El Málaga hace sufrir al Sevilla
Dos goles de Gameiro asientan al equipo de Emery en zona europea y le permiten sumar su novena victoria seguida en casa
Sufrida victoria del Sevilla, la novena seguida en Nervión, con poco juego y mucha eficacia, sometido en muchas ocasiones por la intensidad del Málaga. Los de Gracia lo intentaron siempre, pero carecen de la pegada de su rival, lo que frustró sus posibilidades de lograr el empate. Dos goles de Gameiro, en buen momento, sentenciaron al Málaga en un minuto y en dos acciones aisladas, puesto que el conjunto de Emery estuvo bastante espeso, careció de la intensidad de duelos precedentes y estuvo a merced del Málaga en el tramo final del choque, cuando se quedó con uno menos por la expulsión de Iborra. Aguantó el Sevilla, un titán en su estadio, aunque pudo pagar muy su falta de ritmo y juego. Jugó andando, pero ganó, lo que ofrece una idea de su amplio repertorio. El Málaga, mientras, vio truncada su racha de ocho partidos sin perder. Con un buen delantero, el conjunto de Gracia estaría peleando por Europa. El Sevilla, que iba ganando 2-0, se diluyó en el tramo final del encuentro, sin capacidad para tener el balón, cometiendo faltas ingenuas que acercaron el empate para su rival, volcado en ataque, pero bastante romo.
Sevilla, 2 - Málaga, 1
No es el Málaga un buen rival cuando se desea ganar un partido sin ritmo. Bien trabajado por Gracia, valiente para presionar al Sevilla en su propio campo, los de Emery sufrieron mucho en el primer tiempo ante el buen planteamiento de su rival. Esencialmente, porque el Sevilla se mostró incapaz de mover el balón con velocidad, sin meter esa sexta marcha tan necesaria para desbloquear defensas tan rígidas y ordenadas como la del Málaga. Los de Gracia apretaron con sentido en incluso llegaron con cierto peligro a la meta defendida por Rico. Al Málaga le pesa mucho su falta de gol, pues sus delanteros son pujantes y fuertes, caso de Charles o Amrabat (se puede marchar a la Premier), pero de escasa puntería. Tampoco aparecía escrito en el guion de Gracia lo fácil que, a veces, es el fútbol. El Sevilla, bendecido en su estadio, se fabricó un gol de la nada. El protagonista había sido Rami, imperial en un cruce ante Amrabat, listo para sacarla de forma rápida con un balonazo de más de 30 metros que cazó Gameiro, en gran forma, para batir por alto a Kameni. Un gol que destroza las pizarras de los entrenadores y que provocó una especie de bloqueo en el Málaga. El Sevilla no había tirado a la puerta del camerunés y solo había tenido una clara ocasión en los pies de Krohn-Dehli.
Un minuto después, la presión alta del Málaga fue desmontada por un contragolpe fabuloso del Sevilla. El árbitro no vio el codazo involuntario de Vitolo en la salida de la jugada y entre él y Banega destrozaron con velocidad a la zaga del Málaga. El canario asistió a Gameiro, de nuevo goleador, de nuevo decisivo por su puntería ante la meta de Kameni. Un balonazo y un contragolpe habían maniatado al Málaga, tan ordenado como inocente. El Sevilla , sin duda, supo buscar los múltiples caminos que llevan al gol.
Mejoró el Málaga con la entrada de Duda, aunque bajó en su presión. El resultado fue que el gol rondó por ambas área. Tuvo dos Charles y otras dos Gameiro, pero el que marcó fue el Málaga por mediación de Charles. El Sevilla se confió demasiado y lo pagó caro. Falta a falta, el Málaga hizo sufrir al Sevilla, que pidió la hora para acabar ganando de forma agónica. Un triunfo que le sabe a gloria pero que le obliga también a una reflexión. Hace falta mucha calidad para ganar partidos andado, algo que en la Liga española solo está al alcance de Barcelona y Madrid. El Málaga se lo hizo saber con un encuentro lleno de tensión y valentía.
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