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España se reivindica a lo grande

Pau Gasol lidera el despliegue de la selección y una abrumadora victoria ante Turquía

Robert Álvarez
Gasol tapona a Güler, de Turquía.
Gasol tapona a Güler, de Turquía.LUKAS SCHULZE (EFE)

Pau Gasol recordó sus viejos tiempos de base y se recreó con un pase por debajo de las piernas en pleno festival. La imagen delató la convincente actuación y el aplastante triunfo español ante Turquía. La necesidad venía de lejos y se hacía necesaria en un Eurobasket que requiere de victorias inmediatas para las selecciones que aspiran a llegar lejos.

España había salido por la puerta trasera del Mundial hace un año, desfigurada por Francia, y entró con mal pie, el sábado en Berlín, destensada y abrumada por Serbia. Fue irreconocible en ambos casos. Precisaba mucho más que una victoria. Su misión era despejar dudas y recobrar la confianza. Lo consiguió. Marcó el terreno y las distancias respecto a rivales como Turquía y recobró la estampa solvente que la definió durante los últimos años.

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Sergio Scariolo cambió la planilla y dio entrada a Pau Ribas en el quinteto inicial, en perjuicio de Sergio Rodríguez. El equipo varió sus registros. Desde que Llull enchufó el primer triple en la primera acometida sobre el aro turco, se desencadenó un aluvión de detalles positivos para la escuadra de Sergio Scariolo.

La agresividad defensiva del quinteto español encasquilló el ataque turco, el mismo que un día antes le había endosado 51 puntos a Italia en la primera parte. La rápida activación de Pau Gasol que se comió a Erden, Aldemir y al gigante que se le pusiera por delante, decantó la batalla en el juego interior. Mirotic se soltó en ataque y contrarrestó así sus previsibles problemas para frenar a Ilyasova.

Llull y Pau Ribas neutralizaron la producción del dúo exterior formado por Ali Mohammed, o Bobby Dixon, como se quiera, y Güler. Neutralizado el trío formado por Mohammed, Güler e Ilyasova, Turquía se quedó sin pólvora.

Turquía, 77 - España, 104

Turquía: Muhammed (5), Güler (2), Osman (9), Ilyasova (15), Erden (2) –equipo inicial- Ozmizrak (3), Hersek (7), Mahmutoglu (12), Savas (6), Kormaz (2), Koksal (12) y Aldemir (2).

España: Llull (9), Pau Ribas (8), Rudy Fernández (14), Mirotic (9), Pau Gasol (21) –equipo inicial-; Sergio Rodríguez (14), Willy Hernangómez (11), Felipe Reyes (12), Claver (0), San Emeterio (10), Aguilar (0) y Vives (0).

Árbitros: Radovic (Croacia), Petek (Eslovenia) y Koljensic (Montenegro). Eliminaron por faltas a Savas (m.38).

Mercedes Benz Arena. Unos 8.000 espectadores.

La ventaja española se estiró incluso a más velocidad cuando ambos equipos recurrieron a sus segundas unidades. Sergio Rodríguez, saliendo desde el banquillo, mejoró su desangelado estreno ante Serbia. San Emeterio, agresivo y entonado, y Felipe Reyes mantuvieron engrasada la máquina. Rudy Fernández, con algunos problemas físicos apenas se dejó ver en el primer tiempo, pero volvió con fuerza en la segunda mitad.

El dominio español fue abrumador. Pau Gasol se encontró tan a gusto que anotó incluso un par de triples, le robó un balón a uno de los aleros turcos y se lanzó al contraataque para dar un pase pasándose el balón bajo las piernas. Detalles estelares pero que solo se suelen sacar a relucir cuando un equipo está muy sobrado, como fue el caso del español y como fue el caso de su líder, al que le bastaron 23 minutos para anotar 23 puntos, capturar siete rebotes y poner dos tapones.

Turquía intentó frenar la avalancha con una zona en defensa, a veces con una presión por toda la cancha. Emparejó al corpulento Savas con Pau Gasol. Trató de enredar con las correrías de Mahmutoglu. Todo fueron pequeños parches ante una selección española que no se relajó ni por un momento pese a que las diferencias llegaron a ser demoledoras, de hasta 29 puntos (49-78) en el tercer cuarto, superiores incluso a los 30 puntos ya en el último acto (70-104). España subsanó sus errores frente a Serbia con 11 triples ante Turquía, siete rebotes más que su oponente y un cambio radical en su agresividad defensiva.

Scariolo también recurrió a la zona en defensa en varias fases del encuentro. España no bajó el pistón, muy motivada, muy por la labor de recuperar sus señas de identidad y su rango. Un buen síntoma para un equipo con bajas, con seis novedades respecto al del Mundial de hace un año y que, tras la derrota ante Serbia, precisaba afinar los detalles y hacer acopio de la confianza y el acierto de los que careció en su estreno en el Eurobasket.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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