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Las Palmas pone el dedo en la herida del Valencia

Al ritmo marcado por Valerón, el conjunto canario ahonda en la crisis del equipo de Neville

Varios jugadores del Valencia se lamentan al término del partido.
Varios jugadores del Valencia se lamentan al término del partido. J. JORDAN (AFP)

Sin pretenderlo, al ritmo caribeño marcado por Valerón, jugando en corto y al pie, Las Palmas puso el dedo en la herida del Valencia, insustancial una vez más. El equipo de Neville, sin identidad alguna, fue incapaz encontrar soluciones a través del juego, con sus futbolistas atenazados, sin frescura mental y con las piernas pesadas. Valerón, al trote, camino del homenaje a su excelsa carrera y descontando las clases magistrales que le quedan por ofrecer, tuvo más sensibilidad en sus botas que todo el Valencia.

Valencia 1-Las Palmas 1

Valencia: Ryan; Barragán, Mustafi, Abdennour, Gayà; Zahibo (Negredo, m. 78), Parejo, Danilo; Rodrigo (Cancelo, m. 67), Alcácer y Piatti (De Paul, m. 62). No utilizados: Doménech; Vezo Diallo y Fran Villalba.

Las Palmas: Lizoain; Nili, David García, Aythami (Dani Castellano, m. 81), David Simón; Vicente Gómez (Roque Mesa, m. 20), Culio; Momo (Nauzet Alemán, m. 77), Valerón, Wakaso; y Araujo. No utilizados: Javi Varas; Garrido, El Zhar y Willian José.

Goles: 0-1. M. 37. Zahibo. 1-1. M. 60. Alcácer.

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Danilo, Zahibo, Araujo, Gayà, Araujo, Wakaso, Culio y Nauzet Alemán.

Unos 15.000 espectadores en Mestalla.

Fue la única excusa válida para hacer pagar a los escasos abonados valencianistas que acudieron a un Mestalla semivacío en una nueva torpeza de los dueños del club che que dirigen desde Singapur. Los presentes no pudieron reprimir al final del partido la filípica a su equipo, en estos momentos vulgar como pocos. Un nuevo empate del Valencia (1-1) que cuestiona su presencia en las semifinales, la validez de sus jugadores, la capacidad de Neville y el criterio de Lim.

En un principio, el Valencia pensó que tenía un amigo en el conjunto canario. Fiel a sí mismo, el proceder de la UD Las Palmas resulta temerario en ocasiones. Recreándose en la salida del esférico desde su portería, el conjunto de Quique Setién se puso solo en aprietos. Al poco de iniciarse el partido, un robo de balón dejó solo a Alcácer ante Lizoain, solventando el portero canario con apuros la internada del delantero internacional, infalible en tales acciones. El error entra dentro del método canario, pertinaz en asumir riesgos una y otra vez, con Lizoain alterando las pulsaciones de sus compañeros fiados en demasía en el juego de pies del sustituto de Javi Varas en la Copa.

Las Palmas se propuso disfrutar del juego, más que nadie Valerón, al que sus compañeros buscaron durante todo el partido para que aclarase el juego con su habitual delicadeza. El equipo de Setién tiene su pensamiento en otra competición, en otro estadio a tres kilómetros de Mestalla, el Ciutat de València donde el lunes se enfrenta al Levante en la Liga, lo que verdaderamente da de comer. Por convicción y como premio a la plantilla, Setién renovó el once como ha venido haciendo en la Copa. Al cuarto de hora se tuvo que retirar Vicente Gómez con problemas en un hombro tras una caída.

Con más necesidad, los cambios en la alineación de Neville se debieron a las ausencias por lesión, focalizadas en el centro del campo, formado con Parejo y los imberbes Zahibo y Danilo, dos portentos físicos de mejorable técnica. La que le sobra a Valerón que con una media vuelta y un caño se deshizo de la marca del francés ascendido del Mestalla y del brasileño. A los 40 años Valerón deja siempre detalles de lujo, que evidencian el gran jugador que fue y aun es andando. El fútbol está en su cabeza y los pies le siguen obedeciendo.

Con problemas para crear, el Valencia opuso lo básico, actitud e intensidad. Poca cosa, no tiene más en estos momentos. Por si fuera poco, también presenta fisuras en defensa. En una falta lateral, sin casi pretenderlo, el equipo canario se adelantó en el marcador tras marcarse en propia puerta Zahibo.

Con más ánimo que temple, el Valencia se dispuso a solventar la situación desde el inicio del segundo tiempo. Y encontró solución a medias en el de siempre, en Paco Alcácer, que dirigió el esférico a la red de la portería de Lizoain tras una dejada de Parejo. Con media hora por delante, el Valencia se quedó seco. Las Palmas, casi sin querer, tiene más cerca las semifinales de Copa.

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