La rebelión de las estrellas
Las jugadoras de la selección de fútbol, los tenistas y Carolina Marín, en bádminton, se atreven a desafiar a sus federaciones
Cada caso tiene sus motivaciones, pero hay un factor común: el tenis, el bádminton y el fútbol femenino viven en su seno la rebelión de sus deportistas estrella.
Las jugadoras de la selección de fútbol piden la cabeza de su entrenador, Ignacio Quereda, que lleva 27 años en el cargo mantenido por Ángel María Villar, presidente de la federación y amigo del técnico. El motín se inició después de la eliminación en el Mundial de Canadá, el primero de su historia. También los mejores tenistas planean pedir la destitución de Gala León como capitana de la Copa Davis; y en bádminton, Carolina Marín, campeona del mundo, solicitó el despido del presidente de la federación, con el que lleva ocho meses enfrentada por un conflicto sobre el reparto de los derechos de imagen.
“Hay un efecto contagio”, opina Yolanda Cuevas, psicóloga de la salud y el deporte. “Faltan líderes y mediadores en las federaciones. Lo que antes se trataba en silencio ahora salta”. Por eso, según su tesis, cuando un deportista ve que la presión pública es más eficiente, decide copiar el método.
‘Rey Gaspar Escañuela’
El Consejo Superior de Deportes (CSD) tiene en su punto de mira a José Luis Escañuela, presidente de la Federación de Tenis. El Tribunal Administrativo del Deporte lo ha inhabilitado por dos motivos: el primero, por no entregar las actas del nombramiento de Gala León como seleccionadora, lo que ha levantado en contra a seis federaciones territoriales que las solicitaron; el segundo, la falta de justificación de 600.000 euros para el Observatorio y la Fundación del Tenis. Parte de ese dinero, según publicó La Voz de Galicia, fue para el Ateneo de Sevilla, que percibió 41.065 euros entre 2012 y 2013, además de otros 12.716 euros para una empresa de caramelos de esa ciudad. El Ateneo organiza la Cabalgata de los Reyes Magos, desfile en el que Escañuela fue Gaspar en 2013. El jueves, el CSD mandó registrar la sede de la federación para inspeccionar sus cuentas.
Los conflictos del tenis y el fútbol femenino tienen dos similitudes: los deportistas rechazan en bloque a los seleccionadores. Y además, el debate del machismo ha sobrevolado los enfrentamientos, aunque en sentido opuesto. Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa, dijo en su día que en el vestuario se pasa mucho tiempo sin ropa, y eso sería violento con una mujer, y Verdasco comentó que siempre que se pueda el seleccionador debe ser hombre. Las futbolistas han denunciado el trato de Quereda como machista, como cuando las llama “chavalitas”. En el CSD asombra el silencio del sindicato de futbolistas y la Asociación de Española de Jugadoras de Fútbol (que tiene un convenio con la AFE). “Hemos apoyado a las jugadoras desde el minuto uno”, defiende María José López, secretaria general de una asociación que no ha hecho público ni un comunicado de apoyo.
El caso del bádminton es el único en el que el CSD parece respaldar a la federación. Entiende que la entidad que preside David Cabello ha propiciado que aflorara el talento de Carolina Marín, campeona del mundo. No se ponen de acuerdo en el reparto de los ingresos por los derechos de imagen. Es, según el CSD, un enfrentamiento con un trasfondo exclusivamente económico. “Más una lucha de egos”, tercia Pablo del Río, psicólogo de Marín, que compara las federaciones con los sistemas feudales y avisa del perjuicio que esto puede tener para los deportistas: “Así es muy difícil centrarse en entrenamientos y competiciones”.
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