El TAS anula las normas del deporte para diferenciar el sexo de los atletas
La victoria de la atleta india Dutee Chand, discriminada por una gran producción endógena de testosterona, obligará a las autoridades a establecer nuevas reglas
Treinta años después de ser excluida del atletismo y humillada públicamente porque su cuerpo producía más testosterona que la mayoría de las mujeres, la atleta gallega María José Martínez Patiño, y con ella todas las atletas, obtuvo una gran victoria contra la discriminación vicariamente en la persona de una joven atleta india. Dutee Chand, de 18 años, campeona asiática júnior de 200 metros, ha logrado que la federación internacional de atletismo (IAAF) retire la normas sobre excesiva producción de testosterona como criterio para determinar el género y decidir quiénes pueden competir en categoría femenina. Dutee Chand podrá seguir compitiendo con las demás mujeres y la IAAF y el Comité Olímpico Internacional (COI), que apoyó sus reglamentos, se encuentran con el problema de cómo decidir quién o no es mujer para competir sin ventajas injustas.
La regla que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) ha anulado, llamada Norma de Hiperandrogenismo, es el último intento de las autoridades deportivas para intentar fijar un criterio objetivo en un asunto, el género sexual, en el que la naturaleza no lo ha hecho. La norma, que sustituyó las antiguas prácticas humillantes de reconocimientos visuales o análisis de cromosomas para determinar el sexo de los atletas, fija que una producción de 10 nanomoles de testosterona, el cuádruplo de lo que se considera normal en las mujeres, otorga ventaja competitiva.
La testosterona sustituyó a los
Las atletas que sufran el problema solo podrán volver a competir con otras mujeres si se someten a diferentes tratamientos antiandrógenos para lograr que sus testículos internos dejen de producir testosterona y se operan plásticamente los órganos sexuales. A ello se negó públicamente Chand, quien anunció que no lo haría porque ella era quien era y como era y que así quería seguir siendo, y que el tratamiento propuesto por las autoridades del atletismo tendrían efectos secundarios de por vida. Y dijo que lucharía. Luchó y ganó.
Según el laudo del TAS (161 folios, uno de los más largos elaborados nunca por el tribunal), la IAAF debe suspender provisionalmente, durante dos años, la aplicación de la norma hasta que no demuestre que el exceso de producción de testosterona genera una ventaja frente al resto de las mujeres. “Aunque los eventos deportivos están divididos arbitrariamente en categorías masculina y femenina, el sexo en el ser humano no es tan simplemente binario: la naturaleza no es neta. No hay un solo determinante del sexo”, señala el laudo, que insta a la IAAF a formular una base de división que sea “razonable y proporcionada”.
"La naturaleza no es neta.
“Lo que he tenido que afrontar los dos últimos años no ha sido justo”, dijo Chand a través de los abogados canadienses que la han representado. “Tengo derecho a correr y competir, un derecho que me robaron. Me han humillado por algo de lo que no soy culpable, pero estoy feliz porque, gracias a este veredicto, ninguna otra atleta tendrá que luchar contra lo que yo he tenido que luchar”.
Desde su entrada en vigor, en 2011, para solucionar el problema presentado por la atleta sudafricana Caster Semenya, la norma solo se ha aplicado a atletas de países en vías de desarrollo.
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