Sergio Rodríguez: “Hemos disfrutado sufriendo”
Si logra el oro continental ante Lituania habrá conquistado, junto al resto de sus compañeros del Real Madrid, los cinco títulos por los que competía esta temporada
Salió de su isla con 14 años cargado de sueños y talento para emprender un viaje que, superado el vértigo inicial y las curvas posteriores, le ha llevado a instalarse en la élite del baloncesto Europeo. Sergio Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1986) anhela conquistar el oro continental que le falta en su colección interrumpida de medallas con la selección. Si lo logra, el metrónomo de España, como le definió un día Tony Parker, habrá conquistado, junto al resto de sus compañeros del Real Madrid, los cinco títulos por los que competía esta temporada. Esa es la hazaña que espera contarle cuando llegue a casa a Carmela, la niña que hace tres meses le cambió la vida.
Pregunta. ¿Un jugador que hace alarde de la felicidad en la pista como vive un campeonato tan sufrido?
Respuesta. Está siendo un torneo raro. Incluso después de perder frente a Turquía y frente a Italia, nunca he tenido sensaciones malas. Al principio del campeonato teníamos más tensión de la mala que de la buena y después del partido ante Italia ya empezamos a jugar finales, pero hemos trabajado bien durante toda la concentración, siempre con espíritu positivo. Eso se ha notado y en los momentos duros nos hemos ayudado para sacar esto adelante. La adversidad vivida nos valió para no dejarnos ir ni ante Grecia ni ante Francia.
P. Su camino tampoco ha sido fácil.
R. En una carrera es necesario pasar por todas las etapas y quizá yo las cumplí muy rápido: llegué al Estudiantes muy joven, fui campeón del mundo con 20 años, estuve en la NBA y después también sufrí el bajón pronto. Quizá otros viven todo eso más lentamente pero ha estado bien porque ahora sé realmente lo que cuesta llegar y mantenerse y estoy disfrutando mucho de esta época.
P. Entre 2008 y 2011 dejó de ir a la selección. ¿Pensó que se le escapaba el tren?
R. Fue un momento muy complicado, pero siempre he sido muy positivo. Llevaba tres años en el grupo, se habían conseguido cosas muy importantes y fue un palo no estar en los Juegos de Pekín porque es la ilusión de cualquier deportista. Sin embargo, estaba donde siempre había querido estar. Arriesgué, cumplí mi sueño de estar en la NBA y me ayudó a ser la persona y el jugador que soy ahora. Luchar y disfrutar allí me ha ayudado para vivir mejor todo lo que ha llegado después.
P. Ahora puede conseguir el oro Europeo que se perdió en 2009 y 2011.
R. Cuando estás cuatro años sin ir a la selección lo echas mucho de menos. Me sirvió para recapacitar y me motivó a trabajar para volver. Todo el mundo habla del buen ambiente, pero aquí se viene a ganar y cuando no estás y ves que se gana quieres vivirlo. Estar aquí te da mucha experiencia y te aporta recuerdos inolvidables. Por suerte tenemos una generación tan buena que no ha sido cosa de uno o dos años de éxitos y el pastel se ha repartido para mucha gente. Jugar otra final de un Eurobasket después de haber perdido la de Madrid hace ocho años te hace valorarlo más. Valoré mucho el Mundial, pero seguramente hoy en día valoraría mucho más este oro. Entonces no me costó y ahora sé lo que es perder finales o no clasificarte para jugarlas. He estado en las duras y en las maduras y sabes que esto no pasa muchas veces.
P. ¿Qué final espera ante Lituania?
R. Lituania parece que no está en el partido, pero sigue peleando siempre y al final mira donde han llegado. Ante Serbia perdieron 20 balones y solo anotaron dos triples y sin embargo ganaron. Es un equipo muy grande y duro, complicado de jugarle. El año en el que nosotros ganamos el Mundial, posiblemente Grecia se pensó que estaba todo hecho después de ganar a Estados Unidos en semifinales y nosotros después de ganar a Francia no podemos caer en eso. Ellos además han vencido a los dos equipos que nos ganaron en la primera fase [Serbia e Italia]. Intentaremos que se juegue a nuestro ritmo y buscar bien a Pau para que consiga ventajas aunque no sean tantas como en la semifinal.
P. ¿Hubieran preferido a Serbia como rival para cerrar el círculo?
R. No sé. Con Serbia hubiera sido el segundo partido contra ellos y es muy complicado que alguien gane dos veces al mismo equipo en un Eurobasket. No sé cuantas veces se ha dado. No sé quién habría ganado, pero el partido hubiese sido muy diferente al primero. Con Lituania estamos ante un equipo que llega como nosotros, después de haber sufrido mucho. Estamos muy parejos. El que tenga más confianza y esté más fresco se lo llevará.
P. ¿Está siendo un campeonato de juego muy trabado y defensivo?
R. Influye jugar muchos partidos en poco tiempo y con mucha tensión. Eso no te permite liberarte. Nosotros no hemos tenido ningún partido en el que todo haya fluido. Ojalá sea la final. Hemos ido con mucha presión y la presión no te permite arriesgar. Aun así hemos disfrutado sufriendo porque son partidos bonitos de jugar. Pero el juego alegre se consigue en otras circunstancias. Las bajas y los minutos acumulados te hacen ir muy justos. Buscas minimizar el error.
P. ¿Estar ya en los Juegos es un alivio clave?
R. El objetivo principal era clasificarnos para Río. En los últimos años habíamos tenido mucha suerte porque no teníamos que preocuparnos por clasificarnos y parecía que siempre estaba hecho. Se ha demostrado que es muy complicado. Eso nos va a dar confianza porque era una mochila muy pesada la que llevábamos encima y la que hubiera supuesto jugarte las castañas en un preolímpico.
P. Esta generación ha demostrado que no se acaba ¿Pau esta mejor que nunca?
R. Creo que sí. Quizá ha tenido momentos de mayor exuberancia física, pero ahora está muy consistente y muy regular. Ante Francia, el partido se nos apuró en el tercer cuarto, le buscamos dentro y metió ocho o diez tiros libres cruciales. Además de entrenar mucho eso te lo da la madurez y la experiencia. Siempre es una inspiración. Es el faro que marca las diferencias. El resto tenemos que intentar defender lo mejor posible, rebotear y jugar en transición para que consiga espacios. Cuando llegué a la selección encontré muchísima ilusión, ganas de hacerlo bien y, sobre todo, ausencia de complejos. Esta generación jamás los ha tenido. Estos días pensaba que en aquel entonces yo les veía muy mayores pero todos tenían 24 o 25 años y los veteranos como Carlos Jiménez tenían la edad que tengo yo ahora. Y yo me sigo viendo muy joven.
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