Lunes agotado y Mudito investigado
Como cada lunes y jueves, Juanma López Iturriaga analiza la actualidad deportiva con su particular estilo
19/10 Un lunes de descompresión
Los lunes suelen ser días donde se supone que la gente habla mucho de deporte. En los bares, oficinas, salas de espera o un monumental atasco madrileño, se comenta lo ocurrido en el fin de semana mientras los periódicos de papel, los que quedan, dedican a este universo el mayor número de páginas de toda la semana. No es una verdad absoluta, y sin ir más lejos, me imagino que este lunes los cuatro goles de Neymar o la carrera de Márquez, Lorenzo y Rossi habrán sido sustituidos por el encuentro entre Albert Rivera y Pablo Iglesias, que según dicen los expertos, fue ganado por el líder de Ciudadanos. Por cierto, la simbiosis entre el universo político y el deportivo sigue avanzando. El victimismo de los protagonistas ante las adversidades, la crítica a los árbitros (jueces), los programas televisivos que tienen la misma mecánica y se basan en la bronca, el periodismo de trinchera, los tertulianos elevados a la categoría de estrellas, o la básica reducción en términos de victoria o derrota son algunos de los elementos comunes con los que poco a poco se van fusionando ambos mundos.
Pero bueno, volviendo a lo de los lunes, a mí me está pasando un poco lo contrario, pues últimamente noto que llego un poco saturado después de la sobredosis del finde. En este último y simplemente con darle a un botón del mando a distancia, accedías a las jornadas ligueras de fútbol y baloncesto, los cuartos de final del Mundial de rugby, las semis y final del Open de Shanghai de tenis, el partido de Carolina Marín en el Open de Dinamarca de Badminton, las motos en Australia y no sé si me olvido de algo más. No es de extrañar, por tanto, que hoy, en mi repaso por los medios escritos, entre un artículo, el enésimo, de si el Madrid juega bien o mal, me haya inclinado por leer otro que dice que los hermanos mayores son más listos que los pequeños (se lo he pasado al El Comidista para que se le bajen un poco los humos). O antes de volver a teorizar sobre si Nadal está bien, mal o lo contrario, me detengo en la noticia de que Mariscal, el padre de Cobi, está arruinado. Que por cierto, me ha dejado un poco con mal cuerpo.
20/10 Un martes de más Odom
Llega la entrega diaria sobre el estado de Lamar Odom. Si ayer fuimos informados de que ya “habla, mensajea y mejora” hoy hemos conocido que ha abandonado el hospital en un helicóptero, esta vez de tamaño suficiente como para transportar a un bigardo como él. Y me pregunto por qué este asunto y sus novedades está siendo tratado por aquí con cobertura de noticia relevante. Lo entendería si en lugar de Odom se llamase López o García y me parece insuficiente o no justificable del todo, la cercanía con nosotros que le puede haber dado el ser excompañero de Pau Gasol o pasado fugazmente por Vitoria. Para mí que la historia no daba para mucho más que un breve.
Pero quizás estoy equivocando el análisis al olvidarme que vivimos en un mundo global e internetizado, donde una historia que junta un deportista con pasado azaroso, un prostíbulo de lujo, drogas a saco, viagras (naturales, eso sí), una tragedia rozada y la familia Kardashian al fondo, tiene mucho tirón, estemos donde estemos. Con estos ingredientes, la noticia trasciende al ámbito deportivo y se convierte en generalista, en el sentido que toca muchos palos, tantos que podría aparecer en unas cuantas secciones diferentes de un medio de comunicación. Deporte, sucesos, sociedad, famoseo, cotilleo, etc. Y claro, sumas los seguidores de cada cosa, y al final sus avatares terminan siendo de las noticias más leídas de la jornada.
Afortunadamente, para los que el culebrón Odom no nos interesa especialmente, hoy podíamos disfrutar con la reaparición mediática de la gran Gabriela Sabatini. Tenista precoz, a la que se le terminó la ilusión por jugar al tenis también a edad temprana. Talentosa, elegante, ayyyy, que recuerdos……
21/10 Un miércoles de investigación
¿Cuántas veces hemos escuchado en estos últimos tiempos el “yo no sabía nada”? ¿Decenas? ¿Centenas quizás? En la era del choriceo, la cantidad de ciegos y sordos se ha multiplicado exponencialmente. Ante las acusaciones, el manual del escaqueo se basa en declarar sin ningún rubor una completa ignorancia de lo ocurrido, aunque estos hechos se hayan producido delante de sus propias narices ¡y durante años!. Bueno, no todos utilizan ese ardid. Hay uno que practica otra táctica, más concretamente la del mutismo total, y no es otro que Ángel María Villar, presidente de la Federación de Fútbol, el Mudito más famoso después del de Blancanieves. Lleva toda la vida en los círculos de poder del fútbol mundial, donde, como antes sospechábamos y ahora sabemos, los trapicheos, compras de votos y todo tipo de mamoneos estaban a la orden del día. Y claro, pensar que alguno de los jefazos de estas organizaciones no estuviese al tanto de lo que estaba ocurriendo, es un acto de fe que supera el que pueda exigir la religión más imaginativa. Hoy se ha sabido que está siendo investigado. ¡Claro! ¡Cómo no lo van a investigar! Con la FIFA y la UEFA de mierda hasta arriba, sería inadmisible que alguno de los peces gordos quedasen a salvo del escrutinio. Su defensa, una vez más, ha sido el no decir nada, para lo que siempre encuentra excusa.
En el caso de Villar (como en el de muuuucha otra gente) hay tres opciones: 1. Que estuvo en el ajo. 2. Que lo sabía pero que miró hacia otro lado. 3. Que no sabía nada de nada. La primera es delito. La segunda también, por omisión. Y la tercera resulta inverosímil salvo casos extremos de aislamiento sensorial (nada recomendable cuando ocupas un cargo) Descubrir en qué número está Villar es tarea de la comisión de investigación, pero diga lo que diga, en cualquiera de los tres supuestos, el destino final no puede ser otro que, como mínimo, una retirada. Por acción, compadreo o ignorancia.
Dicho esto, y como la (supuesta) ignorancia todavía no penaliza (ver Historia de España, tomo siglo XXI), apuesto doble contra sencillo que como otros anteriormente, se va de rositas.
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