
La International Board anunciará en marzo cambios en una regla que implica triple castigo y que genera dudas en el fútbol
La cocina del fútbol funciona a fuego lento y en ella la International Football Association Board debate en torno a una normativa universal bajo una perspectiva conservadora. Cada decisión se valora o se coteja en algunas competiciones antes de que los guardianes de las reglas que aplican los árbitros determinen o denieguen variaciones. “Los procesos son largos y con varios filtros, pero sobre todo se trabaja desde una perspectiva universal porque las condiciones no son iguales en todo el mundo o en todas las categorías y sin embargo las reglas deben serlo”. La reflexión es de José María García-Aranda Encinar, árbitro de larga trayectoria en el fútbol español que tras su retirada trabajó durante nueve años como director de arbitraje en la FIFA y se sentó en las reuniones de la International Board. Ahora trabaja como consultor con varias federaciones para mejorar estructuras arbitrales.
La discusión en torno a como se puede mejorar el fútbol es infinita, las soluciones se cotizan. Hace un cuarto de siglo sostenía Joao Havelange, el máximo capitoste de la FIFA, que las reglas no debían tocarse. Meses después se produjo uno de los cambios referenciales en las últimas décadas: se prohibió a los porteros tocar el balón con la mano al recibirlo de un compañero. Los interesados alzaron la voz. “Somos porteros, no jugadores”, clamó un titular en la meta de un importante club español. Hoy el fútbol no se entiende sin la participación del portero con el balón en los pies. “La reglamentación evoluciona y lo hace intentando favorecer el gol”, reflexiona García-Aranda. Pero no siempre se consigue. En el Mundial juvenil de 1993 se puso en marcha la fórmula del gol de oro para definir eliminatorias o finales que acababan en empate y evitar, en lo posible, que se decidieran en tandas de penaltis. El miedo a perder fomentó la racanería y las tácticas defensivas ante la posibilidad de recibir un gol sin opción de enmienda. Diez años después se volvió a la situación anterior.
Ahora la discusión gira en torno a si debe modificarse otra norma introducida en los noventa. Este domingo, el portero del Athletic Gorka Iraizoz tuvo que ver el partido de su equipo desde la grada, sancionado tras salir expulsado en el tercer minuto del partido de la jornada anterior contra el Barcelona. La opción de retocar el conocido como triple castigo está sobre la mesa de la International Board. “Llevamos años pidiendo un cambio, pero solos no podemos hacerlo y los árbitros tienen que respetar una norma estúpida porque el penalti ya es bastante penitencia”, apuntaba Michel Platini antes de tener que abandonar la presidencia de la UEFA.
La FIFA no tiene capacidad decisoria, pero sí puede inclinar la balanza. La International Board congrega a representantes de las cuatro federaciones británicas, como hilo conductor con quienes redactaron en 1863 el primer reglamento en una taberna londinense, y acoge desde 1913 al organismo que reúne a las federaciones de todo el orbe. Irlanda del Norte, Escocia, Gales e Inglaterra disponen cada una de un voto, la FIFA de cuatro, pero para tomar decisiones se necesita una mayoría de seis. En el caso del triple castigo antes de las reuniones de los tres últimos años se esperaban variaciones. No fue así, pero en la maduración se abrió alguna puerta. “El castigo es excesivo y buscamos una solución”, reconoce el jefe del departamento de árbitros de la FIFA, Massimo Busacca.
“Sentido común”
“Ocurre que cada situación es un mundo y, por ejemplo, el concepto de ocasión manifiesta de gol no es lo mismo en categoría regional que en la élite, donde hay más calidad”, argumenta José Enrique Mejuto González, el cuarto árbitro español con más partidos en Primera, popular en su día junto a su asistente Rafa Guerrero por aquel “penalti y expulsión” en un Zaragoza-Barcelona de 1996. “Lo mejor es recurrir al sentido común”, estima. Quizás fue ese concepto el que invitó a Sergio Busquets a expresar un sentimiento a favor de un rival tras la expulsión de Iraizoz: “Son acciones que se castigan demasiado, pero es la norma”.
En la próxima reunión de la International Board que se celebrará del 4 al 6 de marzo en Cardiff habrá novedades. O bien la tarjeta roja mudará en amarilla excepto si media acción violenta o mano de un defensor sobre la línea de gol o, en caso de que persista la obligatoriedad de la expulsión para acompañar al penalti, se derogaría la sanción posterior. El pasado octubre hubo una reunión preparatoria celebrada en Londres y a la que acudieron árbitros, federativos y exfutbolistas como De Jong, Nakata o Karembeau. Allí se deslizó que se puede revisar además ese concepto de “ocasión manifiesta” al que alude Mejuto. El reto ahora es conseguir una redacción de la norma que ayude al árbitro.
Videos, atención médica y la interpretación de la mano
En la reunión de la International Board de Cardiff (4-6 de marzo) se debatirán sobre otras cuestiones arbitrales. Parece probable que algunas ligas (Brasil, México y EE.UU. ya se han ofrecido) introducirán en sus máximas categorías la ayuda del vídeo en la toma de decisiones muy concretas. Y se tratará de arrojar luz sobre otro de los eternos debates del fútbol, el de cuando debe señalarse una infracción por golpear el balón con el brazo o la mano.
La pasada semana en un partido entre Celta y Atlético el jugador rojiblanco Thomas golpeó de manera evidente el balón con el brazo dentro de su área. El juez, Estrada Fernández explicó a los futbolistas al acabar el partido que, según su criterio, Thomas no había querido golpear la pelota. Pero tenía los brazos extendidos y una reciente circular avisa a los colegiados de que "si el jugador abre los brazos con la intención de cubrir un espacio o de ampliar silueta se debe señalar mano voluntaria". "De nuevo es una cuestión de interpretación", explica Mejuto. "De lo que se trata es de dar pautas cada vez más claras para definir el concepto de voluntariedad y eso se hace por ejemplo con el rebote si la pelota da primero en una parte del cuerpo y luego en la mano. Ahí nunca es penalti", aclara Garcia-Aranda. Lo que descarta la International Board es que cualquier mano sea penalti. "Se perdería la normalidad del juego", completa Mejuto. "Seria un caos, fomentaría la picaresca o buscar la infracción del rival de forma antideportiva", cree García-Aranda, que apunta un detalle: "Hace años se quitó del reglamento la palabra intencionadamente excepto para la mano".
En marzo se dirimirá también sobre una enmienda desechada hace un año, la de incorporar la opción de una cuarta sustitución en caso de prórroga y también se incidirá en como darle una vuelta de tuerca a las situaciones de atención médica a los jugadores. Hay una propuesta para que no deban salir del campo tras ser auxiliados sobre el césped si se hace en menos de un minuto. García-Aranda no lo ve claro: "Alguno estará 59 segundos", ironiza. Y apunta a que se reflexione sobre el motivo por el que en su día se tomaron decisiones sobre estas situaciones y, en definitiva, sobre la labor de quienes determinan los cambios normativos. "Los tiempos son lentos porque no es fácil ver soluciones claras a algunos problemas que plantea la evolución del fútbol y lo grande de este deporte es que no haya uno de ricos y otro de pobres sino que se pueda jugar igual en un parque que en el mejor de los estadios".
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