Cassano vuelve al fútbol tras siete meses de vacaciones
El delantero italiano, que jugó su último partido en enero y se dedicó a viajar, regresa a la Sampdoria con una cláusula especial 'anti-cassanate'
Antonio Cassano está de vuelta. El delantero italiano de 33 años regresa al fútbol después de siete meses de vacaciones. Lo hará con la camiseta de la Sampdoria, con una cláusula especial ‘anti-cassanate’ [así se conocen los líos que ha armado a lo largo de su carrera] y en contra de la opinión del técnico, Walter Zenga.
“Llamé a Cassano, no sé cuántos entrenadores lo habrían hecho, y le dije: ‘Antonio, alguien como tú se puede discutir, pero nosotros tenemos un proyecto y nuestro proyecto se llama Eder, Muriel, Correa, Bonazzoli, Okaka”, declaró Zenga en una entrevista en la Gazzetta dello Sport a mediados de julio. Menos de un mes después, Cassano ha entrado a formar parte del proyecto de la Sampdoria. Así lo ha decidido su presidente, Massimo Ferrero, que siempre pensó en el fantasista de Bari para sustituir a Eto’o. Más después de la cesión de Okaka y más después de la primera crisis del club, eliminado (derrota por 4-0 en la ida; victoria 2-0 en la vuelta) de los preliminares de la Europa League por el Vojvodina. "Estoy muy feliz", ha declarado el delantero esta mañana.
Cassano jugó su último partido el 25 de enero, Parma-Cesena. Dejó el Parma –al que se había vinculado hasta 2016- por la crisis económica y los impagos. Perdió dinero, pero dijo que quería poner fin a “meses de incertidumbre y tomaduras de pelo”. No fue el único. Sin embargo, no encontró equipo y está parado desde entonces. En estos meses se ha dedicado a viajar, a disfrutar de la familia (tiene dos hijos y dice que Carolina, su mujer, le ha curado su adicción al sexo) y a conceder alguna que otra entrevista.
En una de ella, al semanal Chi, dijo que empezaba a echar de menos el fútbol. Y que empezaba a ver su futuro como entrenador o director deportivo. “Sin fútbol estoy fatal, lo echo mucho de menos, echo de menos el vestuario, los entrenamientos, las bromas, pero sobre todo la adrenalina. Se ve que las cosas tenían que ir a así, ahora disfruto de mi familia. Dije que no al Bari, que me buscó, por razones familiares. A mí me gustaría seguir jugando, pero en el futuro también me gustaría ser director técnico y encargarme de gestionar las relaciones entre club y jugadores. Conmigo nadie cometería errores, al listo de turno lo pillaría enseguida”, confesó.
De momento vuelve al césped. Ha firmado un contrato de dos años por unos 700.000 euros y vuelve a la Sampdoria después de su primera aventura (2007-2010). Aventura, por cierto, que acabó fatal después de los insultos que el jugador propinó al entonces presidente Riccardo Garrone. “Viejo de mierda”, le llegó a llamar. Cassano primero fue excluido del equipo y después se le buscó una salida (acabó en el Milan).
“Sin fútbol estoy fatal, lo echo mucho de menos, echo de menos el vestuario, los entrenamientos, las bromas, pero sobre todo la adrenalina" ANTONIO CASSANO
Por eso y porque nadie se fía del carácter volcánico del jugador, en su contrato hay una cláusula especial: se castigará cualquier comportamiento rebelde con la rescisión del contrato, sin que el futbolista pueda reclamar dinero.
La incógnita será ver cuánto tarda para ponerse a punto y al mismo nivel que sus compañeros. Siete meses sin competir son muchos para un jugador de 33 años que, además, nunca se ha cuidado demasiado. Eso sí, asegura haber trabajado a diario con su entrenador personal, Agostino Tibaudi. La Eurocopa de Francia puede ser, además, una motivación extra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.