Lorenzo: “Que Valentino cometa un error es complicado”

Sentado a la derecha del líder, en la conferencia de prensa oficial de cada jueves, previa al gran premio de turno, Jorge Lorenzo lo tiene claro. Le queda una última oportunidad para consumar la remontada. Esa remontada que ya intentó en Alcañiz (con victoria) y se fue al traste en Motegi (tercero), donde perdió cuatro puntos a favor de Valentino Rossi, el líder de MotoGP, el piloto más regular de la parrilla, sólo una vez fuera del podio, en Misano (fue quinto), el que más provecho saca a lo que tiene, el que mejor exprime las oportunidades. “Necesito ganar si quiero tener en Valencia la oportunidad de ganar el campeonato. Y mi oportunidad pasa por ganar las tres o, al menos, dos de las carreras que quedan y que Valentino no consiga los puntos suficientes para que le quite el campeonato”, decía el mallorquín, sonriente y relajado, menos dolorido de lo que llegó a Japón, dos semanas después de accidentarse en una carrera entre amigos en casa de Sete Gibernau.

Claro que desde hace una semana, desde que cedió aquellos valiosos cuatro puntos en el circuito japonés, el dos veces campeón del mundo ya no depende de sí mismo para lograr el tercer título de MotoGP. Y sabe a quién se enfrenta: “Que Valentino cometa un error es complicado. Está pilotando de forma muy fría, muy constante y sabiendo siempre cuál es su límite, de hecho, no lo ha sobrepasado nunca. Ha sido muy regular y apostaría a que no va a equivocarse. Pero dependerá mucho también de la presión que le meta por mi velocidad y mi concentración", añadió.

Este es el campeonato más equilibrado de los últimos años y quizá también el más difícil” Valentino Rossi, piloto de Yamaha

Pero ni siquiera Rossi, con sus 18 puntos de ventaja al frente de la clasificación, está relajado. “Desde el principio de la temporada hemos peleado punto por punto. Ha sido una lucha durísima, por eso 18 puntos pueden ser una gran ventaja, pero también pueden quedarse en nada. Este es el campeonato más equilibrado de los últimos años y quizá también el más difícil”, apuntaba el italiano. No se fía. “Él intentará ganar las tres carreras y si empieza haciéndolo su motivación y su convencimiento crecerán, así que mi objetivo es no dejarle ganar”, añadía.

Su relación, tan cordial al inicio del curso como insoportable era cuando se conocieron y empezaron a compartir equipo en 2008, se ha ido complicando con el paso de las carreras y el cruce de declaraciones. “Tenemos un diario secreto sobre nuestra relación, lo haremos público a final de curso”, bromeaba el líder. Pero luego se puso serio: “Cuando peleas por el Mundial hay momentos difíciles, pero supongo que es normal, del mismo modo que nos hemos acostumbrado a convivir en el equipo y cada uno se concentra en su trabajo”. También Lorenzo hablaba con la misma normalidad de una rivalidad que crece a medida que se acerca el final de la temporada: “Queremos lo mismo, es normal que la relación se haya tensado un poco”.