Para la España de Pau, no hay Grecia que valga

La mejor Grecia de los últimos años, la de los cuatro jugadores de la NBA, la de Spanoulis y Printezis, la que lo había ganado todo, en Berlín y en Lille, tampoco pudo con la España de Pau Gasol. La generación de oro española se superó una vez más para alcanzar las semifinales del Eurobasket en un partido que acabó de manera angustiosa, pero que dominó, pese a la delicada interrupción de un tercer cuarto en el que Calathes, Printezis y Koufos abanderaron la remontada fugaz de Grecia. Este jueves, en las semifinales, España volverá a enfrentarse a Francia, que superó a Letonia (84-70). El equipo francés fue el verdugo de España en los cuartos de final del último Mundial que se disputó en Madrid y frustró así la esperada reptición de las dos últimas finales olímpicas entre España y Estados Unidos.

Los tiros libres de Sergio Rodríguez y Pau Gasol esculpieron al final el resultado, 73-71, que ya sin apenas tiempo, con solo dos segundos y siete décimas para la última acción, no pudo cambiar el triple a la desesperada de Antetokoumpo, ese jugador de brazos tan largos como su apellido y un talento que le supura por los cuatro costados.

España administró a duras penas los siete puntos de ventaja con los que navegó hasta los dos últimos minutos (68-61). Los griegos son unos expertos en ese tipo de situaciones, pero el equipo español, con el viento a favor, acabó haciendo valer su supremacía, los 27 puntos y nueve rebotes de Pau Gasol, los 18 de Mirotic, los 10 de Sergio Rodríguez, adobados con cinco asistencias, la espléndida y certera labor de equipo, en la estrategia y en la interpretación que cada jugador llevó a cabo del papel que le asignó Sergio Scariolo.

Sobrevoló Pau Gasol los cuartos de final, y toda su cuadrilla que completó una labor espléndida, muy medida, quirúrgica, para rentabilizar sus virtudes y disimular sus carencias evidentes. A las bajas con las que compareció en el Eurobasket, se añadieron los problemas físicos de Rudy Fernández. El alero mallorquín compareció como titular, pero solo para ayudar en lo que buenamente pudo, lejos de su aportación habitual.

La pizarra de Scariolo, que redujo las rotaciones a ocho jugadores, se tradujo a la perfección sobre la cancha. España defendió con ímpetu, con variedad de opciones, incluida una zona a la que recurrió en varias ocasiones. Los griegos actuaron incómodos desde su nefasto inicio. Les costó más de dos minutos anotar su primera canasta. La defensa de Pau Ribas y Llull, con buenas ayudas de Pau Gasol, se le atravesó a Spanoulis.

España marcó diferencias con los triples y un balance inicial muy favorable en la relación de balones perdidos y robados. Pau Gasol se impuso dentro y fuera de la zona. Le ganó la partida a Koufos y desquició a Bourousis. Mirotic no reboteó bien y perdió tres preciosos balones en la segunda mitad, pero su labor anotadora resultó imprescindible para un equipo en el que tres de sus aleros, Pau Ribas, Rudy y Claver, apenas anotaron. Sin embargo, su labor valió su peso en oro, especialmente la de Claver, que consiguió neutralizar a Antetokounmpo, y se hizo con ocho preciosos rebotes cuando la cosa estaba que ardía. España llegó a sumar nueve tantos de ventaja (39-30), pero los griegos, le dieron la vuelta a la tortilla en el tercer cuarto y se plantaron en el último con ventaja (55-57).

Novena semifinal

Calathes, Printezis y Antetokounmpo matillearon el aro español, pero casi siempre en acciones poco hiladas. Muchas de sus canastas procedieron de su rebote ofensivo, especialmente de los que capturó Antetokounmpo, nada menos que 17, ocho en ataque. Pero España construyó su victoria sobre los cimientos que se había prefijado: una buena defensa, especialmente sobre los jugones exteriores griegos y Antetokounmpo, y unos excelentes porcentajes en los triples (7 de 18, un 39%) y en los tiros libres (20 de 24, un 83%).

La España de Pau Gasol volvió a pararle los pies a una Grecia a la que domina desde hace más de una década y se metió por novena ocasión consecutiva en las semifinales de un Eurobasket. No falla a la cita desde la que la generación anterior alcanzó la medalla de plata en 1999, en un campeonato también celebrado en Francia.