Estudiantes, de economía y filosofía
En su enésima reinvención, el equipo del Ramiro de Maeztu refuerza su estructura contable para mantener desde la sostenibilidad su esencia formativa
El polideportivo Magariños es una capilla sixtina del baloncesto donde la solemnidad no viene marcada por el silencio museístico sino por el cadencioso y jovial soniquete de los botes de balón y los lanzamientos a canasta. Como hormiguitas entusiastas, vistas desde las cristaleras de los vetustos despachos del pabellón, los 1.000 niños y niñas de la cantera que por allí corretean son la esencia romántica de un club abocado por la coyuntura al funámbulo de la contabilidad. Desde finales de 2014, el CB Estudiantes emprendió su enésima reinvención, aplicándose en las asignaturas de economía y filosofía para ganarse el futuro a base de sostenibilidad.
El 17 de diciembre, Movistar se convirtió en el patrocinador principal del conjunto del Ramiro de Maeztu por dos temporadas y en el maná que alivió la hucha; dos días después, Fernando Galindo relevó a Juan Francisco García en la presidencia del club y se renovó el consejo de administración casi al completo; a primeros de enero se reestructuró el área deportiva con las llegadas de Eduardo Pascual y César Arranz; y la semana pasada, Diego Ocampo firmó como nuevo entrenador del primer equipo. Una reconversión de arriba abajo con una arquitectura a medio y largo plazo.
Cinco canteranos en el primer equipo y casi 7.000 abonados
Cinco canteranos integrarán el primer equipo de Estudiantes la próxima temporada: Jaime Fernández, Juancho Hernangómez, Edgar Vicedo, Darío Brizuela y Fran Guerra forman, junto a Javi Salgado y Nacho Martín, el núcleo de la plantilla. A la espera de que se concrete el esfuerzo por retener a Xabi Rabaseda, no habrá “lujos” como el que se permitieron el año pasado con Pietro Aradori.
“En estos tiempos se nos hace muy difícil fichar y fidelizar jugadores”, explica el presidente Fernando Galindo. “Aradori nos llamó para decirnos que el Reggio Emilia le ofrecía 300.000 euros netos y que incluso por menos podría venir, pero no podemos igualar esas cantidades porque desequilibraríamos el presupuesto. Cada tres años la contabilidad debe quedar a cero. Si un año nos pasamos al otro hay que recortar”, cuenta. La afición responde y el equipo del Ramiro ya cuenta con 6.822 abonados.
“Los objetivos de nuestro proyecto estratégico 2015-2020 están claros: tener un equipo femenino en Primera División, asentarnos entre los ocho primeros de la ACB para disputar la Copa y los playoffs, reforzar la cantera con más recursos, mejores instalaciones y el fichaje de nuevos formadores, promover un torneo universitario y fomentar el baloncesto como vehículo formativo y social”, explica el presidente del club, Fernando Galindo. El nuevo técnico, con la lección aprendida, resumió en su presentación el argumentario del club en tiempos de estrecheces. “Queremos trabajar para mañana y para pasado mañana. La idea es competir formando”, contó Ocampo.
Del apogeo a la crisis
A mediados de los años 90, en tiempos de apogeo, Estudiantes llegó a tener el quinto presupuesto de la Liga con unos 500 millones de pesetas de la época, en 2005 aún se mantenía entre los ocho primeros con 7,5 millones de euros, pero en 2009 vio cómo su capital languidecía y pasaba a ser el 12º con poco más de cuatro millones de euros. Subsistió con solvencia durante años vendiendo las joyas que producía su cantera (Alberto Herreros, Felipe Reyes, Carlos Suárez, Carlos Jiménez...) pero, en marzo de 2010, cayó en un concurso de acreedores y, dos años después, esquivó en los despachos el descenso en la cancha. Los bandazos deportivos y la crisis desvirtuaron el camino que ahora se intenta retomar. “En algún momento habrá que hacer una reflexión profunda sobre la viabilidad del deporte profesional en los términos actuales. Hay que tener sensatez y humildad no hay que gastar más de lo que se tiene”, retoma Galindo antes de desgranar las cuentas del club. “Al equipo ACB le dedicamos menos de la mitad del presupuesto final. Tenemos unos 5,5 millones en total y solo entre 1,5 y 2 son para el primer equipo; el resto son para la cantera, el baloncesto en silla de ruedas, los proyectos con discapacitados y el resto de actividades de la fundación. El éxito es mejorar las expectativas en las que nos coloca el ranking presupuestario”, repasa.
Estudiantes salió del concurso en noviembre de 2011, pero aun renegocia una pequeña parte de la deuda con Hacienda y mantiene litigios con la Comunidad por las obras en Magariños. Para reforzar su estructura contable, en la reciente remodelación de su consejo, el club recurrió al fichaje de un grupo de empresarios destinado a la búsqueda y gestión de recursos. “Cualquier desajuste puede ser importante. Hay que tener claro nuestras líneas rojas. Somos el primer equipo de muchos y el segundo de casi todos. Asociarse con nosotros no tiene repercusiones negativas porque no tenemos detractores. Tenemos un equipo de gente experta en la gestión económica para profesionalizar esa parcela”, cierra Galindo. Todo para “retroalimentar la historia del club” metiendo canastas desde los despachos.
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