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El Baskonia sucumbe ante el Cedevita

El equipo de Perasovic flaquea en el juego exterior y bajo los aros y cae derrotado en Croacia

Bourousis (d) controla el balón junto a Katic.
Bourousis (d) controla el balón junto a Katic. ANTONIO BAT (EFE)

El partido acabó con un triple de Blazic. Ironías del destino. El Baskonia culminaba así su derrota ante el Cedevita croata (76-69) tras una horrorosa exhibición de errores en los triples: 33 lanzó y solo anotó 11, la tercera parte. Su rival tampoco anduvo fino en esa tarea, pero fue más pudoroso: solo lanzó 14 y anotó 4. Como no era partido para tiradores (salvo para Corbacho que anotó los tres primeros que lanzó y luego falló otros tres), el partido huyó del perímetro y se dilucidó bajo los aros y en las penetraciones de los jugadores más bajitos.

Y así le robó el pastel el Cedevita al Laboral Kutxa. Se antojaba un dominio baskonista con la inquietante presencia de Bourousis. Pero al griego le salió un competidor de postín en el joven Miro Bilan, un fajador nato que además contó con la ayuda de Babic. Entre ambos capturaron 20 rebotes. Con Bourousis desesperado, el Cedevita fue llevando el partido a su terreno. Lo fue trabajando poco a poco.

Los dos primeros cuartos fueron para el Baskonia, 16-18 y 15-19, demasiada igualdad para un partido que se esperaba desigual. Estaba claro que el físico tendría un papel preponderante. En los triples nadie triunfó. En los rebotes imperaba el poder del equipo croata. Quedaban las penetraciones, los tiros cortos. Y ese territorio tenía el nombre propio de Pullen. El estadounidense fue de menos a más, culminando una segunda parte enorme con canastas de todo tipo y con todos los matices. Ni defendiendo al hombre ni en zona pudo el Baskonia pararle. Si lo hacía, aparecía White como socorrista. Y siempre quedaba la opción de Bilan que anotó 17 puntos que pudieron ser más si el cansancio no le hubiera quebrado el pulso.

El Baskonia no acababa de funcionar por más rotaciones que introducía Perasovic buscando el estado de gracia de alguno de sus jugadores. Ni James ni Adams acertaron en la dirección y el baloncesto atlético de Hanga resultaba más efectista que efectivo. En el último cuarto, al que el Baskonia había llegado solo cuatro puntos por debajo certificó el desplome del conjunto de Perasovic que jugaba muy por debajo de la velocidad y la efectividad del Cedevita, ya pletórico y con la autoestima por las nubes. Ni siquiera necesitó del ex Miami Heats, Walker, al que utilizó con cuentagotas. Y el partido murió con un triple de Blazic. Paradojas del destino.

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