Pedro está a expensas del nuevo presidente

El Barcelona aguarda a que el socio vote para conocer al nuevo presidente y Pedro, también. A partir de que hablen las urnas el próximo sábado, el canario tomará la decisión sobre su futuro, idea que le ha amargado el verano. Renovó su contrato, que mejoró económicamente, se casó, se fue de vacaciones y ni por esas quedó tranquilo. No hubo un día que no le diera vueltas a la idea de hacer las maletas y dejar el equipo en el que ha crecido hasta convertirse en un grande, calibrando la posibilidad de cambiar de aires y dejar de ser, en el mejor de los casos, el cuarto delantero a ojos de Luis Enrique, el suplente de lujo a la espalda de Messi, Neymar y Luis Suárez.

Pedro es consciente de que, a las puertas de la Eurocopa de 2016, Del Bosque tendrá donde escoger. El canario sabe dónde quiere estar el próximo verano. Pero también sabe que el Barcelona le ha renovado su confianza y que su decisión no tiene base en una cuestión económica. Acaba de renovar y lo ha hecho como corresponde al cuarto delantero de la plantilla, como corresponde a un campeón del mundo, a un futbolista que lo ha ganado todo —un Mundial, cinco Ligas y tres Champions, entre otros títulos— y que ha sido determinante siempre, con el Barcelona y con España. Pero quiere jugar, quiere minutos y no tiene claro que los vaya a disfrutar la próxima temporada.

Cláusula variable

Consecuente con lo que le ha dado el Barcelona, es consciente de que el equipo le necesita hasta enero porque no hay opciones para darle alternativa hasta que llegue Arda Turan. Mientras, la solución son jugadores más jóvenes, como Munir y Sandro, sabe que le debe una al club y que a día de hoy nadie le puede hacer sombra y que tampoco es cuestión de dejar tirado al Barça. En la duda, escuece la decisión que a día de hoy, sin interlocutor, no tiene con quien discutir. Ni tan siquiera está claro el valor de su cláusula, porque es variable. Según los cálculos en función de los minutos jugados la pasada temporada, llega a 30 millones, pero ¿cómo se computarán en enero?

La situación es difícil y no quiero adelantar nada. No quiero decir nada, porque sería una falta de respeto a mi club”, dice Pedro

“Es verdad que las dos partes decidimos bajarla en la renovación”, admite el extremo, que niega con rotundidad haber hablado con Mourinho. “No es cierto”, asevera el jugador. “Absolutamente falso”, certificaron en su entorno, que admiten que el PSG se ha interesado por su situación, sin haber tramitado todavía oferta alguna al Barcelona. El problema es el mismo: no hay interlocutor válido hasta el próximo domingo.

Mientras, Pedro asume: “La situación es difícil y no quiero adelantar nada. Sólo tengo ganas de empezar a trabajar y luego ya se verá. No quiero decir nada, porque sería una falta de respeto a mi club”, dice. “Todos queremos tener más opciones. Sé que no estaré en el Barça como en ningún sitio, siempre fue un sueño estar aquí pero uno tiene la ambición de seguir mejorando y jugar. Es difícil estar en primer nivel, pero veremos qué pasa. Lo deportivo manda y uno es más feliz cuando puede jugar”, asegura, a la espera de saber quién será el presidente y con quien debe hablar.