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La Real Sociedad destituye a Moyes

El equipo donostiarra prescinde del técnico escocés tras once jornadas Se va de San Sebastián como llegó, con nueve puntos

David Moyes, durante un partido de la Real
David Moyes, durante un partido de la RealDenis Doyle

La Real Sociedad anunció hoy la destitución de David Moyes como entrenador del primer equipo al que presumiblemente sustituirá Eusebio Sacristán. El Consejo presidido por Jokin Aperribay lo había decidido prácticamente desde que el viernes el equipo perdió en Las Palmas (2-0) ofreciendo una imagen paupérrima. Ahí se acabó la tarjeta de crédito de Moyes, justo un año después de que llegara al banquillo de la Real Sociedad, teóricamente para nada. Se va como llegó: cogió al equipo con nueve puntos cuando sustituyó al canterano Arrasate y se va dejando al equipo con nueve puntos. O sea, nada ha cambiado entre el chico desconocido y el entrenador estrella de un universo ficticio.

En el Estadio Insular al Consejo de la Real se le acabó la paciencia. Hay dos rejones que la Real tiene clavados en la memoria: uno, el descenso a Segunda División, y otro el riesgo de disolución que anunciaban los administradores concursales tras la gestión de Astiazarán, primero, y de Badiola, después. En ese pentagrama de notas discontinuas llegó Jokin Aperribay que en principio, en Primera, apostó por la cantera, o sea, Jagoba Arrasate de entrenador, y cuando no funcionó buscó una estrella apagada en el universo futbolístico: Moyes, por británico, por sucesor fracasado de Ferguson, era el hombre ideal para resucitar a la Real. ¿Por qué? No se sabe. Por definición. Aperribay se quedó con el pasado de Moyes en el Everton y se olvidó de todo lo demás, incluido su estrepitoso fracaso en el United.

¿Qué pesa más en esos casos? Nunca se sabe. Hace pocos días, la Real le encontró, por fin, un piso a Moyes a su gusto en el centro de Donostia, al que el técnico escocés pidió, además, hacerle algunas reformas. La Real se desvivió por buscarle acomodo mientras el escocés vivía en el mejor hotel de San Sebastián. Ahora no estrenará su piso, ni quizás se encomienden sus reformas. Moyes ha pasado de ser la solución a una anécdota.

El problema de la Real es que no encuentra la estabilidad, ni en su plantilla ni en su banquillo

Pensaba el Consejo de Administración que el técnico escocés con su magnífica educación, su indolencia para aprender el idioma español, sus bandazos deportivos (ahora tú no, ahora tú sí) iba a enderezar a la Real. Lo cierto es que el presidente Aperribay buscó un golpe de efecto que ha resultado efectista. El problema de la Real es que no encuentra la estabilidad, ni en su plantilla ni en su banquillo, es decir, en sus señas de identidad

Quien venga tendrá la misma misión de los sustitutos: salvar a la Real del abismo. Ahora tiene 9 puntos, los mismos que condenan al descenso, a pesar de tener a Agirretxe con el gol en vena, pero padeciendo la apatía de Carlos Vela, su mejor futbolista, que sueña con Estados Unidos.

Se va Moyes y quizás venga Eusebio Sacristán con un contrato temporal hasta final de temporada. Pero el resto continúa. Y las sospechas planean por Anoeta porque nadie cambiará la plantilla. Y nadie cambiará el fútbol español. Por cierto, ¿alguien se ha parado a pensar por qué no triunfan en España los jugadores ni los técnicos británicos?

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