Himnos, finales y una víctima reivindicada
04/06 Jueves
La gloria es efímera, me solía decía un compañero veterano. Y algunas opiniones y simpatías también, le contestaría quizás yo ahora. Si no que se lo pregunten a Marc Gasol. Ayer mismo, después de saberse que junto a su hermano habían ganado el Princesa de Asturias recibió una catarata de elogios. Hoy, como se le ha ocurrido esta de acuerdo con lo dicho hace días por Xavi (los pitos son una forma de expresión pacífica, habría que preguntarse la razón por la que se producen) pues le han caído de todos los colores. Como este tema ya me da una pereza infinita y cada día me siento más alejado de asuntos relacionados con himnos, banderas, escudos, nacionalidades o religiones, sólo recordaré una frase de un artículo de Julio Llamazares, voz a la que siempre merece la pena escuchar: “A mí me dan miedo tanto los que se emocionan al escuchar un himno como los que lo abuchean”.
Esta madrugada se pone en marcha la Final de la NBA mientras que por aquí acaban de comenzar las series de semifinal. Las ha abierto el Madrid y el Valencia y mañana será el turno de Barcelona y Unicaja. La superioridad con la que por ahora se muestran los dos grandes favoritos, blancos y azulgranas, vuelven a poner en tela de juicio el formato competitivo. ¿Merece la pena la larga travesía de 34 jornadas donde puedes despistarte todo lo que quieras si luego los playoffs no resultan competitivos? La atención hacia el baloncesto mengua ante la idea instalada (y no del todo cierta) de que hasta junio da igual lo que ocurra. Si luego las series son de ver y no ver, el daño es doble. Pero bueno, no adelantemos acontecimientos y esperemos que valencianos y malagueños den finalmente la talla.
¿Soy yo el único que no sabía que Gorka Villar, hijo del presidente de la Federación, es una figura tan importante en el mundo futbolístico sudamericano?
05/06 Viernes
Mientras nuestro gran líder Mariano y sus allegados siguen con la táctica “que viene el lobo, que viene el lobo” (llámese lobo a la extrema izquierda radical, que son, por acción o colegueo, casi todos menos ellos) a pesar de que esta táctica del miedo sólo les sirvió hace un par de semanas para perder buena parte del poder, se siguen levantado las alfombras en la FIFA y hay que ver la cantidad de porquería que se está encontrando. Ahora toca la revisión del conocido caso de la mano de Henry con la que Francia se clasificó para el Mundial de Sudáfrica a costa de Irlanda. Estos, que tenía base fundada para denunciar un hecho flagrante, decidieron finalmente no hacerlo por la módica cifra de cinco millones de euros para su federación (todo presunto, por supuesto) O al menos eso es lo que cuenta el presidente ejecutivo de la federación irlandesa, John Delaney. Como en algunos otros asuntos turbios, no sé quien es el más malo de la película, el que soborna o el sobornado.
En Oakland, al lado de San Francisco, ha comenzado la final de la NBA y Golden State ha dado primero. LeBron se ha puesto la capa de Superman pero a diferencia de las películas, ha llegado a la batalla final de la prórroga totalmente fundido y ha terminado doblegado por ese pequeño maravilloso jugador que es Stephen Curry. Encima se ha lesionado gravemente Kyle Irving, por lo que los pronósticos son claramente amarillos. Pero cuidado, que estando esa mala bestia que responde al nombre de LeBron, yo no los daría por muertos.
06/06 Sábado
Veo la final de la Champions con unos cuantos amigos, la mayoría madridistas, que festejan como propio el gol de Morata y desean la derrota del Barça. Como tengo más relaciones afectivas con culés que con turineses y aunque sólo sea por ellos, deseo su triunfo, que llega con más angustias de las previstas. Eso sí, me paso el partido preguntándome cómo ha sido posible que la haya jugado la Juve en lugar del Madrid. De ahí paso al por qué el Barça lleva en los últimos diez años cuatro Champions y seis ligas, y el Madrid una y tres respectivamente y termino con el por qué el Madrid sólo ha ganado una liga en las últimas siete temporadas, cuando la liga es la prueba del algodón del correcto funcionamiento de un equipo. Quizás en lugar de maldecir éxitos ajenos, no vendría mal otro tipo de análisis más enriquecedores, porque en la conveniente labor de mejora, hasta los enemigos te pueden enseñar cosas.
Me duermo leyendo que un fármaco derivado del cannabis ralentiza el alzheimer en ratones. Un dos por uno. Mira tú que bien.
07/06 Domingo
Los medios vienen teñidos de azulgrana y leyendo algunos análisis sobre la inmaculada temporada del Barcelona, resulta una de las claves está en Andoni Zubizarreta. Sí, ese mismo que fue crucificado hace bien poco. Resulta que Zubi, en su condición de director deportivo, es responsable del fichaje de Luis Enrique, los dos porteros que tan buen resultado han dado, renovó a Xavi para no perder mucho equilibrio en el vestuario y contrató a Luis Suarez y Rakitic. Todas ellas decisiones fundamentales para como se han desarrollado los acontecimientos. Hace cinco meses, durante la llamada crisis de Anoeta, Zubi era el culpable de todo. Malos fichajes (ahora parece ridícula esta consideración) resultados adversos y hasta la sanción del TAS. Un día se cansó de ser el pim pam pum de todos y le dijo a Monica Marchante en el Plus que vale, que él tenía responsabilidad, pero también su presidente. En unas horas fue despedido.
Pues sí, Zubizarreta ha tenido mucho que ver en el éxito culé de este año y el tiempo ha demostrado que sus aciertos han sido mucho más decisivos que sus posibles errores. Esta debería servir de lección futura, pero mucho me temo que ante la infinita capacidad de algunos dirigentes de comportarse en los malos momentos como si muchas de sus decisiones no fuesen cosa suya, aunque hayan estado metidos en el ajo hasta el fondo.
Infinita lleva camino de convertirse la travesía del desierto de Fernando Alonso, que se vuelve a retirarse en un gran premio de F1. Nada resulta más significativo que el desplome de las audiencias televisivas. En esta ocasión, el gran premio canadiense sólo atrajo a 2.400.000 espectadores, una cifra irrisoria si lo comparamos con las de hace bien poco, que superaban muchas veces los cuatro millones.
Termino con una obsesión que no tiene fin por ahora. La de Nole Djokovic en Roland Garros. Esta vez no ha sido Nadal, sino Wawrinka el que ha impedido que el serbio logre por fin el único título que le falta en su palmarés. Teniendo en cuenta lo intratable que estaba Djokovic y sin quitar méritos al suizo, que los tiene y muchos, parece que más que otra cosa le pesó su ansia por alcanzar lo hasta ahora inalcanzable para él. Como en cualquier deporte, al tenis se juega con las piernas, los brazos y la cabeza. Y esta, por una vez, no le funcionó como debía.
Buena semana a todos.
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