Supervivientes
La etapa de este martes, la más larga del Tour, incluye 13,5 kilómetros de pavés. El autor explica a un equipo imaginario de ciclistas cómo afrontarla
Comenzaré la reunión acordándome de mi difunto padre, que había vivido la guerra. Me contaba que nunca olvidaría esa sensación que tenía al salir de las trincheras y encontrarse el campo de batalla plagado de heridos; su trauma, el profundo sentimiento de culpa que le torturó toda su vida por haber sobrevivido, solo era comparable a mi impotencia frente a un pasado que no había vivido pero que siempre estaba ahí presente.
¿Y por qué os cuento esto? Porque de eso me acordé yo ayer cuando después de oír por Radio Vuelta la noticia de la caída, frenamos en seco, salimos corriendo avanzando entre los coches detenidos, y nos encontramos con aquel panorama en el que estabais alguno de vosotros aún sin podeos levantar del suelo. Esto es lo más cercano a lo que vivió mi padre que nunca viviré, -pensé-, fue algo dantesco. Y mientras yo pensaba esto, vosotros sólo pensabais en levantaros y continuar adelante. Os admiro porque yo soy uno de los vuestros y me reconozco en vosotros. ¡Ánimo figuras que llegaréis lejos con ese espíritu!.
Y después de esto me sabe mal tener que hablar del menú de hoy. Lo bueno es que difícilmente será peor que el de ayer, trataré de centrarme en lo positivo. Los Pirineos y los Alpes ni se recuerdan, y los tendréis encima de la mesa en un suspiro. Pero hay que ir día a día, ya lo estáis comprobando. Y todos los días hay alguien que se lleva una alegría, así que ¿porqué no podéis ser hoy uno de vosotros?. Que hayáis sobrevivido hasta aquí ya es un síntoma, así que hoy podéis hacerlo de nuevo.
Vayamos a lo objetivo. 223.5 kms, la etapa más larga de este Tour. Y por el camino 7 tramos de pavé, esos mismos 13.3 kms de adoquines que sé que tenéis en mente porque los hemos reconocido y todos sabemos que son en su conjunto uno de los puntos claves de este Tour. El Tour no se gana hoy y se puede perder en cualquier momento; pero en cualquiera de esos 7 tramos las probabilidades de perderlo aumentan exponencialmente según os acerquéis a la entrada del mismo.
Luchad por mantener vuestra posición como si os fuera la vida en ello, eso es lo más importante. Una vez en los tramos salid de ellos lo antes posible y lo mejor que podáis, pero recordad que lo complicado no es el tramo en sí, sino entrar en él bien colocados para evitar problemas. Ganando posiciones antes de entrar, os podéis permitir el lujo de ceder terreno ante los especialistas en el mismo tramo. Ya sabéis que la previsión de tiempo es buena y que si cae alguna tormenta será sólo en la parte final, así que los que sobrevivisteis a lo del año pasado contad con que podéis con ello y con que seguramente será hoy más fácil.
En realidad son 6 tramos porque el primero es testimonial, pero al margen de lo que pueda pasar en los tramos “6”, “5” y “4”, el núcleo duro del día está en los tramos “3” y “2”, separados el uno del otro por apenas un kilómetro y que suman entre ambos 5.2 kms de pavés. Al salir de este último tramo (3.7 kms, larguísimo) os quedarán más de 21 kms a la meta y más de 8 hasta el siguiente y último tramo, estrecho y difícil en sus 2.3 kms, pero que será menos doloroso sabiendo que ya es el último. Tras él, poco más de 10 kms hasta la meta de Cambrai, donde será el momento de hacer balance.
Nada más, espero que nos os parezca poco. Os deseo suerte, porque la vais a necesitar, pero os recuerdo que la suerte no se encuentra, sino que se busca. Así que salid ahí fuera a buscarla que quizá la encontréis en el pavé, donde menos la esperáis; mirad el ejemplo de Nibali el año pasado…
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