El partido que soñó una ciudad entera
Villanueva de la Serena vive como un hito su duelo en la Copa del Rey con el Barcelona
Julio Cobos, el entrenador del Villanovense, estaba solo en su casa, en Don Benito, escuchando por internet el sorteo de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey cuando le tocó el Madrid al Cádiz. Simpatiza con lo blanco, a diferencia de Hugo, su hijo, que es muy culé. “Le di una patada a la mesa que casi la rompo”. Minutos después, tocó el Barcelona. “Pegué un grito que los vecinos todavía deben pensar que estoy loco”, recuerda el entrenador de un equipo que vive en una nube desde entonces, como toda Villanueva de la Serena, empezando por Miguel Ángel Gallardo, su alcalde: “¿Qué pensé? ¡Que nos había tocado la lotería!”, reconoce. “A mí, a la ciudad y a toda Extremadura”. Villanueva de la Serena es una ciudad de 22.000 habitantes que vive del comercio, de la manufacturación de la fruta y, especialmente, del tomate. Una localidad que presume de ser la capital del deporte en Extremadura y que, si pregunta a su alcalde por sus gentes, los seros, no duda: “Somos agradables, acogedores, modernos y simpáticos. Y solidarios. Y las chicas, muy guapas”. Siempre se dijo en la comarca: “Novia de Villanueva y novio de Don Benito, hacen un matrimonio bonito”. Una ciudad a la que su equipo de Segunda B ha llevado a jugar un partido de Champions, o así se entiende su duelo ante el Barça.
“Es la noticia más importante de la historia de la localidad”, dice rotundo el cronista oficial del lugar, Antonio Barrantes. Asegura que hasta el día del sorteo, la noticia más importante vinculada a la ciudad fue el nacimiento del escritor Felipe Trigo, autor de bestsellers pseudo eróticos, al inicio del siglo XX, o el invento de la tortilla de patata, que al parecer tuvo su origen en 1765 en esta localidad. “Pero esto lo supera”, avisa. También es donde nació Pedro Valdivia, que participó en la conquista de Chile, los hermanos Calatrava, dúo humorístico en los años setenta del siglo pasado, y el baloncestista José Manuel Calderón, que da nombre al pabellón municipal y seguirá el partido “como pueda” desde Milwaukee, donde su equipo, los New York Knicks, juegan su primer encuentro de la temporada en la NBA.
Hasta el día del sorteo, la noticia más importante vinculada a la ciudad fue el nacimiento del escritor Felipe Trigo, o el invento de la tortilla de patata
Socio del club, no descarta la sorpresa: “Podemos ganar, no es una locura”, confiesa el base.“Un deportista como Calderón nace uno cada cien años, por eso nuestra voluntad es que cada año cien chavales entren en la idea de los valores del deporte y crezcan sanos”, reconoce el alcalde, que dice mirar a los ojos de la gente siempre y por norma para saber que necesita la ciudad “porque lo importante aquí son las personas”. Añade que desde que le tocó al Villanovense el Barcelona en la Copa cuando mira a sus paisanos, ve “ilusión y felicidad. Este partido es un acontecimiento que pasa una vez en la vida y lo vamos a disfrutar, con ilusión sabiendo que es un reto casi imposible, así que, por encima de todo, queremos disfrutar porque, a nuestra manera, ya lo hemos ganado porque pone al pueblo en el mapa”, sostiene el alcalde, consciente de que el duelo “se verá en todo el mundo”.
“Yo soy del Barcelona, pero antes que nada, soy extremeño. Y esta es una fiesta para toda Extremadura”, reconoció Guillermo Fernández Vara, el presidente de la Junta de Extremadura, que apuesta por un 2-1, y que está orgulloso de la capacidad organizativa de Villanueva de la Serena, donde la única queja que se escucha por las calles es que la piscina municipal cierra toda la jornada por culpa del partido.
La visita del Barcelona ha dejado un césped nuevo después de 14 años, para disfrute de un equipo que vive excitado
Que es una ciudad volcada en el deporte basta con pasear por el sus calles. Que es moderna, con repasar la nómina de empleados del ayuntamiento - hay seis dedicados a alimentar las redes sociales- y lo de solidaria remite al Banco del Tiempo, una iniciativa del ayuntamiento por la que los vecinos se ayudan entre sí de tal manera que si un abogado, un electricista o un jubilado disponen de un par de horas libres, las pone a disposición de quien necesita su ayuda. "Y funciona" sostiene el alcalde. Lo de la amabilidad se representa por ejemplo, en la figura de María, la encargada de la farmacia de Consuelo Miranda, a quien el partido en sí mismo le importa poco: "Poco no, nada", dice antes de reconocer que "en la ciudad están como locos, todos muy contentos y lo comprendo. Es un pueblo muy deportivo", asegura mientras dispensa una crema contra quemaduras frente a la bella iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
La visita del Barcelona ha dejado un césped nuevo después de 14 años, para disfrute de un equipo que vive excitado. “He nacido aquí, así que imagínate, no tengo palabras para explicar lo que representa. Para mí es la hostia”, dice Pajuelo, el capitán, con cuatro puntos de sutura en una ceja. Avisa: “¡No me duelen nada!”. Su compañero Anxo llegó de Galicia. Jugó un año, se fue y regresó. “Por amor”, cuenta. Se llama Anxo Mato Pose pero le llaman El Mago de Laxe, por el pueblo coruñés donde nació hace 33 años. Lleva seis años en Extremadura y dice que ya no echa de menos ni la lluvia. “Soy feliz, este es un pueblo cojonudo”, asegura quien jugó en el Compostela, el Burgos y el Ceuta antes de terminar en esta tierra de barros que ha hecho suya. Dice que hasta ayer Cobos, su entrenador, solo le había dicho una cosa al equipo: “Le tenemos que quitar la pelota al Barça. Nos está vacilando”. Y Cobos se ríe y avisa: “El jueves volvemos a la realidad”. El sueño, en cualquier caso, habrá merecido la pena.
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