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Despierta Wawrinka, cae Nadal

El suizo vence por doble 7-6 y se cita en semifinales con Djokovic (doble 7-6 a Berdych) Por primera vez en 10 años, el español cerrará la temporada sin ganar ningún M-1.000

Alejandro Ciriza
Nadal intenta devolver la pelota ante Wawrinka.
Nadal intenta devolver la pelota ante Wawrinka.Francois Mori (AP)

Así es él, Stanislas Wawrinka. Compareció con el pelo alborotado, como si se acabase de despertar, con andares parsimoniosos y la mirada vidriosa, como si se hubiera despertado de una placentera siesta antes de saltar a la pista. Caía la medianoche en París y Rafael Nadal mandaba en el primer set, así que el suizo se lo jugó todo a una carta. Uno, dos, tres; varios sorbos a la taza de café. Entonces, de repente, el desnortado Wawrinka se echó a un lado y apareció Stan, The Man, Stanimal. Como si hubiera ingerido la pócima de Panoramix, el de Lausana despertó y comenzó a corretear como un cohete, a pegar con ese revés a una mano marca de la casa y a ganar puntos, hasta laminar a Nadal, batido finalmente por un doble 7-6 (después de dos horas y 20 minutos).

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Anoche, en el Omnisport de París-Bercy, un pulso tremendo, cargado de épica. Por momentos, antes de que el bueno de Stan sorbiera el elixir de la victoria, esta parecía desembocar en Nadal, pero la velada deparó numerosos de puntos de giro y alternativas, las suficientes para confeccionar un fabuloso partido de tenis. Al final, Wawrinka salió airoso del remolino emocional y apeó a Nadal, que en la línea del último mes volvió a ofrecer una actuación notable, penalizada por su inconcreción en los momentos críticos y el exuberante revés de su rival.

Por primera vez en 10 años, al igual que ha ocurrido en este 2015 con los cetros del Grand Slam, Nadal cerrará la temporada sin laurel alguno del Masters 1.000. Sin embargo, no se marcha de vacío el de Manacor, recuperado para la causa, su causa, en estas últimas semanas por Asia, Basilea y Francia. Porque si se echa un vistazo atrás, de enero aquí, la evolución de su juego y su confianza se han multiplicado. Gráficamente, Nadal comenzó el año en un cuarto peldaño, como aquel que empieza a andar en bicicleta después de varios años si hacerlo; después ascendió a un tercero, a partir del cual comenzó a coger regularidad y a asimilar estímulos positivos; y, ahora mismo, pisa un segundo, ya a pleno rendimiento competitivo.

Al de Manacor solo le queda por subir un escalón, el de un triunfo de relumbrón o un título de empaque

Falta, por lo tanto, un último escalón, el de alguna victoria de relumbrón y la consecución de un título de empaque. Pero no será en París-Bercy, territorio que nunca ha conquistado, porque en medio se puso el taciturno Wawrinka, primero, y el centelleante Stan The Man, después. Espectáculo tremendo el que depararon ambos. Propuesta y respuesta, acción-reacción, hermosísimos intercambios de poder a poder. Más incisivo el suizo, más partidario del guanteo y el control el español, que comenzó mandando, con una ruptura nada más empezar, pero que después no supo concretar hasta tres bolas de set. Sí sorteó una de Wawrinka, pero este azotó con más fuerza en el tie-break.

Wawrinka, durante el partido contra Nadal.
Wawrinka, durante el partido contra Nadal.Francois Mori (AP)

El segundo set transcurrió por unos derroteros muy similares, solo que el suizo salió con el turbo desde el primer peloteo. Evitó la derecha de Nadal y erró a menudo con la suya, aunque compensó con el backhand, siempre terrorífico. Desde el otro lado de la red, un ritmo más constante, mayor cadencia, pero también mayor indeterminación. Nadal ha reencontrado el punto físico y caza bolas como un galgo, pero en el juego a media pista y las voleas aún precisa de un punto más de calma y de claridad de ideas. La correa de transmisión funciona; ahora solo afinar los componentes y potenciar la ejecución. Su regreso ya es un hecho, por lo que todo queda a expensas de ese plus al que convida de cara a 2016.

Su regreso ya es un hecho, por lo que todo queda a expensas de ese plus al que convida de cara a 2016

Aguantó el demarraje de Wawrinka para 3-4 y contragolpeó con otro que instaló un 5-5 esperanzador, acto seguido un juego en blanco para el 6-5 y toda la presión psicológica en la mente de su adversario. Pero esta vez, el suizo tuvo un punto más de entereza. Anuló tres match balls (con 5-4, 6-4 y 7-6) y validó una soberbia puesta en escena, resumida en sus 11 aces y 37 winners (por uno y 22 de Nadal), amén de su efectividad con los primeros servicios (retuvo un 81% de los puntos, por un 67% del balear). Fue más determinante a la hora de quebrar (2/5 por 2/8) y de atacar la red (12/16, por 12/21).

Se cita ahora Wawrinka con el coco, con Novak Dkojovic, que también recurrió a los tie-breaks para deshacerse del checo Tomas Berdych por un doble 7-6. El serbio, vencedor de las dos últimas ediciones de París-Bercy, enlaza una serie de 20 triunfos consecutivos, sin ceder un solo set. Hoy, en horario vespertino (17.00, Canal+ Deportes2), le pondrá a prueba Stan. Enorme desafío para The Man, al que siempre le quedará el café.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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