La rebelión del Leicester
El equipo dirigido por Claudio Ranieri estaba llamado a pelear por evitar el descenso y, tras 13 jornadas, lidera la Premier League
Existen determinadas palabras en inglés que son complejas de pronunciar. Y el equipo que se ha encaramado a la primera posición de la Premier sigue esta norma. El Leicester City —se pronuncia "lester"— mira desde su atalaya a los otros 19 equipos. Modesto, llamado a luchar por evitar el descenso, con una vitrina de trofeos nada lustrosa en la que no se expone ningún título de Liga. Ha dado un golpe sobre la mesa y, como si de una insumisión ante el poder establecido se tratara, se ha rebelado. Ni Manchester United, Chelsea o Liverpool, en Inglaterra tiene el bastón de mando el Leicester.
La plantilla no cuenta con un pedigrí notable. El nombre que más sobresale es el del entrenador, Claudio Ranieri. Un viejo conocido de la afición Española, pues dirigió al Valencia y al Atlético de Madrid entre 1997 y 2000. Llegó al banquillo del Leicester de rebote este verano tras la destitución de Nigel Pearson, icono para la hinchada —ascendió a Primera en 2014 y ganó siete de los últimos nueve encuentros para mantener la categoría—, pero que fue incapaz de capear el temporal tras conocerse que su hijo, que militaba en las categorías inferiores, había grabado un vídeo erótico en Tailandia con otros compañeros de la plantilla.
El buenhacer de este modesto no se puede comprender sin Jamie Vardy. La estrella, el pichichi de la Premier, la nueva esperanza inglesa, el terror de los porteros. Ha marcado 13 goles en 13 partidos —el último ante el Newcastle el sábado pasado— y está a punto de batir el récord de Van Nistelrooy de jornadas seguidas anotando. El holandés lo hizo en 10 consecutivas en 2003 e, ironías del destino, Vardy puede sobrepasarlo este sábado en casa ante el Manchester United, donde militaba Van Nistelrooy. La explosión del ariete del Leicester, que hasta hace poco más de tres años jugaba en el Fleetwood Town y trabajaba en una fábrica, ha adquirido tal magnitud que parece incuestionable como el nueve de su selección. Y eso que Roy Hodgson, el preparador inglés, lo ha llamado a filas solo una vez y fue en la última convocatoria, la del 13 al 17 de noviembre.
El estado de forma de Vardy puede sorprender, pero Ranieri ya se encargó de poner en el disparadero a otro gran delantero cuando entrenaba a la Fiorentina en los noventa. Fue el argentino Gabriel Batistuta, o Batigol, que marcó en 11 jornadas consecutivas, la misma hazaña que busca el inglés. El nueve del Leicester está exprimiendo al máximo los consejos de su técnico, que ya tiene 64 años. "Nos centramos en saber cómo defiende el rival, si enciman o van rápido al suelo, y luego lo ponemos en práctica sobre el campo. Está claro que está funcionando", aseguró en zona mixta tras concluir el encuentro contra el Newcastle.
La mitad de los clubes en la Premier cuentan con grandes inversiones, lo que les ha facilitado fichar a grandes nombres o situar a equipos sin palmarés al frente de la competición, como el Manchester City. En Leicester, que no llega a las 300.000 habitantes, no han sido ajenos a esta tendencia. Basta con fijarse solo en el estadio: King Power Stadium. King Power es un grupo empresarial, radicado en Tailandia, que es el duty free predominante en los aeropuertos del continente asiático —como Aldeasa en España—.
Su capital regó esta localidad de las East Midlands en 2010 y los frutos los están degustando cinco años más tarde. La rebelión ha tenido altibajos, pero siempre con paso firme hacia los libros de la historia de la Premier. El Leicester ha sido el tercer equipo, junto al West Bromwich y al Sunderland, que ha logrado la permanencia después de ir los últimos en navidades, como en la temporada pasada. Incluso en abril seguían de farolillo rojo en la Liga.
Vardy es el nombre propio y que toda la afición tiene en la boca, pero Mahrez es su socio perfecto
Vardy es el nombre propio y que toda la afición tiene en la boca, pero en Riyad Mahrez, argelino de 24 años, ha encontrado un socio perfecto para llevar a buen puerto la sublevación. Recaló en Leicester en el mercado de invierno de 2014 por unos 500.000 euros, con el equipo todavía en Segunda. Su ascendente ha crecido sobremanera en poco más de un año y medio. La banda derecha tiene su nombre incorporado. Es indiscutible en esta parcela. Rápido, desbordante, creativo, goleador y excelso pasador—siete tantos y cinco asistencias en esta temporada—. "Es uno de esos jugadores que hace que la gente se levante de sus asientos en cuanto recibe el balón", aseguró Kasper Schmeichel, portero del Leicester e hijo del mítico guardameta danés y del Manchester United, Peter Schmeichel.
Las modas son pasajeras o cíclicas. Los medios ingleses ya han sacado al Leicester de la pelea por el descenso y la cuestión que impera es si mantendrá esta racha o perderá pujanza en pocas semanas. Con su fútbol alegre en la vanguardia y por los flancos y con titubeos en la zaga —Ranieri invitó a pizzas a toda la plantilla en el primer partido que dejaron la portería a cero hace cuatro jornadas—, ya se ha abierto un hueco entre los mejores. Poco acostumbrados están en las Islas, dados a la tradición y al boato, a que un desconocido irrumpa entre los grandes; pero, no en vano, algunas de las rebeliones y revoluciones más famosas de la historia nacieron al otro lado del Canal de La Mancha.
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