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EL CÓRNER INGLÉS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Solicitudes de empleo de José Mourinho

"Por si tuviese alguna duda, pídanle referencias a mi agente, Jorge Mr. Transparencia Mendes, a quien nombraría como jefe de adjudicación de patrocinios"

Mourinho en Stamford Bridge
Mourinho en Stamford BridgeMatt Dunham (AP)

“A veces cuando pierdes una batalla encuentras una nueva manera de ganar la guerra”.

Donald Trump

Estimado Emir de Qatar:

Entiendo que dentro de poco habrá una vacante para el puesto de presidente de la FIFA. Me presento como candidato. Considero que, como el mejor entrenador de la historia, reúno las condiciones para ejercer como figura máxima del fútbol mundial.

La transición del Blatterismo al Mourinhismo sería de seda. Nos critican los perritos de la prensa a Don Sepp y a mí. Nos acusan de todo. Pero siempre respondemos con el desdén que nuestros envidiosos detractores se merecen. Porque somos ambos como usted, señor Emir: hombres honorables de una integridad intachable.

Por si tuviese alguna duda, pídanle referencias a mi agente, Jorge Mr. Transparencia Mendes, a quien nombraría como jefe de adjudicación de patrocinios y derechos televisivos mundiales el día que usted responda como corresponde a mi solicitud de empleo. Le doy mi palabra de honor, por supuesto, de que mi prioridad, como la de tantos ilustres miembros de la actual directiva fifera, sería hacerle feliz a usted, sabiendo que usted haría feliz a mi cuenta bancaria. Mi primera iniciativa como presidente consistiría en fijar a Qatar como sede mundialista para la eternidad con la exigencia adicional de que la gran fiesta del fútbol se celebre siempre en pleno verano, sin aire acondicionado, para que los pérfidos ingleses jamás tengan la más mínima posibilidad de ganar.

Le saluda humildemente,

José Mourinho

Estimado Florentino:

Como me comentaste el otro día por teléfono, sé —y lo lamento horrores— que te estás hartando de la ingratitud de la afición del Real Madrid. Ya me lo has dicho muchas veces: nadie mejor que yo para reemplazarte como presidente del club, nadie con más credibilidad para continuar tu noble trabajo como impulsor del señorío y del juego limpio y bonito.

Ya sabes que soy la única persona capaz de acabar con la vil hegemonía del Barcelona. La fórmula la expliqué hace unos años y, como me reconociste, fue el principal motivo por el cual acertaste al elegirme como entrenador del Madrid: “Si tú tienes un Ferrari y yo un coche pequeño, para ganarte en una carrera tengo que romper tu rueda o meter azúcar en tu depósito de gasolina”. Lo dije en 2010 y nada resume mejor la filosofía futbolera que tú y yo compartimos durante nuestros tres años juntos.

En cuanto a los 80 millones de euros que requiere un candidato, según las normas que tú sensatamente impusiste, para poder presentarse a la presidencia del mejor club del mundo, ya sabes que entre los finiquitos que recibí de ti y de Abramovich, con la ayuda inestimable de nuestro amigo Mendes, los tengo de sobra. Cuento con tu apoyo, amigo.

Un abrazo,

Tu José

Estimado Señor Trump:

Veo que aún no ha nombrado nadie al puesto de candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos. No tengo ninguna duda de que de aquí a un año usted estará preparando los planes para demoler el que sería su nuevo hogar, construir en su lugar una torre de cristal de 200 pisos y cambiar el nombre Casa Blanca por Trump Power.

Mi trayectoria lo avala: soy la persona indicada para ejercer junto a usted la noble tarea de recuperar la reputación de Estados Unidos, echada a perder por el islamista Obama, como el país más temido y odiado de la tierra. Tenemos mucho en común, Mr. Trump. Me miro en el espejo y lo veo a usted. Somos ganadores natos. No pedimos perdón bajo ninguna circunstancia, nunca reconocemos tener la culpa de nada, insultamos sistemáticamente a nuestros rivales, despreciamos a las razas inferiores (usted a los mexicanos y musulmanes; yo a Rafa Benítez) y valoramos el dinero casi tanto como el amor que sentimos por nosotros mismos.

En el caso de que usted tuviera que dimitir, cosa que por supuesto yo nunca desearía (pregúnteselo a Jorge Valdano), nadie como yo para asumir el mando de nuestra querida hiperpotencia y seguir su noble tarea de erigir murallas, lanzar bombas y fomentar guerras por el mundo. Y le prometo que resistiría la tentación de recuperar el nombre original de la residencia presidencial. Eso si, cambiaría Trump Power, con su permiso, por Casa Mou.

Con admiración infinita,

The Special One

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