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El examen de Martino

El entrenador rosarino, en su gran reto con la selección, intenta definir la identidad de Argentina tras el fallido paso por el Barcelona

Juan I. Irigoyen
Tata Martino abandona el campo tras ser expulsado por el árbitro en el partido contra Uruguay.
Tata Martino abandona el campo tras ser expulsado por el árbitro en el partido contra Uruguay.Mario Ruiz (EFE)

Anda la selección argentina del Tata Martino en busca de su verdadera identidad. Muta la albiceleste entre un equipo con carácter a partir de la tenencia del balón a, otro, confundido, que pierde el rumbo y se convierte en un conjunto sin personalidad. “Manejamos la pelota la mayor parte del partido, salvo en el momento que más lo teníamos que hacer, en los últimos 15 minutos”, analizó el entrenador de Argentina tras la victoria frente Uruguay. La Copa América es un desafío para esta generación de jugadores, protagonistas en sus equipos, mudos en la selección, pero sobre todo para el preparador rosarino, que ayer lo expulsaron en el minuto 32 por protestar–“creo que fue porque me metí dos o tres pasos en la cancha”–. Martino se enfrenta a su gran examen.

No es muy prolífero el currículo de Martino en grandes equipos: Entrenó con éxito en Paraguay –en la selección y en equipos como el Cerro Porteño– y con suerte dispar en Argentina –pasó por cuatro banquillos antes de hacer campeón de la liga al Newell’s–. Y su única gran plaza antes de coger el mando de la albiceleste fue el Barcelona, en su primera y única experiencia europea.

El paso de Martino por el banquillo del Barça fue fugaz. Llegó a mediados de julio y a los 10 meses dijo adiós. Levantó la Supercopa frente al Atlético, perdió la final de la Copa del Rey contra el Madrid (1-2) y sucumbió en el partido definitivo de la Liga ante el Atlético en el Camp Nou (1-1). Su final era irremediable, sin consenso en los despachos –dimitido Rosell por el caso Neymar– ni apoyo en el vestuario, los jugadores entendían que sus métodos de trabajo estaban oxidados.

Contra Paraguay, el Tata cambió la fisionomía del equipo, cambió dos jugadores de posesión por dos de definición” Navarro Montoya, ex jugador

“Martino llegó al Barcelona en el peor momento, cuando el equipo ya había conseguido todos los objetivos y la relajación era inevitable. Era imposible motivar a esos jugadores y aun así llegó a la final de la Copa y peleó la Liga. Es como si a Induráin después de ganar el quinto Tour le pides que gane el sexto”, le excusa Ángel Cappa. “El Barça es un club que tiene una metodología y un estilo que lleva muchos años y para todo el que no sea hijo de este sistema le es muy difícil insertarse. Por eso Luis Enrique funciona, es un hombre de la casa. Martino, en cambio, como decimos en Argentina, es sapo de otro pozo”, completa Carlos Navarro Montoya, exportero del Boca Juniors y el Tenerife.

Tras su fallido paso por el Barça, Martino aterrizó en el predio de Ezeiza. El reto: conquistar su primer título de relevancia (ganó dos oros olímpicos en 2004 y 2008) después de 22 años (logró la Copa América de 1993). En Chile, la selección del Tata comenzó con el paso torcido. En su primer partido, tras un buen primer tiempo frente a Paraguay (2-0), el equipo se descompuso en la segunda parte (2-2). La prensa argentina le acusó de leer mal el encuentro. La albiceleste había perdido la posesión y Martino optó por quitar a Pastore y Agüero para dar entrada a Higuaín y Tévez. “Contra Paraguay, el Tata cambió la fisionomía del equipo, cambió dos jugadores de posesión por dos de definición. Ese fue el error”, analiza Navarro Montoya. “¿Por qué hace los cambios?”, se cuestiona Cappa; “no lo sé, yo también hubiese puesto un mediocentro más en lugar de un delantero. Pero nunca sabes qué tiene en la cabeza un entrenador”.

Partido Argentina- Uruguay en La Serena, Chile.
Partido Argentina- Uruguay en La Serena, Chile.MARTIN BERNETTI (AFP)

El Tata corrigió el guion frente Uruguay. En los minutos finales, ya con un 1-0, decidió meter más músculo en la medular. Los cambios fueron Banega y Pereira por Pastore y Di María. Y esta vez sí funcionaron. Argentina batió a Uruguay y mira a los cuartos de final. “El Tata tiene un estilo y trata de mantenerlo. La Copa América es muy difícil, la mayoría de los entrenadores no tuvieron tiempo para entrenar y hay muchos equipos que están iniciando un nuevo proceso. Hay muy buenas individualidades en todos los equipos y son muy competitivos. Además, en Sudamérica, el fútbol es más agresivo”, subraya Navarro Montoya. “Todo el mundo sabe a lo que quiere jugar Argentina: elaboración del juego, centrales en la mitad de la cancha, laterales que profundizan, interiores que rompen líneas y salida de balón”, concluye el técnico de Argentina.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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