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El Sevilla empata por talla

El físico de Iborra y Llorente rescata al equipo de Emery ante un sólido Deportivo, que se despistó una vez y lo pagó

Lucas, derecha, pugna por el balón con Kolodziejczak.
Lucas, derecha, pugna por el balón con Kolodziejczak.MIGUEL RIOPA (AFP)

Rescató un punto el Sevilla en un partido al que durante muchos minutos no supo como hincarle el diente. Lo hizo en un despiste del Deportivo, que es un hueso duro de roer y que solo ha perdido dos partidos en lo que va de Liga, un rival demasiado correoso para un Sevilla con demasiado andamiaje y que fue a remolque, castigado de inicio por el décimo gol de Lucas Pérez en 14 jornadas. Lleva cuatro seguidas viendo puerta. Ayer la dejó pasar a la primera en un mano a mano en el que Sergio Rico tapó meta, pero no falló a la segunda y la encontró con esa rotundidad que es casi seña de identidad.

Deportivo, 1 - Sevilla, 1

Deportivo: Lux; Juanfran, Arribas, Sidnei, Fernando Navarro; Cani (Laure, 59), Mosquera, Álex Bergantiños, Luisinho (Fayçal Fajr, m. 68); Oriol Riera (Jonathan Rodríguez, m. 10) y Lucas Pérez. No utilizados: Manu Fernández, Lopo, Juan Domínguez y Fede Cartabia.

Sevilla: Sergio Rico; Mariano, Rami, Kolodziejczak, Escudero; Krychowiak, Nzonzi (Iborra, m. 70), Krohn-Dehli; Vitolo (Reyes, m. 55), Gameiro y Konoplyanka (Llorente, m. 55). No utilizados: David Soria, Coke, Luismi e Immobile.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Amonestó a Cani, Mosquera, Kolodziejczak, Krychowiak, Iborra.

Goles: 1-0. m. 22, Lucas Pérez; 1-1. m. 76, Iborra.

Riazor. 25.013 espectadores.

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Todo en Lucas es exhuberancia, pero su golpeo de zurda es una bomba. Encontró en el tepe de Riazor un aliado, cubierto como estaba al poco de empezar y sin haber sido muy pisado de lo que en Galicia se conoce como xiada, ese rocío de las primeras horas nocturnas que convierte cualquier superficie en un cristal. Así pasaportó a la red un libre directo que voló hacia el palo que cubría Sergio Rico tras patinar el esférico ante el portero para tirar millas.

El gol premió el buen inicio del Deportivo, trabajador y esforzado, siempre preocupado en darle al partido una marcha más de la que deseaba el Sevilla, aliviados los blanquiazules por el trabajo de sus delanteros, que durante bastantes minutos supieron responder a los envíos que les llegaban desde la zaga y pelearlos con acierto para darle metros a los suyos y jugar así en terreno rival. Ahí se aplicaron Lucas en la ruptura y Jonathan Rodríguez en el rol que estaba reservado al desafortunado Oriol Riera, que se marchó lesionado cuando el partido apenas despertaba, balón al pecho y cuerpeo ante los fornidos centrales sevillistas.

Ese es el equipo de Emery, físico como pocos, de despliegue con tipos como Krychowiak o Nzonzi, dos bigardos de impresión, de talento y velocidad adelante. Pero la mezcla no acaba de cundir. Sufrieron cuando el Deportivo supo desordenar el partido, se impusieron cuando lograron pausarlo en el último cuarto de hora de la primera parte, ahí pudieron marcar primero Konoplyanka y luego Gameiro en sendas cabriolas.

El descanso le llegó en buena hora al Deportivo porque el Sevilla perdió el hilo. Lo recuperó el equipo de Víctor Sánchez del Amo, que se sostuvo no solo en el esfuerzo colectivo sino en los destellos individuales, en la contundencia y velocidad de Sidnei para frenar las contras del Sevilla, siempre peligroso al galope, o en la precisión de Mosquera y su capacidad para mezclar pase en corto o en largo. En cuanto desde la banca sevillista se percibió que el partido caminaba por un sendero indeseado se tomaron decisiones, partieron para la caseta los dos extremos, Vitolo y Konoplyanka y Emery buscó el partido por dentro con Reyes y Llorente, con dos delanteros en el frente del área deportivista, uno para bajar el balón y otro para correr tras él, y los laterales más adelantados, con riesgo, también.

El Deportivo ya no conectaba como en la primera media hora de partido con sus delanteros, pero la ventaja en el marcador y la necesidad del rival le abrió la posibilidad de encontrarlos de nuevo. No acabó de conseguirlo a pesar del refresco de Fayçal Fajr para ejercer de pegamento. Con todo, el equipo no se descomponía y esa solidez amargaba al Sevilla. Pero Emery había redoblado su apuesta, había recurrido a la talla y encontró a Llorente por alto tras una desatención del Deportivo, que permitió un saque rápido de una falta en un flanco. La bajó una vez más el riojano, que le da tanto a un equipo tan solo por eso que resultan difíciles de entender sus reiteradas suplencias, y marcó Iborra solo ante Lux. Una vez se desnortó el equipo de Víctor, despistado también para sacar la línea de su meta, y le golpearon.

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