La inagotable mina de Di María

“Es una alegría estar aquí”. “Estoy cumpliendo un sueño”. “Desde pequeño quería jugar en este equipo”. “Estoy muy contento de unirme al grupo”. Toda esta colección de declaraciones ha salido de la boca de Ángel Di María (Rosario, 27 años), durante sus presentaciones con Benfica, Real Madrid, Manchester United y PSG. Ayer, tras confirmarse su fichaje por el conjunto francés, El Fideo se convirtió en el futbolista que más dinero ha generado por traspasos en la historia del fútbol: 179 millones de euros.

Di María no es Messi, ni Cristiano Ronaldo, ni Zlatan Ibrahimovic —que lideraba hasta ahora el ranking con 169 millones—, pero ha logrado tentar a las grandes fortunas del fútbol europeo. Madrid, United y PSG ocupan el primer, segundo y quinto puesto de la lista de clubes de fútbol más ricos del mundo según la auditora Deloitte, toda una mina para sus representantes, Eugenio López, encargado de la gestión de sus derechos en Argentina, y Jorge Mendes, que intermedia por él en Europa.

Di María comenzó su carrera en el Torito, el equipo de su barrio, aunque pronto fichó por Rosario Central a cambio de 26 balones a estrenar. Allí debutó con el primer equipo con 17 años y tras dos temporadas (jugó 39 partidos en los que anotó seis goles y repartió dos asistencias), en 2007 firmó su primer gran contrato con el Benfica, que entregó ocho millones de euros por un extremo habilidoso, de zurda descarada, y que mostraba un gran desparpajo. “Es el sustituto de Simão”, así lo presentó entonces el presidente del conjunto portugués, Luís Filipe Vieira.

Lo cierto es que durante las tres temporadas en las que permaneció en el equipo, Di María se convirtió en uno de los jugadores más prometedores de Europa a pesar de que sus números no fueron especialmente llamativos: 15 goles y 26 asistencias en 123 partidos. Sin embargo, el Madrid, con José Mourinho y Cristiano Ronaldo al frente (“Di María puede jugar en cualquier equipo del mundo”, dijo el jugador) se embarcó en el fichaje del argentino a pesar de las reticencias iniciales de Florentino Pérez, que por entonces no conocía al jugador. Tras una ardua negociación el Madrid desembolsó 33 millones de euros.

Polémica salida del Madrid

En su primera temporada en España, la 2010-2011, Mourinho le ubicó en la banda izquierda en una línea de cuatro centrocampistas junto con Xabi Alonso, Khedira y Özil, desde donde se especializó en nutrir de balones a sus compañeros. Firmó 20 pases de gol, lo que le convirtió en el mejor asistente del equipo. Por otro lado, solo anotó nueve tantos, algo que dejaba a la vista una de sus principales carencias ofensivas. En las siguientes dos temporadas con el portugués en el banquillo sus cifras no mejoraron: anotó siete y nueve goles y repartió 16 y 11 asistencias. Ya con Ancelotti firmó una de las mejores campañas en el Madrid convirtiéndose en el pulmón de un equipo que acabó alzando la Copa del Rey y la Liga de Campeones en la 2013-2014.

Inmerso en una batalla continua por renegociar su salario, el club se plantó ante las últimas exigencias del jugador, que pedía entre nueve y 10 millones al año, lo que derivó en su marcha al Manchester United, que realizó el mayor fichaje en sus 137 años de historia al pagar 75 millones de euros. Di María, un tipo familiar, casado con Jorgelina Cardoso, su novia de siempre, y padre de Mía, una niña que nació con problemas de salud, no se acostumbró ni a su nueva ciudad, ni a la Premier ni a Van Gaal, algo que se reflejó en el campo: 32 partidos, cuatro goles, 11 asistencias. Cada partido de Di María con el United le costó al club ingles 2.841.360,00 millones de euros.

Con su marcha al PSG, donde cobrará diez millones al año durante las próximas cuatro temporadas, la veta de oro de Di María sigue generando pepitas para sus representantes, seguramente, los recordman más felices del momento.