Misano, tierra hostil para Lorenzo
El español intentará recortar los 12 puntos de diferencia con Rossi en un circuito que se espera lleno y rendido al italiano
El circuito lleva el nombre del que fuera uno de sus grandes amigos, Marco Simoncelli, está a solo 13 kilómetros de su pueblo, Tavullia; es el trazado en el que creció porque en él veía correr a su padre, Graziano, en coches, y porque fue el primero en el que corrió una carrera de motos; y es también el circuito en el que se entrena a menudo con los chicos de la Riders Academy. Valentino Rossi está en Misano como en casa. Y este año su prado hará más ruido que nunca. Las entradas se venden como piadinas de rúcula y prosciuto junto a la rivera del Rimini. Todavía quedan billetes, avisan desde la organización del gran premio de San Marino, “pero quedan pocos”. Están seguros de que este fin de semana batirán el récord, del año pasado, cuando pasaron por Misano 88.000 aficionados durante todo el fin de semana. Esta vez esperan más de 100.000 (50 euros la entrada más barata para ver la carrera; 185, la más cara), aunque las cifras oficiales las darán el domingo.
La expectación es tal que el miércoles por la noche el acto en conmemoración del fallecido Simoncelli, una carrera de karts con más vocación de homenaje entre amigos que de espectáculo público en la que participan la mayoría de quienes fueron sus compañeros de batallas, incluido Rossi, desbordó todas las previsiones. “Vino tanta gente que muchos tuvieron que quedarse afuera. El miércoles por la tarde miré la carrera que gané aquí en el 2008 y no había casi nadie”, explicaba el italiano, sorprendido, halagado. Tres tribunas se vestirán íntegramente de amarillo, el color de los rossistas, y así las gradas oficiales ocupadas por los fans de Valentino serán tres (y no una, como hasta ahora) y acogerán a unos 9.800 devotos, casi el triple de los que hubo hace un año: 3.500.
No solo vendrán a verle toda su familia y todos sus amigos, sino que la práctica totalidad del circuito espera verle ganar y confía, también, en que se vaya con la misma etiqueta con la que llega, la de líder del Mundial. Misano no recuerda un escenario más favorable para su piloto preferido desde que regresara al calendario mundialista en 2007. Aquel año la carrera la ganó Stoner. Y desde entonces las victorias se las reparten entre Rossi y Lorenzo, a excepción de la de 2010, cuando ganó Pedrosa. Jorge venció tres años consecutivos, desde 2011 a 2013. Y Rossi lo hizo el año pasado, merced a una carrera deliciosa y tras imponerse en sendos duelos con Lorenzo y Márquez.
La afición es muy importante, pero no te hace ir más deprisa en la pista. En Mugello también me animaron mucho y aún así ganó Lorenzo” Valentino Rossi, piloto de Yamaha
Así pues, tanto los precedentes como la clasificación (12 puntos separan al italiano, en cabeza, del mallorquín en la pelea por el título) auguran un cara a cara magnífico. Ocurre, claro, que el español compite en tierra hostil. Lo es por el recibimiento que históricamente le ha ofrecido el jardín de Rossi (con muchos silbidos, tantos o más de los que recibió en Mugello). No lo es por los buenos resultados cosechados, ni por las sensaciones con el trazado, ni por el rendimiento que ofrece la M1 en este circuito en el que tan importante es el paso por curva. “Misano es un circuito que a los dos se nos da muy bien y en el que la Yamaha funciona muy bien. Así que es una buena oportunidad para ganar”, señala Lorenzo.
El calor o los silbidos de la afición, dicen, no influirán en el resultado: “Está muy bien tener fans y gente que te apoya; te da motivación para entrenar más, pero cuando estás encima de la moto, con todo el ruido del motor y los tapones, es difícil oír ese ánimo de los aficionados. No es algo fundamental para el resultado final”, añade el español. “La afición es muy importante, pero no te hace ir más deprisa en la pista. En Mugello también me animaron mucho y aún así ganó Lorenzo, que hizo una de sus mejores carreras”, apostilla Rossi, que cree que a este Mundial aún le queda mucha tela que cortar: “Se decidirá en las últimas vueltas de la última carrera”.
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