La defensa sentencia al Rayo
El Betis suma su segunda victoria consecutiva fuera de casa ante un equipo vallecano incapaz de traducir el dominio en goles
Al Rayo no le salen las cuentas. El fortín habitual que es Vallecas ha dejado de serlo esta temporada. Ya ha jugado cuatro partidos y solo ha cosechado una victoria. El último equipo en llevarse los tres puntos ha sido el Betis. Con un plan de eficiencia máxima, el cuadro de Pepe Mel anuló el monopolio de la posesión que tuvo el conjunto madrileño.
Desde el principio del partido ninguno de los dos equipos ocultó sus cartas. El Rayo salió a dominar y el Betis a aprovechar cualquier error del rival. La lección la tenían bien aprendida. Con lo que no contaban era con que la defensa marcaría el resultado final. Westermann se vistió de ariete, y no porque rematara un córner —el alemán mide 1,90—, sino porque aprovechó un falló de Embarba para regatear a la zaga local, como si fuera un 10, hacer una pared con Rubén Castro y plantarse delante de Toño para empujar el balón.
Rayo,0 - Betis,2
Rayo: Toño; Nacho (Manucho, m. 65), Zé Castro, Llorente, Rat; Baena, Trashorras; Embarba (Lass, m. 46), Jozabed (Fariña, m. 65), Bebé; Javi Guerra. No utilizados: Juan Carlos, Tito, Dorado, Quini.
Betis: Adán; Piccini, Bruno, Westermann, Varela; Cejudo (Molinero, m. 85), Petros, N'Diaye, Portillo (Molina, m. 79); Rennella (Joaquín, m. 69), Rubén Castro. No utilizados: Giménez, Pezzella, Ceballos, Xavi Torres.
Goles: 0-1. M. 20. Westermann. 0-2. M. 61. Rubén Castro.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó a Renella, Piccini, Lass, Javi Guerra, Rat, Bebé.
Estadio de Vallecas. 11.820 espectadores.
El Rayo intentó no acusar el mazazo y prosiguió ciñéndose a la hoja de ruta de Jémez. El técnico ya había avisado el sábado de que su equipo tendría que estar concentrado si pretendía ganar. Y eso fue lo que les sentenció. La falta de mentalidad defensiva. Ese agujero negro que todo lo absorbe en Vallecas, para bien y para mal.
Un error garrafal de Zé Castro, que volvía a la titularidad, condenó a los de Jémez. El central perdió el balón en el pico de su propia área y Cejudo estuvo más listo que él. Le birló la cartera para dejarle el segundo tanto en bandeja a Rubén Castro, que esperó en el punto de penalti para finalizar el trabajo de carterista del extremo bético.
Al Rayo ya solo le quedó apelar a la heroica, casi a tumba abierta, ante la falta de acierto en la meta rival. Ganas, tesón y empuje no le faltó. Lass, que entró en el descanso, le puso un poco de mordiente a la banda derecha. El único problema es que cuando centraba, la defensa bética —infranqueable durante todo el partido— repelía las acometidas. Si apostaba por la jugada individual, se le apagaban las luces. Las soluciones que buscó Jémez, desgañitado por los errores del equipo en algunos lances del encuentro, no cambiaron para nada el marcador.
La sequía goleadora es un drama para los vallecanos —solo han marcado seis tantos en siete partidos—. Y los problemas se agravan aún más cuando la defensa decide los partidos, dando igual que sea la propia o la del rival. El Betis supo manejar esta situación, que incluso pudo marcar el tercero si una soberbia jugada de Joaquín no hubiera terminado contra el poste, y no perdió la ocasión de darle un gran mordisco, 16 años después, al estadio de Vallecas.
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