Más Pau Gasol que nunca
El líder de la selección se multiplica para llevar a su equipo hasta el oro, alcanza su mayor anotación histórica y logra el MVP del campeonato
Cuenta la hemeroteca que la primera final que perdió Pau Gasol con la camiseta de la selección española se jugó un 14 de septiembre de 2003 en el Stockholm Globe Arena de Estocolmo. Aquel día, con Lituania también como rival, el imberbe, enclenque y espigado chico de Sant Boi, a sus 23 años recién cumplidos, se echó el equipo a la espalda, anotó 36 de los 84 puntos y capturó 12 de los 31 rebotes de España, pero no bastó para rematar la hazaña. La fornida defensa lituana y la falta de alternativas en torno a Pau alejaron el oro. El mayor de los Gasol concluyó ese Europeo de Suecia con 25,8 puntos de media por partido en su expediente, hasta hoy su mejor cifra anotadora de siempre como internacional. Nadie pudo atajarle en esta ocasión.
Doce años después de aquello, con nueve medallas con la selección absoluta en las vitrinas, 15 temporadas en la NBA en el currículo y más de 1.000 partidos en las piernas, Pau Gasol completó su enésima epopeya baloncestística para alcanzar el cuarto oro de la historia de España. Con menos vigor y explosividad que antes pero más solemnidad y sapiencia que nunca, Gasol lideró al equipo de principio a fin del torneo, de Berlín a Lille, de las dudas a la invulnerabilidad, una final detrás de otra hasta la conquista final. Con 16 puntos ante Serbia, 21 a Turquía, 34 frente a Italia, 21 con Islandia, 16 a Alemania, 30 a Polonia, 27 a Grecia, 40 a Francia y 25 a Lituania, Pau logró su tercer título de máximo anotador de un Europeo. Lo consiguió en 2003 (25,8 puntos de media) y 2009 (18,7). Con el galardón, que llegó acompañado del incuestionable reconocimiento como MVP del torneo, alcanzó a Dirk Nowitzki y Radivoj Korac en un podio de anotadores en el que sólo le supera Nikos Galis, máximo anotador en cuatro ocasiones.
La conquistada en Lille fue la 16ª medalla en categoría absoluta del baloncesto español masculino, la novena en las últimas 12 grandes citas –incluyendo Europeos, Mundiales y Juegos-, la décima en los tres lustros que llevamos de siglo. Una obra de oro coronada por un tótem de leyenda.
El mejor jugador de la historia del baloncesto español, que ya había batido su mejor registro anotador en la NBA esta misma temporada con 46 puntos ante los Milwaukee Bucks y encabezó la estadística de dobles-dobles, con 54 en 78 partidos, 14 de ellos seguidos, se multiplicó en el Eurobasket. “No pienso en mi edad. Tengo ilusión, ambición y deseo de ganar. Hay mucho trabajo, dedicación y compromiso para poder hacer lo que hago a estas alturas de mi carrera”, explicó tras su heroica semifinal ante Francia. En el presente campeonato, Pau ha jugado más minutos que en ningún otro torneo con España desde los Juegos de Atenas en 2004 y ha sido más Pau que nunca.
Pau ha jugado más minutos que en ningún otro torneo con España desde los Juegos de Atenas en 2004
A fuerza de aplicación, intensidad y abnegación, España marcó territorio desde el salto inicial al ¡campeones, campeones! con el que acabó la noche. Con la defensa voraz con la que se forjó el propósito de enmienda de un corajudo grupo de amigos, robando tres balones y provocando siete pérdidas en el primer cuarto, imponiendo el adn competitivo de la generación que acabó con los miedos. Así llegó la cuarta medalla de Sergio Scariolo como seleccionador en los cinco campeonatos que ha dirigido, el quinto título de los jugadores del Real Madrid en la temporada perfecta, y el enésimo titulo para un jugador irrepetible: Pau Gasol.
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