Un gol para Mateo

Sin demasiados aspavientos, ni durante el partido ni tras él, Luis Enrique vivió anoche un partido que daba para que le aparecieran unas cuantas arrugas en la americana negra con la que se plantó en el Calderón. Al menos hasta que salió Messi, que empezó sentado en el banquillo debido a que su reciente paternidad le impidió entrenarse el día antes. “Leo ha sido decisivo, como siempre”, valoró el técnico, como si la frase le saliera sola, consciente de que una y otra vez ha mencionado elogios similares. “He tenido la oportunidad de hablar con él esta semana. Para nosotros es importantísimo y su estado es clave para jugar cuantos más minutos mejor, pero es mejor que no arriesgue”, continuó el asturiano, insinuando que su ausencia en el once estaba pactada entre ambos. “Lo hemos necesitado al final y ha sido decisivo como es siempre. Hay que cuidar a nuestros jugadores por la importancia de la temporada, de ahí que se clave contar con una plantilla amplia”, concluyó.

Papá Messi saltó al campo cuando faltaban treinta minutos para el final de un partido igualado hasta ese momento. Tardó menos de diez segundos en reclamar la pelota y retar a todo rojiblanco que se le puso por delante y fueron varios. Su salida al campo descompensó el centro del campo rojiblanco, que dedicó no menos de tres jugadores a su marca. El argentino fue golpeado una y otra vez sin llegar a besar el suelo, con la pelota siempre pegada a la bota.

“Por algo es el mejor jugador del mundo. Cuando le dan la pelota marca las diferencias”, confió Giménez, uno de los rojiblancos que más padeció al argentino. “Cuando ha salido Messi les ha dado más aire. Nunca sabes si es mejor que esté de inicio o no”, valoró Juanfran. “Salió y fue clave, está acostumbrado a romper partidos”, se rindió Simeone. “Si tenemos al mejor en el campo todos jugamos mejor”, aseguró Neymar, que marcó un golazo de falta aprovechando que Messi no se encontraba sobre el campo. Con Leo a su lado, fue el argentino quien lanzó un golpe franco: “Es el quien tira las faltas”, razonó luego el brasileño que escuchó pitos del Calderón cada vez que tocó la pelota —todavía se recuerda su enfrentamiento con medio Atlético en la vuelta de los cuartos de la Copa—, pero no pareció desconectado en ningún momento. “Leo fue padre y el míster decidió que se quedara en el banquillo. Es el mejor y siempre nos ayuda, pero sin él hemos dado la talla”, se sumó Sergi Roberto, de nuevo titular en el lateral derecho.

Siempre cambia los partidos por difíciles que sean", le ensalzó Sergi Roberto

La última vez que Messi fue suplente llegó la verdadera tormenta. Lo de Anoeta el 4 de enero de 2015 acabó como el rosario de la aurora. El principal perjudicado —además del equipo que perdió por 1-0 ante la Real Sociedad—, resultó Zubizarreta, que acabó relevado de su puesto como director deportivo. Ayer, el contexto señalaba tantas diferencias que por regla matemática el resultado no podía ser el mismo. Así que Messi pudo dedicar el primer tanto de esta Liga a su segundo hijo, Mateo, ante un Calderón que se temió lo peor desde que la pulga saltó al césped. “Leo siempre cambia los partidos por difíciles que sean. Es capaz de desequilibrar en cualquier situación. No caben más comentarios. Es importante con poco o mucho tiempo”, se sumó Robert Fernández, director deportivo. Dicen que los niños traen panes bajo el brazo: Mateo llego con gol.