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La entronización del rondo

El juego de posesión del Barcelona recoge el testigo de evoluciones del deporte como la WM de Chapman, el ‘catenaccio’, el fútbol total, el achique o el ‘jogo’ bonito

Jordi Quixano
Un rondo del Barça durante la semana pasada.
Un rondo del Barça durante la semana pasada.A. GARCÍA (EFE)

Se creó una escuela de cuatros porque con Johan Cruyff era el mediocentro el que llevaba las manijas del partido. Desde Milla a Guardiola pasando por Celades, los medios se definían por ser el punto de partida del juego colectivo. Con Guardiola en el banquillo se adelantó un paso el eje gravitatorio, que fue la bota derecha de Xavi, un volante que ponía la pausa cuando el juego lo reclamaba y que guardaba el balón hasta encontrar el mejor de los pases. Ahora, con Luis Enrique se ha vuelto a tirar hacia delante porque es Messi, en el flanco derecho, el que catapulta al Barcelona en sus ofensivas. Una reconversión progresiva de la palanca azulgrana que evidencia que el fútbol cambia, por más que en el Camp Nou se persista siempre en la misma idea de tener más posesión que el adversario, en jugar al balompié como si de un rondo se tratara.

“El fútbol es todavía un deporte muy atractivo porque evoluciona todos los días. El que dice lo contrario es que no ha comprendido nada”, reflexiona Arrigo Sacchi. “Durante muchos años y no sólo en España, se decía que estaba todo inventado. Pero este juego es evolución y progreso. Por ejemplo, antes para defender se iba hacia atrás. Ahora, el Barça va hacia delante”, amplía Laureano Ruiz. “Si no se evolucionara, sería imposible que equipos tácticos pudieran contra rivales con mejores futbolistas”, resuelve Charly Rexach. “Es que los que dicen que está todo inventado son unos vagos. Mientras se juegue con personas, siempre habrá evolución”, abunda Xabier Azkargorta. “No nos podemos quedar parados”, interviene Luis Milla; “los técnicos tenemos que seguir progresando en conceptos tácticos aplicando la tecnología”.

“Los que dicen que está todo inventado, son unos vagos”, apunta Xabier Azkargorta

La historia así lo demuestra. Han existido huellas imborrables en el fútbol como La máquina de River (1941-1945), el Honved y los mágicos magiares (1949-1955), el Madrid de Di Stéfano (1956-19690), el Santos de Pelé (1955-1964), el Brasil de 1970, el Ajax y la Naranja Mecánica de Cruyff (1969-1974), el Milan de Sacchi (1988-1990)... Del mismo modo, ha habido cambios tácticos que han revolucionado del deporte. Como el de Herbert Chapman, inventor de la célebre WM —disposición del equipo sobre el césped— que agitó el juego antes de la Segunda Guerra Mundial al añadir un futbolista a la línea defensiva, hasta entonces integrada por sólo dos hombres. La reacción húngara se representó con la doble M flexible del seleccionador Gustav Sebes. Y, quizá por el momento de conflicto social en el mundo, se cogió miedo y se olvidó eso de que la mejor defensa era un buen ataque, por lo que se pasó al todo ataque conlleva un contragolpe. Por lo que apareció el catenaccio italiano, que marcó toda una época. Más tarde, los alegres holandeses expresaron la anarquía organizada con la selección, curiosamente perdedora en resultados pero vencedora en estilo y filosofía. Sacchi remoldeó los conceptos con una presión avanzada y el achique, y ahora es el Barça y los rondos los que gobiernan el fútbol, hasta el punto que han conquistado siete Ligas de las últimas 11, además de cuatro Copas de Europa en el mismo tiempo.

“El rondo tiene un gran valor por lo que ha hecho en el fútbol”, dice Luis Milla

“Los rondos que inventé eran cuatro contra dos, variable al seis para tres. Sirven porque en ellos hay dispendio físico, gran trabajo técnico y cuestiones tácticas defendiendo y atacando”, señala Laureano Ruiz; “y este Barça, en ocasiones, parece que juegue a los rondos sobre el césped gracias al juego posicional”. En un sentido parecido se expresa Sacchi: “El Barça tiene una posición correcta porque los jugadores siempre están cerca del balón y cerca del compañero. En la fase de posesión del balón, es un equipo que se ha realizado al máximo”.

Un estilo privado

Rexach también se posiciona a favor del rondo: “Al principio la gente se tomaba a guasa este ejercicio porque creían que era un juego de cachondeo, pero es que en él interviene todo lo que es el fútbol; se trata de que no te quiten el balón, pero también de robarlo”. Aunque la aprobación del rondo es general, no todos creen que sea un modelo de juego para todos, sino que es un tanto privado. “Hay que darle un gran valor al rondo por lo que ha hecho en el fútbol. Y el Barça, por lo que busca y la idea que tiene, es muy importante la combinación y las posesiones largas”, conviene Milla; “lo que pasa es que sólo se puede hacer con unos jugadores determinados”. Se suma Azkargorta: “El rondo es un magnífico ejercicio de posesión que funciona con un equipo hecho para eso. Pero también es peligroso porque muchas lesiones musculares se dan en estos ejercicios; los que están en medio, como no les gusta que les mareen, se esfuerzan en robar y se rompen”.

Cruyff, Van Gaal, Rijkaard, Guardiola y Luis Enrique han hecho del juego posicional un modo de vida que ha definido al Barça y, por consiguiente, al fútbol moderno. Es la entronización del rondo.

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