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El Málaga perdona a un pésimo Sevilla

El equipo de Javi Gracia mereció el triunfo y vio cómo se le anulaba por fuera de juego un gol legal de Charles

Rafael Pineda
Gameiro chuta ante la oposición de Angeleri.
Gameiro chuta ante la oposición de Angeleri.Jorge Zapata (EFE)

Llegó el fútbol de verdad y el Sevilla, sin embargo, fue de mentira. No hubo rastro de ese equipo pujante y poderoso que desea su entrenador, Emery. Fallaron muchas piezas en la maquinaria que engrasa el vasco. Bien que se aprovechó el Málaga, de menos calidad, pero con mucho más corazón, más intenso e inteligente en sus acciones. Casi nunca fue superior el Sevilla. Si acaso en un cuarto de hora de la primera mitad donde Gameiro falló tres goles cantados.

El Sevilla salvó un punto porque el Málaga no tuvo el temple necesario para batir a un rival en inferioridad después de la expulsión de Nzonzi. También porque se le anuló un gol a Charles, que marcó en posición muy dudosa pero legal a pase de Juanpi. La jugada, no obstante, era muy complicada para el asistente de Álvarez Izquierdo. El Sevilla acabó metido en su árrea y pidiendo la hora, sin capacidad para llegar al área del Málaga y entregado a su rival. Una imagen de equipo descontrolado que impactó cuando se esperaba mucho más de sus prestaciones y la plantilla confeccionada por Monchi. Salvó un punto con casi media hora con un futbolista menos, pero se dejó mucha credibilidad en La Rosaleda por su pésimo juego. Eso sí, Emery dispone de tiempo para poner a funcionar a tanto talento como se ha puesto bajo su mando. El Málaga, muy renovado con respecto a la temporada anterior, se dejó el alma y demostró estar muy bien trabajado por Javi Gracia.

MÁLAGA, 0-SEVILLA, 0

Málaga: Kameni; Rosales, Angeleri, Albentosa, Boka; Tissone, Darder (Juanpi, m. 84); Horta (Juan Carlos, m. 80), Amrabat, Cop (Duda, m. 66); y Charles.

Sevilla: Beto; Coke, Rami, Krychowiak, Tremoulinas; Nzonzi, Iborra; Reyes (Konoplyanka, m. 65), Banega (Mariano, m. 74), Vitolo; y Gameiro (Immobile, m. 81).

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó al centrocampista del Sevilla Nzonzi por doble amonestación (m. 69). Amonestó a Darder, Rami, Charles, Boka, Mariano y Beto.

La Rosaleda. Unos 25.000 espectadores.

El Sevilla solo existió un cuarto de hora, cuando Reyes apareció en un par de ocasiones para dejar solo a Gameiro. El francés perdonó y el partido entró en una fase aburrida y de dominio alterno. Hasta que llegó la justa expulsión de Nzonzi en el minuto 69. El Málaga se hizo con el mando del juego, apabulló al Sevilla y lo tuvo contra las cuerdas. Marcó un gol legal, pero le fue anulado. Mientras, Emery se lamentaba en la banda. Su proyecto de equipo grande, de momento, está en pañales. El fútbol de verdad le mostró lo complicada que será la empresa de diseñar un nuevo Sevilla campeón y en Champions.

No tuvo el Sevilla continuidad ante un Málaga intenso. Emery debe corregir un buen número de defectos que afloraron de forma inesperada. Los nuevos tienen que enchufarse y el equipo no es nadie si no se desenvuelve con intensidad. El Sevilla eléctrico que desea su técnico apenas apareció en La Rosaleda en un primer tiempo bastante flojo. Emery apostó de nuevo por Krychowiak de central y se demostró que el hueco que deja el polaco en el centro del campo es enorme. Ni Nzonzi, fuera de forma, ni Iborra supieron manejar al Sevilla, entregado ante la fogosidad del Málaga, bien conducido por Amrabat.

Al equipo de Emery lo sostuvieron acciones puntuales, producto de la calidad de sus jugadores, que no fueron gol por la falta de puntería de Gameiro. Con el peso de Bacca a sus espaldas, el francés falló tres claras ocasiones en los primeros 20 minutos, periodo del encuentro donde el Sevilla pudo reconocerse a sí mismo. Luego no carburó, con sus líneas muy separadas, sometido a la intensidad del Málaga. Incluso Beto tuvo que actuar con decisión en un par de acciones. Lento y sin ritmo, con Vitolo y Reyes desconectados, ausente Banega, el Sevilla necesitaba una reacción fulminante.

Se encontró, sin embargo, con un auténtico calvario. El motivo, la desaplicación monumental de Nzonzi, que fue expulsado por dos acciones lamentables. El Sevilla se hundió, incapaz de competir, de tener el balón y de apretar a un rival que se lo comió. Sufrió una barbaridad para lograr un punto que sabe a poco. El equipo se descontroló y el Málaga llegó una y otra vez al área de Beto. Marcó un gol que le fue anulado y desperdició una llegada tras otra. El Málaga, muy cambiado con respecto a la temporada pasada, mereció más. Le faltó una pizca de fortuna y algo de calidad.

Emery: "He visto cosas que no me han gustado"

A Unai Emery se le vio bastante nervioso a lo largo del encuentro en Málaga. El técnico no estuvo demasiado certero en los cambios y su equipo sufrió una enormidad para sacar un empate de La Rosaleda. "Tengo sensaciones enfrentadas. He visto cosas positivas y otras que no me han gustado. Los dos inicios de cada tiempo han sido buenos y luego, según avanzaba el partido, nos hemos descontrolado", admitía el entrenador del Sevilla. "Ellos han llegado a nuestro área y hemos sabido sufrir", añadió el preparador del Sevilla. "Nos falta trabajar y asentar la base del equipo", indicó Emery. "No hemos sabido controlar nuestros impulsos emocionales", en referencia a la expulsión del centrocampista francés N'Zonzi, aunque "en líneas generales, con un punto sin estar contento, y como transcurrió el partido, tenemos que decir que el empate es justo". Por su parte, Javi Gracia, entrenador del Málaga, lamentaba la acción del gol anulado a Charles con el 0-0 cuando quedaban tres minutos para el final. "El gol lo hemos hecho pero tenía que tener validez. Es legal, Charles está en línea", destacó el preparador del cuadro malagueño. "Ha sido un partido igualado, primera parte igualada, con bastante juego táctico. No estábamos haciendo las cosas bien por lo han generado esas ocasiones de Gameiro. Luego supimos reaccionar", aclaró el entrenador del Málaga. 

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