El Real Madrid apabulla al Shakhtar con todo a favor
Una pifia del meta del cuadro ucranio, una inocente expulsión y un penalti mal pitado propician otro festín de Cristiano Ronaldo
El Shakhtar puso la bandeja y el Madrid se estrenó con victoria en la Champions. Le bastó con un partido muy regular mientras el duelo tuvo hueso. Su adversario se encargó del resto: una pifia descomunal de su portero cuando el equipo jugaba con uno más por lesión de Bale y una pavada de Stepanenko, que con el reto vivo se ganó la expulsión con una falta del todo innecesaria. La puntilla llegó de parte de un asistente arbitral, el de portería, que vio una mano donde solo hubo un espaldazo de Srna. El Madrid también tuvo sus infortunios con las lesiones del galés, Varane y Sergio Ramos, pero el resultado, en gran medida, llegó por cuenta ajena. Ideal para que Cristiano, que ha metido el turbo, se diera otro festín con todo a favor, por más que él nunca haya necesitado el viento de cola.
Real Madrid, 4;Shakhtar, 0
Real Madrid: Navas; Carvajal; Varane (Pepe, m. 46), Sergio Ramos (Nacho m. 59), Marcelo; Modric, Kroos; Isco, Bale (Kovacic m. 31), Ronaldo; Benzema. No utilizados: Casilla, Casemiro, Cheryshev, Jesé.
Shakhtar: Pyatov; Srna, Kucher, Rakitskiy, Azevedo; Stepanenko, Fred; Marlos (Kovalenko m. 74), Teixeira, Taison (Malyshev m. 67); Gladkiy (Bernard m. 82). No utilizados: Kanibolotskiym, Ordets, Dentinho, Eduardo.
Goles: 1-0 M. 30. Benzema. 2-0 M. 55. Ronaldo de penalti. 3-0 M. 63. Ronaldo de penalti. 4-0 M. 81. Ronaldo.
Árbitro: Ivan Bebek. Amonestó a Kucher, Srna y Malyshev. Expulsó a Stepanenko.
Santiago Bernabéu. Unos 80.000 espectadores.
El Madrid comenzó impreciso, contagiado del ritmo pausado del Shakhtar, un equipo con buen pie, que aborrece el pelotazo en cualquier zona y abanica el balón con mimo, a dos toques como mucho. Dispuesto a discutir la posesión, el conjunto ucraniano contrarió a los de Benítez, que se vieron ante un adversario de fogueo ante Navas, pero sin predisposición alguna a refugiarse. Poco coral, el conjunto madridista solo encontraba vías por la extraordinaria capacidad como solistas de sus tres delanteros. Bale fue el primero en abrir fuego con un versallesco taconazo. Le sucedió Cristiano, muy activo cerca de Benzema. Esta vez intercambiaron los papeles y fue el portugués quien filtró para el galo un pase tan original como preciso. El francés se sacó de encima al meta Pyatov con un destronque de cadera y sin cerraduras mandó la pelota al octavo anfiteatro.
No tuvo continuidad del Madrid, al que Benítez aún no ha corregido su endémica tendencia a perderse de vista entre la defensa y la delantera. Sin una presión alta y gregaria le costó encadenar la pelota en muchas fases del partido. El Shakhtar solo es ucraniano en su denominación de origen. Hace tiempo que es una de las grandes cepas europeas del fútbol brasileño. Como es su costumbre, alista media docena de promesas de aquel país, lo que inevitablemente impregna su estilo. Chicos de muy buen manejo, como Teixeira, Fred, Taison y Marlos. A todos les gusta la pelota y su fútbol es recreativo. En Chamartín, al grupo del eterno Lucescu le sobró inocencia y le faltaron balas. Juega, pero no chuta.
Sin ser el equipo expansivo que se dio un atracón en Cornellà, el Madrid, un tanto gripado, se puso en alza por inercia, por un episodio imprevisto del portero Pyatov. Isco centró desde la izquierda, la pelota era ucraniana, la escogiera el central Rakitskiy o el guardameta. El defensa cedió turno al arquero, que solo debía hacer un blocaje parvulario. El balón le brincó en los brazos y Benzema, que paseaba por allí, sopló la pelota a la red. Por entonces, para mayor demérito del equipo de Donetsk, el Madrid circulaba con un futbolista menos por las molestias de Bale en la pierna izquierda, luego relevado por Kovacic, al que Benítez anticipó a Jesé. El internacional croata no tuvo mucho peso en el duelo, aún oposita.
Sin una presión alta y gregaria al equipo blanco le costó encadenar la pelota en muchas fases del partido
Con el partido aún en el alambre, el Shakhtar entregó otra cuchara. Stepanenko, con más de cuarenta minutos por delante, atropelló a Sergio Ramos de mala manera cerca del área de Navas, sin agobio alguno para los suyos. Ya estaba amonestado y fue condenado al cuarto oscuro. De paso, Ramos acabó en la enfermería por un golpe en la clavícula. De inmediato, un juez de portería creyó ver lo que no era, una mano de Srna, que se había llevado un balonazo de CR en la espalda. Acertó el portugués, repitió enseguida con otro penalti, este existente, y fin de la historia.
Con el asunto liquidado, el Madrid tuvo más soltura, no se volvió perezoso, con Benzema a los mandos, Modric al gobierno y Cristiano en combustión. Tremendo lo del portugués. Pese a que en él pueda resultar rutinario no deja de sorprender: ocho goles en cuatro días y ya está a tres de superar a Raúl como el máximo goleador histórico del Madrid. Un buen tramo final, pero cuando el partido ya estaba descosido. Sin tirar confetis, a los blancos les valió con lo justo.
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