España cae ante Serbia en la final del Europeo sub-20

España se quedó a las puertas del campeonato de Europa sub-20. Serbia se impuso (70-64) en un partido que supieron llevar a su terreno, aprovechando una racha anotadora al final del tercer cuarto de la que La Roja no supo reponerse. Las actuaciones de Juancho Hernangómez (18 puntos y 9 rebotes) y Marc García (17 tantos) no fueron suficientes para sumar un nuevo logro de las categorías del baloncesto español.

España arrancó en quinta. El eléctrico Alberto Martín comandaba los ataques y Marc García ametrallaba el aro serbio. El alero catalán se destapó con 14 puntos en el primer cuarto. Tanto le daba que se encontrase a nueve metros de la canasta, pleno de confianza desató la muñeca y España cosechó las primeras ventajas, las únicas significativas que tuvo en todo el partido (4-12 mediado el primer cuarto), aunque se evaporaron rápidamente.

Los serbios identificaron rápidamente dónde estaba la vía de agua y secaron a García, que tras los primeros 10 minutos solo anotó tres puntos más. La intensidad de los balcánicos provocó que el partido se empantanase y que cada canasta costase sangre. España no se cortó y respondió apretando los dientes, con un Juancho Hernangómez bregando bajo los aros. El pívot del Estudiantes tomó el relevo de García y sus compañeros se colgaron de sus espaldas para mantener el duelo igualado.

Las diferencias eran mínimas y el encuentro parecía que se iba a decidir por detalles. Con lo que no contaba nadie era con la explosión anotadora de Serbia al final del tercer periodo. Los triples que encadenaron los balcánicos abrieron una brecha en torno a los 10 puntos. A destacar la actuación del escolta Jaramaz, sus 18 puntos y 9 rebotes fueron dinamita para el partido.

España acusó el golpe y no supo cómo meter mano a su rival para enjugar la diferencia, que se mantuvo casi todo el último periodo. Solo un arreón en los minutos finales igualó la contienda. Siempre con Hernangómez al frente, La Roja dejó el partido en un puño (67-64 a falta de un minuto), pero los fallos en el rebote defensivo y la pizca de suerte que acompañó a los serbios hicieron imposible la remontada.